Es indudable que el Covid-19 presentó desafíos enormes en varias dimensiones, pero además puso a prueba la credibilidad de diferentes grupos sociales. Aquí y en otros países, políticos y periodistas no salieron indemnes de esa prueba de fuego. Sin embargo, de acuerdo con la Quinta Encuesta sobre Percepción Pública de la Ciencia, aumentó la valoración de científicos y científicas. Para el 55% de la población, la imagen de los investigadores mejoró desde que comenzó la pandemia.
“Ocho de cada diez argentinos declaran que la profesión científica es prestigiosa [27% más que en 2006] –comenta Cecilia Cejas, integrante de la Subsecretaría de Estudios y Prospectiva del Ministerio de Ciencia, que tuvo a su cargo el estudio– y el 75% confía en la comunidad científica. Seis de cada diez respondió que la consideran una profesión atractiva”. A lo largo de la serie histórica, las y los científicos, particularmente del ámbito público, son los profesionales más confiables, seguidos de los médicos".
El relevamiento, que se hace desde 2003 (hubo ediciones en 2006, 2012, 2015 y 2021), permite auscultar qué sabe, espera u opina la sociedad sobre la ciencia y la tecnología que se hace en el país, cuáles son sus temores y esperanzas, hacia dónde habría que orientarla. La última medición se hizo entre el 8 y el 30 de julio de 2021 y, como las anteriores, estuvo dirigida a personas mayores de 18 años de todos los estratos sociales, residentes en localidades de más de 10.000 habitantes, de distintas regiones del país. Fueron 1936 entrevistas realizadas por teléfono sobre una muestra probabilística con cuotas de género, edad y región, lo que le otorga representatividad nacional.
“El diseño de la muestra es similar al de las anteriores –explica Cejas–. Siempre se aplicó un criterio de regionalización que se mantuvo a lo largo de las distintas zonas. Lo que cambió fue el método de abordaje: habitualmente se hacía en forma presencial, en domicilios, tocando timbre, buscando por un muestreo específico a las personas a encuestar, y en 2021, por la pandemia, decidimos hacerla de manera telefónica, porque no podíamos asegurar que fuera frente a frente en todo el país. Para explorar una nueva metodología de abordaje, en paralelo hicimos otra, que llamamos ‘piloto’, con entrevistas a través de redes sociales”.
Sin embargo, no se trató simplemente de elegir uno u otro casillero, sino que intervinieron encuestadores que enunciaban las preguntas para que fuera lo más parecida posible a las anteriores. “Por teléfono cuesta más llegar a segmentos de menor nivel socioeconómico, pero se impuso una cuota para tener representatividad de todos los sectores, y trabajamos con fijos y móviles para tener una mayor cobertura”, aclara Cejas.
Los participantes se eligieron de manera aleatoria, teniendo como punto de partida los listados telefónicos. Como novedad, en esta medición se incorporó un bloque de preguntas específicamente vinculadas con el desempeño de los científicos argentinos en la pandemia. El 72% respondió que se sentía conforme. También se preguntó cómo se habían informado y qué sabían sobre los aportes realizados. La gran mayoría de la población (89%) intentó mantenerse informada sobre lo que ocurría, principalmente a través de la TV (57%) y allegados (23%).
Otras preguntas tuvieron que ver con el apoyo al financiamiento y el conocimiento de las instituciones científicas. “Es un dato que interesa mucho en el Ministerio –cuenta Cejas–. Si bien hay alto nivel de confianza en investigadores e investigadoras, el conocimiento sobre las instituciones donde trabajan es bajo. Apenas un 33% pudo mencionar una institución del sistema científico local. El más recordado es el Conicet. La mayoría de la población no conoce o no puede nombrar espontáneamente ninguna institución”.
Con respecto a las fuentes de financiación, en 2003 la opinión generalizada era que los principales promotores de la investigación científica en el país eran las fundaciones privadas y las instituciones extranjeras. Casi 20 años más tarde, la percepción predominante es que el Gobierno es el principal financiador. Y el 76% opina que debería aumentarse la inversión en ciencia y tecnología aun en detrimento de otras áreas.
Otros datos interesantes son que el 62% de las personas reconoció el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, y el 90% lo consideró muy o bastante importante. Este indicador fue creciendo desde 2012, año en que se midió por primera vez y solo lo reconocía el 50%. Casi siete de cada 10 (el 64%) declararon tener mucho o bastante interés en la ciencia y la tecnología, y el 72% espera que en el futuro tenga un lugar destacado en el escenario local.
Los resultados de las encuestas anteriores pueden consultarse en https://www.argentina.gob.ar/ciencia/indicadorescti/documentos-de-trabajo/popularizacion
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