Habló el fiscal del caso Nora Dalmasso y rompió el silencio sobre el nuevo sospechoso: "Existe la posibilidad de una condena"

La Justicia cordobesa realizó un hallazgo que cambió el curso de la investigación por el asesinato de Nora Damasso, sucedido en noviembre del 2006. Qué dijo el fiscal a cargo y cómo sigue la causa.

23 de diciembre, 2024 | 13.16

El caso Nora Dalmasso tomó un giró inesperado en las últimas horas cuando el Ministerio Público Fiscal de la provincia de Córdoba reveló que el ADN de un hombre resultó compatible con las huellas genéticas recabadas en la bata de la víctima 18 años atrás. Según fuentes judiciales confirmaron a El Destape, se trata de Roberto Barzola, parquetista que trabajaba en la casa de Dalmasso.

Aunque el sospechoso fue notificado, no quedó detenido debido a la prescripción de la causa. Bárzola había declarado como testigo durante el juicio realizado en 2022. El fiscal, Pablo Jávega, reveló en conferencia de prensa el detrás del hallazgo: "Había huellas que figuraban como desconocidas en el cinto de la bata de la víctima. Se ha logrado determinar que se trataba de una persona mayor de edad, masculino, que dio compatible con el ADN. También se analizó otra muestra de un pelo en la zona de la ingle, ese resultado se obtuvo el día viernes y se correspondería con el mismo linaje de la persona sospechada".

Sobre cómo sigue la causa y la prescripción del caso, aclaró: "La posibilidad de que sea condenado está. Estamos en esa etapa, en la etapa del futuro de la causa. Primero había que determinar quién era el aportante y si había alguna hipótesis de sospecha. Si se daba ese escenario, teníamos que analizar la vigencia de la acción penal para avanzar. Hasta que no se pueda comprobar la vigencia, no se puede avanzar".

Por ahora, el sospechoso no se encuentra imputado, pero sí sindicado. En caso de avanzar con la imputación, Bárzola sería acusado de "abuso sexual seguido de muerte". "El motor de trabajo de la investigación fue dar una respuesta a la familia. Estamos en una etapa de investigación exhaustiva para verificar si hay subsistencia en la acción o si, por el contrario, se daría la prescripción", aclaró Jávega, quien es el séptimo funcionario judicial que toma el caso desde el 2006. 

La coincidencia del ADN del empleado con los rastros hallados en el cuerpo de la víctima fue confirmado hace unos 10 días por el FBI, a casi dos décadas del crimen de Dalmasso.

El comunicado del Ministerio Público Fiscal

Una persona de sexo masculino figura como aportante compatible con las huellas genéticas recolectadas en cinto de bata que fuera ubicado anudado en el cuello de la víctima y de vello secuestrado en zona inguinal de la misma”, detalla un comunicado del MPF cordobés publicado esta mañana. “Su nombre se conoce desde el inicio del expediente”, agregaron fuentes judiciales.

Según el escrito, la Fiscalía seguía trabajando en analizar el resto del cuadro de pruebas disponible, como también en definir la situación procesal: "También se trabaja en aspectos relevantes al análisis de la acción penal derivada del hecho señalado. Tales conclusiones fueron comunicadas a la familia querellante y a la persona sindicada, quien concurrió a la sede de la Unidad Fiscal para ejercer, con la debida asistencia letrada, su defensa material y técnica".

El nuevo hallazgo fue tras una colaboración entre el Ministerio Público Fiscal y el Centro de Genética Forense del Poder Judicial de Córdoba junto al National Center for Forensic Science, de la Universidad de Florida, Estados Unidos, además del apoyo del Ministerio de Justicia del gobierno de la Provincia de Córdoba.

El caso

En julio de 2022, terminó el juicio por el femicidio de Nora Dalmasso y el crimen quedó impune. El fiscal Julio Rivero confirmó que no hubo elementos para acusar al único imputado de instigar el crimen, el viudo Marcelo Macarrón, quien estaba acusado del delito de "homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal".

