El calentamiento global podría superar el umbral de 1,5°C en siete años

Hay un 50% de posibilidades de que ocurra si las emisiones de dióxido de carbono siguen como hasta ahora, según el Global Carbon Budget, informe anual de casi 100 investigadores que calcula el balance de dióxido de carbono

20 de diciembre, 2023 | 00.19

Después de 48 horas infartantes durante las que se trabajó contra reloj, discutiendo cada palabra y cada coma, representantes de casi 200 países reunidos en Dubai acordaron la semana última el documento final de la 28° Conferencia de las Partes (COP28) sobre cambio climático. Muchos lo tomaron como un éxito y se habló de un “hito histórico”, porque por primera vez incluye una exhortación a abandonar los combustibles fósiles. Sin embargo, no todos están tan contentos con este resultado. Entre otras cosas, objetan que la fórmula utilizada es muy débil, que los acuerdos financieros no se cumplen y que la velocidad de los cambios es mucho, pero mucho menor de lo que se necesita.    

“Estoy indignada y no soy la única –dice Carolina Vera, doctora en Ciencias de la Atmósfera y ex viceministra de Ciencia, Tecnología e Innovación–. Pensar que en 2015 estaba convencida de que el Acuerdo de París era bueno. Sin embargo, en ocho años avanzamos a paso de tortuga”.

Balance de emisiones y captura de gases de efecto invernadero. En rojo, las emisiones superan a lo que absorben los sumideros

Entregada la posta a Inés Camilloni, investigadora del Conicet y profesora de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA que la reemplaza en la vicepresidencia del Grupo I del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), y ya en su nuevo status de profesora emérita de la UBA e investigadora contratada del Conicet, Vera decidió pasar parte del año en la Patagonia, desde donde trabaja para todo el planeta en forma remota. En particular, concentrada en temas como las sequías, la gestión de riesgo de incendios y la adaptación al cambio climático. “Ya que no podemos avanzar en la mitigación…”, desliza.

Algunos de los datos que encienden su desilusión surgen del último informe del Global Carbon Budget, informe elaborado por más de 100 investigadores que se presenta cada año en las COP y calcula la evolución anual de los gases de efecto invernadero; en particular, del dióxido de carbono (CO2).

“Al nivel actual de emisiones, hay un 50% de posibilidades de que el calentamiento global supere 1,5°C de manera constante en unos siete años –afirman–. Está claro que el presupuesto de carbono restante, y por tanto el tiempo que queda para cumplir ese objetivo y evitar peores impactos del cambio climático se está agotando rápidamente”.

Las emisiones no paran de crecer

Más adelante agregan: “Los últimos datos de CO2 muestran que los esfuerzos actuales no son lo suficientemente profundos o generalizados como para poner las emisiones globales en una trayectoria descendente, pero algunas tendencias muestran que las políticas climáticas pueden ser efectivas”.

Según explica Vera, aunque a un ritmo menor que hace 20 años, los gases no dejan de crecer; y eso no alcanza para que no se supere el grado y medio, o los dos grados de aumento de temperatura media global con respecto a los niveles preindustriales. “El calentamiento no depende del valor instantáneo de la cantidad de gases que tenemos en la atmósfera, sino de lo que se va acumulando –detalla la científica–. Para no sobrepasar esos umbrales, no solo se debería haber ralentizado el crecimiento de las concentraciones de gases, tendríamos que haber reducido las emisiones. Mientras eso no pase, el calentamiento global va a continuar. Esa es la preocupación. Los compromisos actuales de los países llevarían la temperatura, en el mejor de los casos, por encima de los dos grados, y en el peor, por encima de tres. ¡Y esos son los compromisos, no es lo que realmente están haciendo! Hay una brecha entre lo que nos gustaría hacer y lo que se comprometen a hacer los tomadores de decisión, y entre lo que se comprometieron a hacer y lo que realmente hacen, que es menos todavía”.

Los únicos descensos en emisiones de CO2 son los registrados durante las épocas de crisis

Según el informe, las emisiones globales están aumentando rápidamente la concentración de CO2 en la atmósfera, y provocando impactos cada vez más graves.

Algunos hallazgos y proyecciones:

  • Las tendencias regionales varían. Se prevé que en 2023 las emisiones aumenten en India (8,2%) y China (4,0%), y disminuyan en la UE (-7,4%), Estados Unidos (-3,0%) y el resto del mundo (-0,4%).
  • También aumentarán las emisiones mundiales de carbón (1,1%), petróleo (1,5%) y gas (0,5%).
  • En 2023, el CO2 atmosférico promediará 419,3 partes por millón, un 51% por encima de los niveles preindustriales.
  • Aproximadamente la mitad de todo el CO2 emitido sigue siendo absorbido por los “sumideros” terrestres y oceánicos, y el resto permanece en la atmósfera. Este desequilibrio es lo que provoca el cambio climático.
  • En Canadá, debido a los incendios, las emisiones [de gases de efecto invernadero] fueron de seis a ocho veces mayores que el promedio.
  • Los niveles actuales de eliminación de dióxido de carbono mediante tecnología (es decir, excluyendo los medios basados ​​en la naturaleza, como la reforestación) ascienden a aproximadamente 0,01 millones de toneladas de CO2, más de un millón de veces menos que las actuales emisiones fósiles.

