Clasificación de basura: cómo hacerlo con los residuos domiciliarios

24 de septiembre, 2022 | 09.50

¿Alguna vez pensaste adónde va todo lo que tiramos al tacho? ¿Te interesa colaborar en el cuidado del planeta? A continuación, te contamos las nociones básicas de la clasificación de basura y cómo aportar en favor de este complejo proceso.

En nuestros hogares desarrollamos actividades de todo tipo. Tanto en las que competen a nuestras necesidades básicas, como alimentarse o higienizarse, o en las de ocio, en todas ellas generamos residuos que pueden dañar el ambiente.

¿Te pusiste a pensar adónde va la basura que tiramos? Es absolutamente necesario que seamos responsables de nuestros residuos.

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Es fundamental entender que no todo lo que no nos sirve en determinado momento para determinada actividad es estrictamente basura. ¿Un ejemplo muy simple? La caja del empaque de la licuadora: cuando ya  no  es necesaria, su material puede reciclarse.

Y lo mismo ocurre con muchos materiales impensados. Las estadísticas dicen que la mayor parte de los residuos no orgánicos que generamos son aprovechables, con el cuidado y tratamiento correspondientes. Queremos decir que pueden ser transformados en un nuevo producto.

 

Principalmente los plásticos y el papel, cuyos daños al ambiente son por todos conocidos, son los más reutilizables. Si cada hogar colaborara en la reducción y clasificación de basura, el cambio sería notable.

¿Por qué? Porque el problema surge cuando desechamos todo junto. 

Lo reciclable se mezcla con lo orgánico y se ensucia, o arruina, lo que lo deja inservible. Además, la recolección de residuos va a un lugar común de desechos, sin tratamientos alguno. Es justo en ese eslabón donde podemos marcar la diferencia.

Por supuesto que también influye la responsabilidad del Estado y las plantas de tratamiento. Incluso existe una ley que regula el manejo de los residuos domiciliarios en Argentina.

A continuación te vamos a contar las pautas fundamentales para empezar con la clasificación de basura en casa. Empezaremos con la separación de residuos domésticos, seguiremos por la recolección y haremos foco en algunos de los beneficios que sumaremos para el cuidado del planeta. ¡Adelante!

¿Qué son los residuos domiciliarios?

Los residuos domiciliarios son sustancias que desechamos en toda actividad que desarrollemos en nuestros hogares o lugares de concurrencia. No existe una actividad o producto que en algún punto no genere desechos.

Estos residuos pueden ser de hogares, de sitios sociales o de comercios. Por eso es que se los llama Residuos Sólidos Urbanos. En este caso vamos a enfocarnos en los que generamos en casa.

La acción más pequeña, como pelar un caramelo, genera material residual (y ni qué hablar de los residuos industriales asociados a la fabricación, pero eso es harina de otro costal). 

Ahora bien, no todo es basura, entendiendo basura como algo inutilizable. Por ello es que hablamos de la clasificación de los residuos o desechos domiciliarios, es decir, aquellos que se generan en el interior de los hogares.

¿Qué es la clasificación de basura?

Ahora bien, llamamos clasificación de basura al proceso mediante el cual separamos los desechos, por ejemplo, en reciclables y no reciclables. Así se conserva el estado y la pureza de unos y otros materiales (en el ejemplo, reciclables y no reciclables), para facilitar y optimizar los procesos de recupero.

Sabemos que existen otras clasificaciones de la basura, pero haremos hincapié en lo que comúnmente encontramos en nuestras casas. Quitando la posibilidad de residuos tóxicos o peligrosos, vamos a ahondar en separar lo reciclable de lo que no lo es.

Hacer este trabajo con nuestra basura antes de desecharla no es en vano. Las cooperativas de reciclaje y las plantas de tratamiento van a agilizar mucho más su trabajo, si las cosas llegan limpias y secas.

Además de optimizar el proceso, debés tener en cuenta que en toda esa cadena trabajan personas. Evitar que estas personas se crucen con residuos dañinos o peligrosos para su salud no es una tarea dificultosa.

En ese punto, aclaramos que existe basura que necesita un tratamiento especial, como las pilas u otros productos tóxicos. Lo recomendable es que te informes con el Gobierno local sobre qué hacer con ellos.

Y, profundizando en la clasificación de basura domiciliaria, debes saber que no todo lo orgánico, aunque no reciclable, es específicamente basura. ¿Escuchaste alguna vez hablar del compostaje? Te vamos a contar de qué se trata esta técnica y los beneficios que trae practicarlo.

Como dijimos, el proceso de clasificación y tratamiento de la basura no es sencillo ni menor. Conlleva una tarea responsable por nuestra parte. Incluso en nuestro país este tema está legislado y regulado por el Estado.

Una vez más te aconsejamos que te informes sobre el marco legal. No tendría sentido meterte en un problema por querer hacer una buena acción. O bien, si ves alguna situación que creés irregular, conociendo la norma, podrías hacer la denuncia correspondiente.

Ley 25.916

En el año 2004, se aprobó, en el Congreso de la Nación, la “Ley de Gestión de Residuos Domiciliarios. Presupuestos mínimos de protección ambiental”. Su cometido es regular todo el proceso del tratamiento de los residuos domiciliarios en Argentina.

