La causa por el homicidio de Nora Dalmasso en noviembre de 2006 en Río Cuarto, Córdoba, sufrió un giro brutal hace pocas horas tras conocerse que una pericia internacional había marcado al pulidor de pisos, Roberto Bárzola, como el asesino del country. Pocas horas después de la conmoción que generó la noticia, una nueva información sorprende a todos alrededor del brutal homicidio que lleva más de 18 años en un absoluto misterio. Después del fallo que absolvió al viudo, la Justicia ordenó nuevas pericias y el nuevo fiscal, Pablo Jávega, inició una investigación “por la verdad”. Entre esas pericias hubo decenas de estudios de ADN que terminaron dando el nombre del sospechoso del crimen.
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Poco después de que la Justicia de Córdoba confirmara que Bárzola había sido marcado por los investigadores y los peritos como el hombre con quien compatibiliza el ADN encontrado en el cinturón usado para estrangular a Nora y en el vello levantado de la zona inguinal de la víctima, vino a la mente de los investigadores la insistencia de la madre de Nora Dalmasso en marcar al parquetista como un sospechoso del crimen. Según relataba ante la justicia el abogado de los padres de Nora Dalmasso, “la hipótesis del amante y el encuentro sexual es toda una fantasía de los investigadores” y aseguraba que “podría haber sido una emboscada” del trabajador que ocasionalmente estaba haciendo reparaciones en la casa.
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En ese relato que realizaba el abogado Diego Estevez, aseguraba que Nora Dalmasso “llegó a su casa, se bañó, se acostó a leer y la emboscaron, violaron y asesinaron una o dos personas”. Por eso, el abogado en representación de los padres de la víctima pedía que se investigue a todos los que tenían acceso a la casa y conocían los movimientos. Parte de ese argumento fue reconstruido por el fiscal Jávega para tomar muestras de 45 personas y pedir las comparaciones de ADN. Además de esa reconstrucción, los nuevos investigadores se encontraron con datos que sorpresivamente fueron dejados de lado en 2007 y hoy son mirados con precisión.
Uno de los informes fue realizado pocos meses después del crimen por un investigador privado estadounidense. Stephen Walker era un ex investigador del FBI que estaba casado con una mujer nacida en Río Cuarto. Por la cercanía con la ciudad y el conocimiento, el investigador realizó un informe de 12 páginas y se lo presentó al por entonces Fiscal General de Córdoba, Darío Vezzaro. La Justicia desestimó el informe porque el especialista no declaró quien lo contrató y es por eso que ese informe fue dejado de lado.
Stephen Walker había analizado los movimientos en el lugar y algunas declaraciones tanto públicas como judiciales. Alejado de los rumores y los comentarios que circulaban alrededor del caso, el ex FBI trazó una hipótesis que describió a la Justicia Argentina donde aseguraba que “no es sólida la coartada de un colocador de pisos que trabajó en la casa". Allí le pedía a los investigadores seguir esa línea. Cuando analizó esa hipótesis, Walker aseguraba que el parquetero había mentido en su declaración de haber estado en la casa el día del crimen sin que nadie le abriera la puerta. Pese a las contradicciones con otros testigos, la mirada de Walker nunca fue analizada por la justicia cordobesa.
Dos años después del análisis de Walker, dos investigadores del FBI estuvieron en la escena del crimen alrededor de tres horas acompañados de un traductor. Allí realizaron una inspección ocular y propusieron apoyar a la investigación con el Centro Nacional para el Análisis de Crímenes Violentos (NCAVC). Esa unidad del FBI combina policías, apoyo operacional y logístico para dar apoyo a policías nacionales e internacionales que investigan crímenes violentos que pueden resultar inusuales o de carácter serial. De ese operativo participó también el fiscal que por entonces llevaba adelante la investigación, Javier Di Santo, quien desestimó la ayuda y siguió otra línea de investigación. Los investigadores del FBI, entonces, se fueron de Río Cuarto a Ushuaia para analizar la zona donde desapareció Sofía Herrera.
Pasaron más de 17 años, acusaciones y juicios con la mirada puesta en la familia de la víctima hasta que las nuevas pericias marcaron que Roberto Bárzola asesinó a Nora Dalmasso. Para los nuevos investigadores y los abogados de Marcelo Macarrón y los hijos, la pericia es “irrefutable y contundente”, y buscarán por todos los medios que el caso no quede impune. “Ahora queremos saber el cómo y el por qué de todo lo que pasó”, dijo la abogada de la familia, Mariángeles Mussolini, y detalló que “esto claramente fue un femicidio, una violación seguida de muerte”. Mientras tanto, el fiscal citó a declarar a Roberto Bárzola acusado de abuso sexual seguido de muerte, aunque el parquetista se negó a declarar y sigue libre.