Mientras se anticipa que el nuevo coronavirus permanecerá con nosotros de manera endémica, por lo menos hasta que se inmunice la mayor parte de la población mundial, y se baraja la posibilidad de que el año que viene se administre una tercera dosis de vacuna antiCovid (empezando por los grupos de mayor riesgo), la semana última se presentaron ante investigadores, sociedades científicas, equipos de salud y autoridades sanitarias los resultados preliminares del estudio federal sobre inmunogenicidad y seguridad de la combinación de vacunas de distintas plataformas, que se lanzó el 1º de julio último.
Aunque falta completarlo, el ensayo trae buenas noticias: en la casi totalidad de los casos combinar vacunas genera niveles de anticuerpos similares o superiores que completar el esquema convencional.
“Estamos haciendo un estudio muy, muy amplio combinando todas las plataformas que se están usando en la Argentina para ver la posibilidad de usarlas, ahora y en el futuro, porque vamos a tener que lidiar mucho tiempo con esto”, afirma la viróloga Andrea Gamarnik, cuyo test (Covidar) se emplea para medir anticuerpos humorales (inmunoglobulinas, proteínas que circulan en el torrente sanguíneo).
En el trabajo intervienen cuatro jurisdicciones: Córdoba, la provincia de Buenos Aires, La Rioja y San Luis. Allí se reclutaron 961 voluntarios de 18 años o más que hubieran sido vacunados con una dosis de las inmunizaciones Sputnik V, Astra Zeneca o Sinopharm y estuvieran dispuestos a recibir la segunda dosis de una diferente, incluyendo las de Moderna y CanSino.
Para poder evaluar la inmunogenicidad (la capacidad para inducir una respuesta inmune) y la reactogenicidad (efectos adversos) de estos esquemas en comparación con dos dosis de la misma vacuna, se exploraron una variedad de combinaciones.
A los participantes se les tomó una muestra en el momento de la vacunación y a los 14 días de recibida la segunda dosis que corresponde según la asignación a cada una de las ramas establecidas. Falta completar este análisis con los resultados de las muestras correspondientes al día 28.
“Hacemos dos grandes evaluaciones: por un lado las del test Covidar, que mide presencia de anticuerpos contra RBD (el fragmento de la proteína del SARS-CoV-2 que le permite ingresar en las células), y por otro, la de anticuerpos neutralizantes [los que defienden a las células del patógeno y hacen que ya no sea infeccioso], que es la que tiene más peso –explica el inmunólogo Jorge Geffner, que realiza justamente esta última parte en el laboratorio del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida (Inbirs)–. Los resultados con una u otra determinación fueron coincidentes”.
En líneas generales, los niveles de inmunidad con el esquema combinado son similares o mejores que con el homólogo. “Con segunda dosis de Moderna da más alto, y eso es muy bueno porque el año que viene vamos a tener muchas vacunas de ARN [como la mencionada y la de Pfizer] –apunta Geffner–. El esquema homólogo de Pfizer o de Moderna siempre genera un poco más de anticuerpos y eso se traslada a los esquemas heterólogos. ¿Cuáles inducen niveles más bajos que el esquema convencional? De acuerdo con este estudio, dos dosis de Sputnik 1 (en lugar de componente 1 y componente 2) o usar Sinopharm como segunda dosis en reemplazo de Sputnik 2. En Sinopharm es en la única que vemos una contradicción entre los anticuerpos anti RBD y los neutralizantes: el esquema con segunda dosis de Sinopharm da menos anticuerpos humorales que el homólogo de Sputnik, pero el nivel de neutralizantes da similar. Por eso, en caso de que se opte por avanzar con la combinación de vacunas, nosotros proponemos ser lo más conservadores posible y que el esquema homólogo de Sputnik (componente 1 + componente 2) se reemplace con segunda dosis de AstraZeneca o de Moderna”.
Más adelante, el investigador subraya que no existe un marcador subrogante de protección: “No se puede decir ‘te medí anticuerpos, te dio tanto y estás protegida’. Estar vacunado con cualquier inmunización es muchísimo mejor que no estar vacunado, incluso frente a la variante Delta. Pero una cosa es proteger de la infección severa (que ataca el pulmón) y otra, contra el cuadro leve (que se circunscribe a la nariz, boca y garganta). Lo malo de este último es que uno contagia. Un reciente reporte de los Centros de Control Epidemiológico de los Estados Unidos (realizado con Pfizer y Moderna) indica que la protección frente a la infección severa es de entre 30 y 50 veces (la persona vacunada tiene entre 30 y 50 veces menos riesgo que alguien que no lo está). En la infección leve, es de cuatro o cinco veces. Aunque no es particularmente baja, contrasta con la otra”.
En materia de seguridad, el análisis demostró que la frecuencia de eventos adversos fue similar a la observada con los esquemas convencionales y levemente menor para aquellos esquemas completados con plataforma de virus inactivado. Los más observados fueron dolor en el sitio de aplicación, fiebre y cefalea. “No se registraron internaciones, ni fallecidos luego de la aplicación de la segunda dosis. Este volumen de datos nos permite corroborar lo que ya veníamos viendo, que los esquemas heterólogos que estamos utilizando son seguros y no tienen diferencias sustantivas con los esquemas originales”, informó durante la presentación Juan Manuel Castelli, subsecretario de Estrategias Sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación.
Daniela Hozbor, bioquímica, investigadora principal del Conicet y experta en vacunología del Instituto de Biotecnología y Biología Molecular de La Plata, opina que es importante destacar que estos resultados son provisorios. “Se refieren a una parte de la respuesta inmunológica, que es la humoral –afirma–. Todavía falta analizar la respuesta celular, el trabajo que está haciendo Gabriel Rabinovich y que en las próximas semanas probablemente esté disponible. Comparadas con el esquema original, de acuerdo con la primera dosis, muchas de las combinaciones funcionaron muy bien. Lo valioso es tener un estudio de esta magnitud con datos locales para la toma de decisiones”.
“Estamos en un momento de inflexión en el que está subiendo la proporción de casos causados por la variante Delta, pero con una vacunación bastante alta. Tenemos que ver si se va a interrumpir la bajada que mantuvimos por más de 20 semanas, si se va a generar una subida, o se va a achatar y va a disminuir el descenso –concluye Gamarnik–. Es difícil de predecir. Tener la posibilidad de administrar segundas dosis de plataformas más accesibles nos abre numerosas posibilidades”.