El juicio por el asesinato de Nora Dalmasso comenzó verdaderamente esta semana con los testimonios independientes de dos amigas de la víctima: María del Carmen Pelleritti de Gaona y Paula Fitte de Ruiz. Durante las primeras semanas, el viudo Marcelo Macarrón, imputado de haberle pagado a un sicario para asesinar a su esposa el fin de semana del 25 de noviembre de 2006, mientras él jugaba golf en Punta del Este, intentó victimizarse frente a los ocho jurados populares, quienes serán los que inclinarán la balanza de la Justicia hacia la absolución o la condena efectiva.
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Los hijos del acusado y de la víctima, Facundo y Valentina Macarrón, también jugaron a favor de su padre dentro de la sala de audiencias y en los alrededores de los Tribunales, clamando la inocencia del sospechoso y abonando la hipótesis de que el asesino es el empresario Miguel Rohrer, conocido en Río Cuarto como “El Francés”.
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Según el requerimiento fiscal de elevación a juicio, en los últimos meses de 2006, en una fecha que no se puede delimitar con exactitud, Marcelo Macarrón “en acuerdo delictivo con personas aún no identificadas por la instrucción, instigó el crimen de su mujer por desavenencias matrimoniales” para “obtener una ventaja, probablemente política y/o económica del estrepito de la eventual muerte, planificó dar muerte a su esposa Nora Dalmasso”.
Toda la arquitectura defensiva desplegada por Macarrón e hijos comenzó a crujir con los testimonios de las amigas de Nora, las que cenaron por última vez con la víctima, la noche del viernes 24 de noviembre de 2006 en el Alvear Resto Bar, un coqueto salón inaugurado meses antes del asesinato. Luego de la última cena, todo el grupo de mujeres se trasladó hacia Villa Golf, donde vivía la mayoría de las “congresistas”, como se hacían llamar Nora y sus amigas. En la casa de una de ellas, Rosario Márquez, charlaron y bebieron Pommery, un exclusivo champán francés. Cerca de las 3 de la mañana, mientras llovía torrencialmente, las mujeres se despidieron y fueron cada una a sus viviendas, algunas en el mismo barrio y otras en el vecino country San Esteban.
Una de esas congresistas, María del Carmen Pelleritti, reivindicó la figura de su amiga ante la Cámara Primera del Crimen de Río Cuarto: “Se realizó una investigación morbosa sobre la muerte de una persona que asesinaron varias veces. Fue un femicidio contra una mujer, la revolcaron y la pisotearon mil veces”, dijo sin dudar. Y cuestionó a los primeros fiscales Javier Di Santo, Fernando Moine y Marcelo Hidalgo y a los policías de Homicidios, encabezados por el comisario inspector Rafael Gustavo Sosa: “Se ocuparon de buscar amantes y en el medio, se les escapó el asesino”.
La testigo afirmó que “fue un femicidio contra una mujer, una madre, una hija y una amiga”, y agregó que “a Nora la revolcaron por el piso mil veces y la pisotearon. Nadie investigó a ciencia cierta”.
También, no dudó en apuntarle al viudo Marcelo Macarrón, único imputado en la causa, sospechado de haberle pagado a un sicario para eliminar a Nora mientras él estaba lejos de Río Cuarto disputando un torneo de golf en Punta del Este, la coartada perfecta para ubicarse como doble víctima: marido engañado y viudo condolido: “Si vos te separás, Walter (Gaona) no tendría inconvenientes en dividir los bienes; en cambio, si yo me separara de Marcelo (Macarrón) tendría muchos problemas”, declaró la testigo ante los jueces, reproduciendo un diálogo mantenido con su amiga.
Dalmasso: “Si vos te separás, Walter (Gaona) no tendría inconvenientes en dividir los bienes; en cambio, si yo me separara de Marcelo (Macarrón) tendría muchos problemas”
Al ser consultada sobre quién se beneficiaría con la muerte de la mujer, Pelleritti no dudó: “Beneficiario podría ser Marcelo, que no quiso compartir el 50% de los bienes, y (Daniel) Lacase que aprovechó la situación de lo que estaba sucediendo para deshacerse de sus enemigos políticos”, tal lo adelantado por El Destape en ediciones anteriores.
Ya en los pasillos de Tribunales de Río Cuarto, María del Carmen Pelleritti habló con los periodistas y cuando le preguntaron sobre la frase ‘si aparezco muerta, ya saben a quién buscar’, a quién hacía referencia, si a Nora o a ella; la testigo dijo: “Nos podía pasar a las dos”. También señaló que Daniel Lacase, el ex vocero de Marcelo Macarrón “tiene mucho poder político”.
