La Luna se está alejando de manera imperceptiblemente pero constante de la Tierra. El satélite se mueve a una velocidad aproximada de 3,82 centímetros por año hasta que llegará el día en que desaparezca de la vista humana. Con este pronóstico, la ciencia ya estudia cuáles serán los efectos de este alejamiento sobre la naturaleza y los seres humanos.
La fricción generada entre la superficie terrestre y los océanos provoca que la rotación de la Tierra sobre su eje se desacelere gradualmente y el satélite terrestre se distancie a un ritmo constante. Si bien el proceso es lento y se inició junto con la formación de la Tierra, la distancia creciente entre ambos cuerpos celestes podría modificar significativamente la percepción de la Luna en el cielo a lo largo de millones de años.
El distanciamiento de la Luna de la Tierra no solo afecta su visibilidad futura, sino que también puede tener implicaciones para nuestro planeta. Aunque los efectos a corto plazo son mínimos, a largo plazo podrían producirse cambios significativos en el entorno terrestre. La desaceleración de la rotación terrestre afectará gradualmente la duración del día.
La Luna y la historia
Desde tiempos antiguos, la Luna ha sido un componente fundamental en la vida y los ciclos de nuestro planeta. Sin embargo, un fenómeno natural pone en riesgo su visibilidad futura. A medida que la rotación se ralentiza, la Luna se aleja en respuesta a estas modificaciones. Eventualmente, la Luna alcanzará una órbita estable en la que dejará de alejarse de la Tierra. Aunque este cambio ocurrirá a una escala temporal tan extensa que resulta difícil de concebir, podría tener implicaciones para los ritmos biológicos de los seres vivos.
La periodista y científica de la revista Muy Interesante, Sarah Romero, calculó que, a este ritmo de distanciamiento, aunque lento, la Luna podría dejar de ser visible a simple vista en un horizonte temporal de unos 50.000 millones de años.
Cuándo será el próximo eclipse anular del Sol
Para los entusiastas de la astronomía, el próximo evento celeste ya tiene fecha: el 2 de octubre se producirá un eclipse anular de Sol, durante el cual el astro quedará cubierto en casi un 70% en su momento máximo, prometiendo otro espectáculo en el cielo. No obstante, su punto máximo observable será en el sur, en Santa Cruz.