No la mató Macarrón, ni la mató un sicario. La mató una sola persona. Un hombre conocido por ella que lo más probable es que la haya estado esperando. Acto seguido se produjo un acto sexual consentido. La sujetó con ambas manos, la dejó inconsciente, tomó el cinto, hizo doble nudo para asegurarse el resultado final. Luego la cubrió con las sábanas de los tobillos al abdomen, en señal de rechazo, de respeto, de pudor, de dejar un mensaje de que no la abusó”, afirmó el funcionario.

“¿Estoy obligado a mantener la acusación de Pizarro? Como fiscal no me puedo dejar llevar por cuestiones subjetivas ni emocionales. No puedo dictaminar cediendo a presiones mediáticas ni sociales. Debo evaluar la prueba de manera objetiva. Como fiscal no puedo torcer la voluntad de la prueba porque se me dé la gana. Debo decirles que como fiscal soy el abogado de la sociedad. no me autoriza a ser tan irresponsable, tan oportunista de acusar por que sí”, se justificó. El fiscal que instruyó el caso, Luis Pizarro, al elevar el caso a juicio, consideró que la madrugada del 25 de noviembre del 2006 el viudo "planificó dar muerte a su esposa por desavenencias matrimoniales y con la intención por parte de su/s adlater/es de obtener una ventaja, probablemente política y/o económica".

No obstante, el representante del Ministerio Público que debió respaldar con pruebas esa acusación en el juicio cuestionó duramente la investigación llevada a cabo y dijo que no tenía pruebas para pedir una condena.

El entonces bioquímico policial, Daniel Zabala, había confirmado de la existencia de semen en el cuerpo de la víctima y afirmado que era de “linaje Macarrón”, para luego el FBI precisar que el ADN era específicamente del viudo. En este marco, cuestionó “qué motivo hay para desestimar una prueba de tal magnitud" y remarcó que "no hay antecedentes así”. En este sentido, sostuvo que la Justicia de Río Cuarto “quedará con una mancha” porque el asesinato quedará impune.

Zabala hizo referencia al último fiscal que instruyó el caso, Luis Pizarro, que desestimó la prueba genética que había usado su antecesor, Daniel Miralles, para acusar al viudo como autor del homicidio. Este último fue apartado del caso por pedido de la defensa de Macarrón, lo que sucedió en paralelo a su renuncia. Ya con la causa en manos de Pizarro cambió la hipótesis y Macarrón fue acusado de haber pagado a sicarios para que mataran a su mujer.

Pizarro afirmó que no hubo rastros de semen obtenibles en la escena del crimen y que Macarrón no estuvo en Río Cuarto la madrugada del 25 de noviembre de 2006. Sin embargo, en la etapa de instrucción y en el debate oral y público, testigos y documentos confirmaron que Marcelo Macarrón estuvo presente en el lugar del crimen al momento de ser ejecutada su esposa. Pero el fiscal Rivero se negó a recaratular la acusación.

En esta línea, afirmó que “analizados en totalidad los informes químicos y genéticos llevados a cabo en la causa, se entiende, primero, que no hubo hallazgo de semen en ninguna de las evidencias recolectadas y analizadas; segundo, que el perfil genético masculino [de Marcelo Macarrón] hallado en algunas de las evidencias resultó luego de pruebas o técnicas más específicas, de alta sensibilidad, y lo fue en escasa cantidad, o bajo número de copias”.

El lunes 14 de marzo de 2022, cuando se inició el juicio contra el viudo de Nora Dalmasso, el fiscal Rivero tomó la acusación elevada por el fiscal de Instrucción Luis Pizarro, que puso sin ninguna prueba al traumatólogo Macarrón en el papel de marido infiel que pagó a un sicario para asesinar a su esposa para no repartir bienes, luego de que ella le dijera que quería divorciarse.

A lo largo del proceso, hubo testigos como el hermano de la víctima, Juan Dalmasso, que apuntaron al poderoso abogado Daniel Lacase, ex vocero del viudo como actor de relevancia en esta trama criminal. Algunas de las amigas que cenaron con la víctima horas antes de ser asesinada, también declararon que le temían a Lacase; todos testimonios que pusieron en duda la acusación del fiscal instructor Pizarro, que fue avalada por su colega de Cámara, Julio Rivero.