Por primera vez, lanzan una convocatoria a proyectos “de alto impacto” por un millón de dólares

Es para la formación de redes federales de excelencia en temas estratégicos para el país; el monto se pagará en pesos a la cotización del día en que se libre la orden de pago.

01 de marzo, 2023 | 16.38

Ayer, último día de febrero, en el salón Malvinas Argentinas del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación se lanzó una convocatoria sin precedente en materia de subsidios locales a la investigación: hasta el próximo 17 de abril, equipos de excelencia de todo el país podrán presentarse al programa “Proyectos de Redes Federales de Alto Impacto” asociados con grupos de menor desarrollo relativo, idealmente ubicados fuera de las metrópolis que dominan el escenario de la ciencia local. Un dato no menor es que quienes los obtengan recibirán un millón de dólares, a razón de hasta 250.000 dólares por año. Dado que el Estado solo puede pagar en pesos, para evitar que se desvaloricen, el monto se pagará a la cotización del día en que se libre la orden de pago.

“Este programa tiene por objeto dar coherencia a las distintas actividades que venimos desarrollando para cumplir con el objetivo de dotar a la Argentina de un sistema científico y tecnológico que le permita avanzar en las transformaciones necesarias para cambiar la matriz productiva y sostener un modelo de desarrollo económico con inclusión social, para lo cual es necesario basarse en la ciencia y la tecnología –dijo el físico Juan Pablo Paz, secretario de Articulación Científico Tecnológica–. Y para eso hay que fortalecer el sistema científico, darle herramientas. También se propone paliar, corregir muchos de los problemas estructurales; entre ellos, su falta de articulación, y una distribución muy inequitativa de los recursos a lo largo y ancho del territorio. El Programa de Redes Federales de Alto Impacto intenta ser una herramienta para tener más y mejor ciencia y tecnología en la Argentina, más y mejor distribuida”.

El científico detalló que cuando decía “más” se refería a “más científicos trabajando, más hallazgos, más descubrimientos, más trabajos publicados, más impacto en la transformación de la matriz productiva”.

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Ayer, durante la presentación, de izq. a derecha, Carlos Balseiro, Daniel Filmus, Juan Pablo Paz y Gabriela Dranovsky

El instrumento responde a una necesidad imperiosa que venían planteando los científicos: con los montos actuales que reciben es casi imposible competir en el escenario internacional. A tal punto, que cuando se envía a evaluadores independientes del extranjero proyectos locales, estos muchas veces se muestran incrédulos de que se soliciten presupuestos ínfimos en dólares para realizarlos.

“Tiene un propósito dual –dijo Paz–. Por un lado, darles herramientas a los grupos más consolidados, que son capaces de producir ciencia de la más alta calidad, para que aborden problemas y proyectos más ambiciosos, y al mismo tiempo estimularlos a que realicen investigación en áreas relacionadas con las prioridades que fija el Estado Nacional a través del Plan Nacional de Ciencia. También, promover el surgimiento y crecimiento de nuevos equipos en zonas de menor desarrollo relativo del país, donde hay poca ciencia, para que haya núcleos de calidad”.

El programa se desarrollará en dos etapas. Tras el cierre de la convocatoria (17 de abril), un jurado que reúne a nombres de científicos destacados internacionalmente y coordinado por el físico Carlos Balseiro, investigador del Conicet y profesor de la Universidad Nacional de Cuyo, hará una preselección de las propuestas y elegirá a las finalistas. En una segunda etapa, siete de sus miembros entrevistarán a aquellos grupos que hayan pasado la primera ronda para hacer la selección final. La intención es que todo esté finalizado para agosto de este año.

“Es una propuesta muy interesante –opinó Balseiro–. Tiene un programa que incluye todas las áreas, desde las humanidades hasta las ciencias naturales. Hacer investigación de impacto requiere fijarse horizontes con nuevos desafíos. Pero además, exige asociarse”.

Los primeros once integrantes del jurado, se incorporarán tres o cuatro más

Los proyectos deberán encuadrarse dentro de los diez desafíos del Plan Nacional de Ciencia y Tecnología a los que se sumó un eje transversal que es la sostenibilidad. Además, tendrán que integrar redes de tres o cuatro grupos, con criterio federal y perspectiva de género. “Las que están conformadas por tres grupos tienen que tener por lo menos uno que acredite la más alta calidad y reconocimiento internacional –explicó la Subsecretaria de Evaluación Institucional, Gabriela Dranovsky–, y deberá vincularse al menos con otro de reciente formación, con menor experiencia. En las redes que están constituidas por cuatro grupos, al menos dos deberán tener el más alto reconocimiento y deberán vincularse  por lo menos con un grupo que todavía esté en formación. Además, no más de dos grupos de la red pueden estar radicados en el AMBA, uno debe estar dirigido por una investigadora mujer o una persona que no sea varón cis, y al menos uno debe pertenecer a una zona de menor desarrollo relativo. Es decir, que no esté ni en la Ciudad de Buenos Aires, ni en la provincia de Buenos Aires, ni en la provincia de Córdoba, ni en la provincia de Santa Fe, ni en la ciudad de Bariloche. Aclaramos que decidimos no incluir en las zonas de mayor desarrollo relativo a las instituciones universitarias de reciente formación, aunque pertenezcan a la provincia de Córdoba o a la provincia de Buenos Aires o a la Ciudad de Buenos Aires. Por ejemplo, la Universidad de Hurlingham, la Universidad Arturo Jauretche, etcétera”.

“Con este programa esperamos atender las problemáticas que se acercaron a plantear muchos investigadores –concluyó el ministro Daniel Filmus–. Hacer política científica es complejo. Tiene que ver con decisiones discrecionales respecto de qué se consideran las prioridades. Lanzar proyectos de un millón de dólares a lo largo de cuatro años no es una decisión fácil en un país que viene teniendo deudas enormes con la ciencia. Tuvimos que mostrar primero que se cumple la ley de financiamiento de la ciencia y la tecnología, y abocarnos a las necesidades más acuciantes, como las que atendemos con estos 120 millones de dólares para equipamiento, o la puesta en marcha de cerca de 100 obras. La decisión entre cantidad y calidad es uno de los temas fundamentales para cualquier política pública. Creemos que debemos seguir manteniendo un grupo importante de equipos de investigación al más alto nivel internacional, incluso para la cooperación con otros países... Hicimos muchos estudios y análisis. Sabemos que esta primera convocatoria no será la ideal y habrá mejoras, pero hay que empezar. Sin que el conjunto de los dirigentes de la Argentina comprenda la necesidad de la ciencia y la tecnología no vamos a poder avanzar”.