A dos años de la desaparición de Guadalupe Belén Lucero, la niña que tenía cinco años cuando fue vista por última vez el 14 de junio del 2021 mientras jugaba con sus primos en la puerta del domicilio de su tía en la ciudad de San Luis, y luego de ser buscada en varias partes del país, nunca se logró dar con su paradero. Por eso, a pesar de que se desarrollaron 180 líneas de investigación, más de 400 allanamientos y secuestros y peritajes de teléfonos, ninguna tuvo un resultado concreto. El fiscal federal Cristian Rachid confirmó que recibió cerca de 30 denuncias por medio de líneas telefónicas con respecto al caso.
En el marco de un nuevo aniversario de su desaparición, familiares de la niña realizan diversas actividades que culminarán este miércoles con una marcha en la capital puntana. El lunes llevaron a cabo un "semaforazo" (cuando el semáforo se ponía en rojo, exhibían carteles con el nombre y fotos de la menor); mientras que durante todo el miércoles viralizaron el reclamo en redes sociales con el hashtag #2AñosSinGuada. Desde las 17, la marcha parte desde el Centro Cultural La Vía, en la ciudad de San Luis, con las consignas: “¿Dónde está Guadalupe?”, “Viva se la llevaron, viva la queremos” y “el Estado es responsable”.
Además de la concentración en diferentes ciudades como Villa Merlo y Villa Mercedes, habrá música y poesías referidas a Guadalupe, otro semaforazo y una intervención artística.
El caso Guadalupe Lucero
Guadalupe jugaba en un cumpleaños familiar junto a sus primos y, de un momento a otro, ya no estaba. Según el relato de los mismos niños, se habría ido de la mano con una joven cuya identidad desconocen y a la que nunca habían visto previamente. Desde el Ministerio de Seguridad, a pocas horas de la desaparición, activaron inmediatamente el Alerta Sofía. Rastrillajes, allanamientos, búsquedas casa por casa con perros de rastreo, operativos vehiculares y de identificación de personas y también una intensificación de controles en puestos limítrofes fueron algunas de las tantas medidas que se llevaron adelante en el caso.
En su momento, el oficial inspector a cargo de Relaciones Policiales de la Jefatura Central de la Policía de San Luis, Lucas Chacón, se refirió a la hipótesis de un ajuste de cuentas narco y sostuvo que se tenían en cuenta todas las posibilidades en la investigación. Mientras tanto, la búsqueda se ampliaba al lago Berta Vidal de Battini -30 kilómetros al este de la capital, en la zona de Estancia Grande- y al oeste en las localidades de Balde, Alto Pencoso, Chosme y Jarillas. También fueron rastrillados los diques Chico, Cruz de Piedra, Potrero de los Funes y La Florida.
Guadalupe Belén Lucero vivía en el barrio 208 viviendas de la ciudad capital, es de tez trigueña, tiene cabello lacio, por debajo de los hombros, un lunar en la mejilla izquierda, y al momento de su desaparición vestía una campera parca negra con capucha, buzo rosa y llevaba botas negras.
A mediados de junio, tras los aportes de su madre, Yamila Cialone, sobre chats extorsivos de un número proveniente de México y una llamada donde habría escuchado la voz de su hija, Interpol activó una alerta amarilla -donde fuerzas policiales a nivel mundial quedan advertidas sobre una persona desaparecida, en particular si se presume que fue víctima de rapto- para buscar a Guadalupe internacionalmente. A través de ésta, los países pueden solicitar e intercambiar información esencial para la causa.
Una de las principales pruebas era la de un video registrado por una cámara ubicada a 700 metros del lugar del hecho, donde la niña desapareció. "La imagen es muy mala, se ve borrosa y por eso estamos intentando mejorarla pero a priori se ve a una mujer vestida de negro y a su lado se observa una silueta que da toda la impresión que es una nena", indicaron. Dicha prueba concuerda con la misma descripción hecha en su momento por la única testigo directa: su prima de tres años, con quien jugaba en la vereda.
En agosto de ese mismo año, la madre de la niña confirmó que un equipo de perros entrenados encontró las primeras pistas importantes del caso: al enfocarse en marcar con exactitud dónde fue extraída la niña, se conoció que fue en la autopista N° 7 donde los canes pierden el rastro; por lo que los investigadores presuponen que la niña habría sido llevada en un vehículo. Tiempo después, su madre denunció haber recibido cartas con supuestas pistas sobre su posible ubicación en Bahía Blanca.
Durante el mes de abril del año pasado, se dio un nuevo hallazgo: una calza pequeña rajada, unas botitas y restos óseos quemados en un descampado de 60 hectáreas. Su madre descartó que se tratara de su hija. Mientras que días más tarde, encontraron una media; aunque la familia tampoco la reconoció como propia.
Ante la falta de respuestas, el Sistema Federal de Búsqueda de Personas (Sifebu) comenzó las tareas de reconstrucción de la desaparición de Guadalupe. Nuevos peritajes y mediciones en la zona cero con el objetivo de "contribuir al esclarecimiento del hecho y a la adopción de nuevas diligencias probatorias tendientes a dilucidar aquellos puntos que surjan durante su desarrollo".
La última data fue del 30 de junio pasado: Sergio Andrés Ponce, joven de 26 años que padece esquizofrenia, se presentó en una comisaría de San Luis y confesó haber matado a la pequeña, aunque dio dos versiones diferentes del hecho. Al cambiar su confesión y al tratarse de un paciente, fuentes policiales dudaron de la veracidad aunque reactivaron la investigación, sin encontrar datos relevantes en los nuevos allanamientos. "El autoincriminado en el caso no utilizó su tarjeta de transporte público para ir o salir del barrio en el que fue vista por última vez la niña", dijo el abogado de la familia Héctor Zabala, quien a su vez descartó que sea el culpable de la desaparición.
Desde entonces la causa, que ahora tramita en fuero federal y cambió de carátula bajo la presunción del posible delito de tráfico de personas -desde diciembre del 2021-, no mostró avances y una de las hipótesis que se maneja es que no se encontraría en la provincia. El fiscal federal Cristian Rachid, quien dirige la investigación, no formuló declaraciones hasta ahora.
Las personas que puedan brindar información sobre su posible ubicación pueden “comunicarse telefónicamente con el Programa Nacional de Coordinación para la Búsqueda de Personas Ordenada por la Justicia”, al número telefónico de acceso rápido 134.