Ramiro Lascano tiene 36 años, es dueño de dos queserías y, después de años de ahorros logró comprarse un lote en Haras del Sur, sobre la ruta 2 en territorio bonaerense. Se entrevistó con tres empresas para comenzar a planificar su casa, y la que más le convenció fue la constructora “Proyecto Steel Desarrollos S.R.L”. La propuesta de hacer una casa con la modalidad de construcción en seco - especialidad de la compañía - le parecía más que atractiva.
Ramiro Lascano confió en el dueño de la compañía: Martín Oña. Creyó que el sueño de la casa propia comenzaba a visualizarse, pero en realidad lo que estaba por comenzar era una pesadilla de la que aún no pudo despertar. “Conocí a la empresa ‘Proyecto Steel’ por Instagram”, confesó Ramiro a El Destape y agregó: “Estaba buscando con quien edificar y ellos fueron los que más me gustaron”. Tras algunos encuentros, a fines del año pasado firmó el contrato de obra.
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“Me iba a construir una casa de 120 metros cuadrados y una pileta”, detalló y contó que el presupuesto que solicitaba “Proyecto Steel” rondaba “los $14 millones. Después se hizo una ampliación de mejora de calidad de materiales por $2 millones más”.
En total, la casa de los sueños iba a tener un costo final de $16 millones. “La modalidad de entrega era con llave en mano (diseño, dirección de obra, construcción) y que el presupuesto estuviera en pesos era algo que me generaba más tranquilidad”, dijo. Con un contrato de por medio firmado, un diálogo permanente con la compañía constructora y una ilusión en marcha, Ramiro no dudó cuando tuvo que pagar “el 50% y comenzar con la obra”.
“Cuando firmamos los papeles estaba en pareja. Por el grupo de whatsapp que teníamos con la empresa nos mandábamos indicaciones al principio, sin embargo, de repente empezó a haber demoras. Por ejemplo: pedíamos un cambio en el plano y cuando lo hacían mandaban algo distinto, entonces eso generaba atrasos y volver todo para atrás”, recordó Ramiro. “En febrero de este año me separé, y por eso estuve desconectado del proyecto algunas semanas, pero en marzo pagué algunos adicionales porque quería empezar a construir”, detalló. Y allí empezó el calvario.
“Ya no me contestaban seguido a mis pedidos, siempre tenían una excusa para no verme, me cancelaron reuniones”, relató. “Un día me puse a buscar unos teléfonos de la empresa en internet y ahí vi muchísimos comentarios y referencias negativas y me desayuné con todo. Me di cuenta de que no era el único al que le estaba pasando esto”, se sinceró. “Fui a las oficinas de la empresa, en avenida Corrientes 3820, no me quisieron atender y terminé discutiendo con Martín Oña porque lo único que hizo siempre fue poner excusas”, denunció.
Luego de ello, Lascano se asesoró en Estudio Jurídico Marcote & Parodi y Asociados y realizó una denuncia civil por “incumplimiento contractual”.
Se quedaron con nuestro dinero y nos dejaron en una situación de estrés y profunda angustia", Eva Bucari, damnificada
Más familias damnificadas
A María Eugenia Molinari, conductora del exitoso programa de televisión “El Agujerito sin fin”, le pasó lo mismo. A Eva Bucari, una vecina de Haedo, también. Ambas se sintieron estafadas por la empresa y la denunciaron penalmente en el Juzgado Criminal y Correccional N°7, a cargo de Gabriel Omar Ghirlanda y la Fiscalía Criminal y Correccional N° 34. En dicho espacio judicial se unificaron distintas denuncias contra la empresa constructora “Proyecto Steel Desarrollos S.R.L”.
Según detallaron, “alrededor de 12 familias iniciaron acciones penales por estafa contra la empresa”. Un grupo de whatsapp de damnificados y damnificadas - con más de 50 personas - reunió a gente de Benavidez, Necochea, Tigre, Club de Campo Manuel Belgrano en Ingeniero Maschwitz, Canning, Área 11 en Pilar, Tristán Suárez, Mar del Plata, San Miguel, Ecobarrio y El Retiro en Brandsen, Luján, Haedo, Marcos Paz, Pinamar, Necochea y también en el Barrio Puerto del Águila en la provincia de Córdoba.
Molinari contó que ella quería hacer una ampliación en su casa en San Fernando. “Cuando me reuní por primera vez, me dijeron que tenían obras en todos lados y que contaban con más de 15 años de experiencia”, dijo y agregó: “Firmé contrato el 1 de septiembre de 2021 y pagué en dólares y en pesos el 50% del valor final”.
Su calvario comenzó tras haber realizado el primer desembolso de dinero: “Después de que firmé era inviable reunirme con ellos, siempre había un problema. Me cambiaron 3 veces de arquitecta. Llegué a cambiar días de mi trabajo porque me decían ‘voy a tu casa a ver las modificaciones’, pero después me llamaban 15 minutos antes y me cancelaban. Era un desgaste psíquico de tantas idas y venidas”.
A Eugenia el dueño le dio la espalda: “Intenté hablar con Martín Oña varias veces y nunca me atendió el teléfono”. “Juegan con los ahorros, con la idea de tener una casa propia, con la ilusión de la gente”, finalizó.
El caso de Eva Bucari no fue la excepción. El mismo modus operandi. La mujer vive en Haedo y se contactó con la constructora para hacer una ampliación de 65 m2 en su hogar. Pagó el 50% del costo y nunca logró que colocaran un ladrillo.
“Nos reunimos personalmente en varias oportunidades y hasta estuvieron dos veces en mi casa para ver las modificaciones que iban a hacer”, detalló. “El engaño fue a través de todas promesas de beneficios, de la folletería que repartían, de las distintas notas en los medios de comunicación. Todo para que creyéramos que era una empresa seria”, agregó.
“Se quedaron con nuestro dinero y nos dejaron en una situación de estrés y profunda angustia”, dijo. Ambas mujeres continúan en lacónico diálogo con la compañía y están a la espera de que la justicia actúe.
Mientras tanto, las familias aguardan una respuesta para que se efectivice con el cumplimiento del contrato o la devolución íntegra de lo que abonaron.