Fidel Schaposnik, un explorador que nos llevó a recorrer los confines del cosmos

Falleció el sábado pasado. Fue un científico sobresaliente y un notable narrador que lograba explicar algunos de los más complejos conceptos de la física actual.

02 de agosto, 2023 | 20.30

Quienes tuvieron el privilegio de conocerlo, seguro coincidirán en que Fidel Schaposnik, destacado físico de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) que falleció hace solo unos días, conjugaba el espíritu del investigador y el del Quijote por partes iguales. Explorador de la gravitación, la cosmología y la materia condensada, sus dotes de narrador le permitían no solo ser un excelente docente, sino también entablar un diálogo enriquecedor con los legos para transmitir y explicar la trama fascinante de la ciencia del siglo XX, iluminando conceptos que desafían nuestra intuición terrenal, como los de la mecánica cuántica, con anécdotas de los protagonistas, humor, suspenso, amoríos, éxitos y fracasos.

Desarrolló una carrera sobresaliente. Graduado en el Colegio Nacional de la UNLP con medalla de oro, y en la licenciatura de la misma universidad con promedio 10 absoluto, se doctoró en la UNLP, fue becario del Conicet, de la Fundación Marie Curie de Francia y de la Fundación Guggenheim de los Estados Unidos. Trabajó como profesor de la Universidad de París VI, en Francia, e investigador invitado en diversos centros europeos, latinoamericanos y estadounidenses. Dirigió numerosas tesis de doctorado en física de su universidad, de la UBA y del Instituto Balseiro. Firmó publicaciones científicas en revistas internacionales en colaboración con más de noventa físicos y matemáticos de todo el mundo. Escribió, además, dos maravillosos libros de divulgación: Qué es la mecánica cuántica (Paidós, 2014) y De la Tierra a un agujero negro. Un viaje a los confines del cosmos (Schapos Publishing, 2021) en los que transmite de manera amena y atrapante algunos de los conceptos más abstrusos de la física actual.

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En 2005, y con un enorme esfuerzo personal, impulsó la creación del Centro de Física y Matemática de América del Sur (Cefimas), dedicado a la investigación y formación en temas de frontera de la matemática y la física teórica, del que llegaron a participar más de 120 investigadores de la Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Cuba, Guatemala, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela, y en el que dieron charlas personalidades de la talla de Juan Martín Maldacena y Matías Zaldarriaga.

Se trataba de un centro internacional -como el International Center for Theoretical Physics, de Trieste, Italia; el Newton Institute, de Gran Bretaña; el Perimeter Institute, de Canadá, o el Kvali Institute y el Santa Fe Institute, de los Estados Unidos-, pero aunque el presupuesto adecuado para mantenerlo era significativamente menor que el que exige un proyecto de física experimental, para el Cefimas fue difícil obtener subsidios como los que permiten financiar investigaciones del Conicet y otras instituciones similares. Por falta de espacio y fondos adecuados, a pesar de los esfuerzos de Schaposnik, en 2008 debió cerrar sus puertas en Buenos Aires.

Casado con la física nuclear Patricia Massolo, que falleció prematuramente a los 43 años, Fidel se hizo cargo de la crianza de sus dos hijos, Laura (matemática doctorada en Oxford) y “Fidelito” (físico doctorado en la UNLP), ambos brillantes. Siempre a disposición para explicar los avances en su área del conocimiento, a sus méritos académicos les sumaba un entusiasmo y una calidez que lo hacían entrañable. Su muerte, ocurrida el sábado último a la madrugada, deja un vacío difícil de llenar.