Los máximos seis emisores de dióxido de carbono

Si se consideran cantidades totales, China es hoy el mayor emisor, pero si se divide por el número de habitantes, la supera Estados Unidos. “Depende de cómo uno lo enfoque, pero a la atmósfera no le importa, lo que vale es cuánto emitís en total –subraya Vera–. Además, empezaron a aparecer los bankers, la navegación y la aviación internacional, actividades que emiten más que muchos países… Se necesita un esfuerzo colectivo ambicioso. El compromiso no puede ser solo de las naciones, sino también del sector privado, de la comunidad y de la sociedad civil”.

Para la especialista, aunque las dos semanas anuales de la COP son inevitables, porque se necesitan espacios de acuerdo, los avances son extremadamente lentos. “Yo no me alegro porque haya aparecido por primera vez la frase ‘combustibles fósiles’ –confiesa–. ¡Tuvimos que esperar 30 años! Y estuvieron varios días discutiendo qué giro utilizar: si ‘phase out’, ‘phase down’ o ‘transition away’ [que expresan pequeñas diferencias en inglés] para disimular que en el fondo los países petroleros van a seguir con esto en una transición, pero débil. Transition away, que es el término que se utilizó, es el que expresa menos énfasis, es apenas una invitación... Estamos ‘perdidos en la traducción’. No hay duda de que la transición energética se está dando, están creciendo las renovables, el camino ya empezó, pero avanzamos a una velocidad muy reducida para lo que se necesita. Yo era de las personas que veía el vaso medio lleno y ahora lo estoy viendo medio vacío. Si seguimos así, en 2040 seguro vamos a estar por encima de 1.5°C”.

Las emisiones de CO2 realizadas desde la Argentina

De acuerdo con las conclusiones del IPCC, para no sobrepasar el grado y medio de aumento de la temperatura, el mundo debería haber reducido las emisiones de gases de invernadero un 5% anual desde 2020, pero los únicos momentos en que la curva de emisiones totales descendió fue durante las crisis de 2008 y en la pandemia. Después, volvió a subir.

Con respecto a las soluciones tecnológicas (por ejemplo, la captura de carbono), Vera opina que tendría que darse en una escala que todavía no la hace rentable en comparación con la transición a energías renovables. “Algunos pretenden seguir utilizando combustibles fósiles y complementarlo con la captura de CO2, pero no hay manera. Hay que reducir las emisiones –asegura la científica–. La reforestación y otros métodos tecnológicos no naturales van a ayudar, pero el cambio está en dejar de usar combustibles fósiles. El Global Carbon Project muestra que las emisiones les están ganado a los sumideros. No se puede resolver tan solo capturando, es necesario dejar de emitir. Ese es el desafío”.

Camilloni, que estuvo presente en Dubai y fue entrevistada por Gabriel Rocca, de NEXciencia, el sitio de divulgación de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, se encuentra entre los que rescatan que por primera vez se hace una mención específica a los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) como los principales responsables del cambio climático y a la necesidad de dejar de lado esos combustibles. “Eso es un paso significativo porque siempre se hablaba en términos de reducción de emisiones de los gases de efecto invernadero, pero a los combustibles fósiles no se los mencionaba explícitamente dentro de las resoluciones que salen de estas conferencias. Y ésta es muy clara: hay que avanzar en una salida de los combustibles fósiles de una manera que sea equitativa, pero acelerando ese proceso de transición particularmente en esta década para llegar a ser ‘carbono neutrales’ [emitir a la atmósfera la misma cantidad de gases que se absorbe por otras vías] en 2050 (…) Debemos tener muy claro que si fallamos y las temperaturas aumentan por encima de 1,5°C, los riesgos son enormes, las consecuencias pueden ser devastadoras”.

En ese sentido, entre lo positivo cabe mencionar que están declinando las emisiones de 26 países que representan el 28% de las emisiones globales. “Lamentablemente, el calentamiento depende de lo ya emitido. Y en eso, la mayor responsabilidad la tienen Europa y Norteamérica”, concluye Vera.

Lo que dejó la COP28

Según Laura Rocha, Marina Aizen y Pilar Assefh, de Periodistas por el Planeta:

  • Los países están de acuerdo en que los combustibles fósiles deben sustituirse por energías limpias y en que hay que alcanzar el objetivo mundial de cero emisiones netas para 2050. Es la primera vez que se abordan los combustibles fósiles en las negociaciones sobre el clima. 
  • Se les pide a las partes que tripliquen las energías renovables para 2030 y dupliquen la eficiencia energética. También se reconoce que los costos de las energías renovables están bajando rápidamente.
  • Se pide que se aceleren los esfuerzos para la eliminación progresiva del carbón como fuente de energía. 
  • Los nuevos compromisos nacionales sobre el clima (NDC, en inglés) deberán cumplirse a partir de finales de 2024. 
  • Se acordó muy poco sobre financiación, lo que significa que éste se convierte en el principal punto de la agenda para 2024. La falta de financiación complementaria dificulta la transición energética.
  • El texto de adaptación es más débil que las versiones anteriores, con pocas métricas o definiciones concretas.