No es la primera vez que el abogado, ex senador y funcionario elegido durante 42 años para ocupar distintos cargos en el gobierno de los Estados Unidos, Clarence William “Bill” Nelson, visita la Argentina. Recuerda que la primera vez que llegó a Buenos Aires, siendo muy joven, quedó deslumbrado por la belleza de sus mujeres. Y que vio al país desde el cielo hace 37 años, cuando en enero de 1986 se convirtió en el segundo miembro del congreso de su país en volar en el transbordador Columbia como tripulante especialista en cargas útiles. Pero hoy acaba de llegar en visita oficial como administrador de la NASA en una recorrida por el Cono Sur, después de reunirse en Brasil con el presidente Lula Da Silva. “En el vuelo desde allí, pude ver a ojo desnudo el impacto de la deforestación: cientos de kilómetros de barro”, destaca, en un breve encuentro con periodistas en la residencia del embajador de los Estados Unidos.
Durante su estada en el país, fue recibido por el presidente Alberto Fernández, en una reunión en la que participaron el ministro de Ciencia, Daniel Filmus, y el director ejecutivo y científico de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, Raúl Kulichevsky. Durante el encuentro la Argentina firmó los "Artemis Accords", que le permitirán ingresar al programa de retorno a la Luna que encabeza la agencia espacial norteamericana. Mañana visitará la planta de Invap, en Bariloche, y el lunes concluirá su actividad con una recorrida por el Centro Espacial Teófilo Tabanera de Córdoba. De aquí viajará a Bogotá, Colombia, a encontrarse con el presidente Gustavo Petro, y después a Cali, donde USAID mantiene un programa que proporciona a agricultores de esa región información espacial para prevenir plagas en las cosechas, incendios de bosques, estimar la humedad del suelo y predecir sequías.
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Aunque no adelantó decisiones concretas, Nelson manifestó que la Argentina es un socio importante para la NASA desde hace mucho, por ejemplo en la observación de la Tierra con fines científicos, y que espera que esa colaboración continúe en el futuro.
“Tenemos proyectos conjuntos con la agencia espacial argentina, como medir la salinidad del océano [con el satélite Aquarius SAC-D], un dato importante porque el agua salada es más pesada, se va al fondo y crea corrientes. Ese programa ya está en marcha desde hace 10 años –dijo Nelson–. Y cuando me encuentre hoy con el presidente, le ofreceré seguir con estas colaboraciones. Queremos tenerla como socia en muchos de nuestros proyectos como lo hacemos con otros países del mundo; por ejemplo, para entender qué está pasando con el clima en la Tierra. En enero, iniciaremos una colaboración con la India con un instrumento que nos permitirá ‘ver’, incluso en el Amazonas, qué está ocurriendo por debajo de la línea del follaje de los árboles”.
Uno de los programas insignia de la agencia espacial norteamericana es Artemis, que volverá a llevar astronautas a la Luna después de 50 años y de allí, a Marte. Mediante los “acuerdos Artemisa” ya participan 27 países (Australia, Canadá, Italia, Japón, Luxemburgo, Emiratos Árabes Unidos, Reino Unido y Estados Unidos, Ucrania, Corea del Sur, Nueva Zelanda, Brasil, Polonia, México, Israel, Rumania, Bahrein, Singapur, Colombia, Francia, Arabia Saudita, Ruanda, Nigeria, España, República Checa, Ecuador e India) y Nelson subrayó que esperaba que la Argentina se incorporara como el país número 28, cosa que sucedió horas más tarde en la Casa de Gobierno.
“Ya hicimos el vuelo de prueba alrededor de la Luna y volveremos el año que viene con tripulación. El año siguiente vamos a orbitarla y descenderemos. Enviaremos a dos astronautas y la primera mujer. Seguiremos yendo a la Luna y más allá, a Marte, y establecimos un conjunto de normas o directrices para los países que participen en la exploración del espacio exterior –destacó–. Y eso es lo que establecen los acuerdos: que vamos en son de paz, ayudándonos entre nosotros y en situaciones de rescate, sin disputar por territorios o equipos. Y eso es válido tanto para la Luna como para cualquier otro cuerpo celeste”. Para participar, la Argentina deberá presentar proyectos.