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“Marcelo nunca me buscó en 15 años”
Otra de las amigas de Nora Dalmasso declaró a favor de la víctima y apuntó contra el viudo: “Fui la última persona que la vio con vida pero Marcelo nunca me buscó para hablar de ella, en estos 15 años jamás acudió a sus amigos para que lo consolásemos. Eso me sorprende”, declaró Paula Fitte de Ruiz, una de las mujeres que también cenó con Nora la noche antes de que fuera asesinada. A la tarde, la mujer había pasado por la casa de la calle 5 al 627 y como Nora no se encontraba, le había dejado una nota para asegurar la salida nocturna: “Que no decaiga”.
La testigo, conocida entre las amigas como “Poly” describió al viudo en dos facetas: “Por un lado está el excelente médico”, pero también lo describió ante los jueces de la Cámara Primera del Crimen como “una persona fría, calculadora”, que no tenía escrúpulos para escalar socialmente. Mirando a Macarrón mientras declaraba, la amiga de la mujer asesinada le apuntó al imputado: “Una de las pocas veces que me habló, fue para contarme que se había comprado un departamento en Miami. Lamento que me haya hablado por eso y no por Nora”.
En mayo de 2016 el sitio Clickear reveló que en 2013 el viudo Macarrón había armado una sociedad off shore en Miami, Estados Unidos, con la que compró, al menos, un departamento. El 4 de abril de 2013, Macarrón junto a un socio, abrieron en Miami la sociedad DRMM Corp; con la que, el 1 de julio del año siguiente compraron el departamento 135 del complejo Avila South ubicado en 210 172nd Street de la pequeña localidad de Sunny Isles Beach, en el condado de Miami-Dade. Esa sociedad off shore no fue declarada ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y se conoció gracias a esa investigación periodística.
Ni bien comenzó su testimonio, Paula Fitte aclaró que no era íntima con Nora, que iba a declarar para “defender la memoria de Nora, porque nadie se merece una muerte así”, y que la noche del crimen, cuando las mujeres regresaban a sus hogares, la víctima le pidió que la acompañara a su casa porque quería entregarle una carta que Valentina, su hija, le había enviado a su padre desde Estados Unidos. “Quería que le diera mi opinión, sobre lo que decía esa carta”, señaló la mujer.
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Paula Fitte también declaró que tras la reunión que terminó en la madrugada del sábado 25 de noviembre, la próxima novedad de su amiga la tuvo el domingo 26 cuando le avisaron que la habían encontrado muerta con un cinto de bata en su cuello. En su declaración de unas dos horas de duración, la testigo defendió la figura del empresario cerealero Miguel Rohrer, quién es amigo de su esposo Daniel Ruiz desde la infancia: “Ni siquiera es “El Francés” como dicen, los que lo conocemos le decimos “El Ruso” y sabemos que no es un depravado ni un violento como intentaron mostrarlo”.
La mujer declaró que cada vez que Rohrer se encontraba en Río Cuarto “Marcelo (Macarrón) se desvivía por invitarlo a su casa. Hay muchas cosas que no cierran, que están incompletas, que duelen”. También declaró que al momento del asesinato de Nora, “”está comprobado que Miguel se encontraba en Buenos Aires”.
El defensor del viudo, Marcelo Brito, al ver que la estrategia defensiva y de victimización comenzaba a ceder por el testimonio de la “congresista”, chicaneó a la testigo preguntándole si sabía qué opinaban Valentina y Facundo Macarrón sobre el empresario: “No me interesa lo que piensan, lo que creo es que trataron de ponerlo en el tapete”.
Siguiendo con su chicana, Brito arremetió de nuevo contra la testigo y le preguntó si había visto como Miguel Rohrer “levantaba a cococho a las mujeres en las fiestas”; y “Poly” Fitte fue contundente: “No me gusta la manera como lo dice, yo no lo sentía como algo malo. Lo hacía por diversión, muchas veces me levantaba a mí y me tiraba a la pileta o lo hacía con Nora. Se lo ha juzgado mucho, pero no lo veíamos mal”.
Paula Fitte admitió que durante sus testimonios en la etapa de instrucción, declaró que habló sobre la posibilidad de que fuera un asesinato amanos de “un amante despechado”, aunque en la audiencia de ayer aclaró que lo dijo porque era el rumor que se había instalado en Río Cuarto.