Acerca del acuerdo que el país firmó con China para la instalación de un observatorio del espacio profundo en Neuquén, Nelson explicó que “a medida que la Tierra gira, para comunicarse con la luna o con Marte, necesitamos una antena que los esté mirando directamente. Por eso, Estados Unidos tiene antenas que sirven de apoyo a sus misiones en España, California y Australia. Así, a medida que la Tierra rota, siempre hay una de nuestras antenas orientada hacia el objetivo. Asumo que la antena de China es para ese propósito. China es el segundo país en ir a Marte. Su rover no duró mucho, pero fue un logro significativo. También sabemos que China aterrizó en la Luna. Creo que hay una carrera espacial entre China y los Estados Unidos. Nosotros volvemos después de medio siglo a una ubicación diferente, al Polo Sur, porque sabemos que allí hay agua en forma de hielo. Si es abundante, uno tiene hidrógeno y oxígeno, los componentes del combustible para las naves espaciales. Nuestra misión es internacional. Ustedes saquen sus propias conclusiones acerca de la misión China. No puedo hablar sobre lo que está haciendo en la Argentina”.
Alienígenas
Nelson también se refirió, sin definirse, a las audiencias actualmente en marcha en el Congreso de su país por las afirmaciones de David Grusch, ex oficial de inteligencia que alega que el gobierno está ocultando información sobre una nave “alienígena” que tendría en su poder. “He visto y hablado con personas de la Marina –dijo–. Decidí como administrador de NASA que tenemos que considerarlo desde el punto de vista científico. Creamos un panel de una docena de prominentes investigadores y van a entregar un informe más adelante. Sabemos que el universo tiene 13.800 años luz y el James Webb Telescope nos está enviando imágenes de cuando apenas tenía 300 millones de años. Les pregunté cuál es la posibilidad matemática de que en el universo una estrella de tamaño mediano con una familia de planetas alrededor con la composición química adecuada albergue vida. Me respondieron que más de un billón. ¿Tiene algo que ver con esto? No lo sé. Estamos buscando vida extraterrestre. Traeremos a la Tierra 42 muestras de Marte tomadas del fondo de un lago en una cápsula de titanio. En septiembre llegará una muestra de Bennu un asteroide rocoso y veremos si tiene los componentes de la vida. El espacio es muy vasto”.
Ya sobre el final, subrayó que NASA no solo es una agencia espacial, sino también “climática”. “Tenemos 25 satélites en órbita recogiendo datos –destacó–. En los próximos diez años lanzaremos cuatro grandes observatorios que nos darán una comprensión más ajustada de lo que está ocurriendo en la Tierra. Acabamos de lanzar un satélite (SWOT) que nos dará la elevación y volumen del agua dulce en ríos, reservorios, lagos. Es la primera vez que vamos a estudiar esto. Y tenemos un centro de información de la Tierra [en nasa.gov] donde estos datos son accesibles en tiempo real. Están a disposición de todos”.
Tres décadas de cooperación
Conae y NASA desarrollaron cuatro misiones satelitales conjuntas y vienen colaborando en distintos proyectos científicos relacionados con el espacio profundo. También mantienen cooperación en las misiones SAOCOM y NISAR y futuras misiones relacionadas con el estudio del cambio climático.
El vínculo entre las agencias espaciales de la Argentina y de los Estados Unidos comenzó inmediatamente después de la creación de la Conae en 1991, con la firma de un acuerdo marco para la cooperación espacial. Previo a la firma de este documento, en la década anterior ya existían contactos de la NASA con grupos argentinos de investigación y con la Secretaría de Ciencia y Técnica.
A partir de la firma del acuerdo, el trabajo conjunto de la CONAE y la NASA fue continuo durante el desarrollo de la serie de Satélites de Aplicaciones Científicas (SAC) de la Argentina; NASA aportó instrumentos y los servicios de lanzamiento desde plataformas en los Estados Unidos, y Conae dio soporte a campañas de investigación de NASA.
La Conae además brindó apoyo a la campaña de seguimiento de la misión New Horizons en 2018 con el despliegue de telescopios en distintos punto del país, y apoyo de la Estación Terrena Córdoba a la misión Van Allen Probes para la medición del campo magnético terrestre, entre otras.
Los satélites Saocom1A y Saocom 1B, lanzados en 2018 y 2020 respectivamente, integran la constelación Siasge (Sistema Italo Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias) y actualmente brindan servicio tanto a la Argentina como a otros países. Además, está en marcha el desarrollo de un lanzador de satélites, el Tronador, lo que le daría al país autonomía para poner en órbita sus propios satélites y otros de la región. Y se encuentra en construcción la nueva misión satelital SABIA-Mar (Satélite de Aplicaciones Basadas en la Información Ambiental del Mar), con fecha de lanzamiento prevista para principios de 2025.