En Argentina el tratamiento de la basura está regulado por la Ley 25.916 que establece la Gestión Integral de Residuos Domiciliarios.

 

Sería extenso entrar en detalle de cada artículo de la ley. Así que, si querés informarte sobre ella, te recomendamos leerla en la publicación oficial.

En síntesis diremos que allí se establecen estadíos y parámetros para llevar a cabo las tareas de generación, disposición inicial, recolección, transporte, transferencia, tratamiento y disposición final.

Todos ellos conforman la Gestión Integral de Residuos Domiciliarios en Argentina.

Gestión integral de residuos domiciliarios en Argentina

Siendo el alma de la ley, la gestión integral de residuos es un modo de realizar el abordaje a la problemática de la generación de los residuos y la manera de ofrecer una respuesta al problema ambiental que ellos conllevan.

En ese sentido, la ley fija y regula los presupuestos mínimos de protección ambiental en cuanto a la gestión integral de los residuos domiciliarios, a partir de disposiciones generales y la identificación de las autoridades competentes.

Así también se hace eco de algunos de los principios medioambientales surgidos en la Cumbre de Río 1992 y se organiza con base en los siguientes criterios: 

  • Generación y Disposición inicial. 

  • Recolección y Transporte. 

  • Tratamiento, Transferencia y Disposición final. 

Generación

Toda actividad de la vida humana genera desechos. Esto no quiere decir que generar desechos sea algo malo específicamente: lo que se requiere es la conciencia al respecto.

Según la cantidad y calidad de residuos podemos clasificar a los generadores urbanos en individuales y especiales. Los generadores individuales lo somos cada uno de nosotros como simples vecinos.

Por otra parte están los generadores que necesitan un programa especial. Estos suelen ser los centros comerciales, hoteles, bares y demás comercios o actividades de gran consumo.

Disposición inicial

La disposición inicial es la forma en que se desecha la basura en el interior del domicilio y hasta cuando la sacás para su recolección. 

Según las normas del lugar donde vivas, puede ser general o selectiva. Y es donde corresponde aplicar la clasificación que se haya definido por la autoridad competente.

La disposición inicial general se refiere a cuando sacamos la basura toda junta en una misma bolsa: no se diferencia ningún tipo de material. En cambio, la selectiva conlleva a separar los materiales de la basura según criterios fijados de antemano: reciclable/no reciclable; orgánico/inorgánicos.

Tenés la obligación de cumplir con la disposición selectiva, si así lo declara el Gobierno local. Pero en caso de que no sea obligación, sería una buena iniciativa hacerlo por cuenta propia.

 

En ese caso, te contamos que el cartón, el papel, el vidrio, el metal y el plástico son elementos reciclables. Al separarlos, es sumamente necesario que se conserven limpios y secos. Y si no hay recolección diferenciada en el lugar donde vivís, podés averiguar adónde podés llevarlos para su tratamiento.

Recolección

Esta etapa está a cargo de los municipios, los que pueden recoger los residuos directamente o mediante alguna empresa privada. Los camiones recolectores operarán de acuerdo con las disposiciones del municipio.

Como dijimos, muchos municipios no ofrecen un servicio selectivo de residuos, pero hay algo más que podemos hacer en favor del ambiente.

Existen recuperadores o recicladores urbanos. Conocidos generalmente como cartoneros o botelleros, la realidad es que quienes recolectan residuos urbanos para reciclaje tienen un importante rol en el cuidado del ambiente. Incluso a veces obran mejor que las empresas encargadas.

Entonces, por más que tu municipio no ofrezca la opción de disponer de tus residuos de manera selectiva, podés hacerlo vos. Seguro que vas a agilizar el trabajo de los recicladores y ayudar, también, al cuidado de su salud.

Transporte y transferencia

Luego de la recolección comienza el proceso de transporte y transferencia. Está a cargo de los mismos Entes que se ocupan de la recolección, y debe realizarse con vehículos aptos. Dichos vehículos deben garantizar que los desechos lleguen a destino sin contaminar el camino.

Los residuos pasan por una estación de transferencia, donde se almacenan brevemente. Estos lugares deben estar habilitados para dicha tarea. Luego se transfiere la carga a vehículos más grandes que la llevan a las plantas de tratamiento. 

En el caso de los recuperadores urbanos, el trato suele ser más simple y directo. Si bien no está regulado por completo este trabajo, el proceso es bastante similar: los camiones recolectores completan el recorrido desde los domicilios hasta los enterramientos sanitarios locales.

Tratamiento

Una vez ingresados los residuos en la planta de tratamiento comienza el proceso de tratamiento. Este lugar también debe estar autorizado para realizar las tareas de acondicionamiento y valoración de los residuos.

Primero se realiza el acondicionamiento, es decir, se adecúan los residuos para luego hacer la valoración. La valoración es otro proceso de clasificación de basura, pero ya hecho por profesionales.

Luego del proceso de valoración se obtienen dos resultados: por un lado los residuos que pueden reciclarse y por otro los irrecuperables. Estos van a terminar en un centro de disposición final.

Disposición final

Nos encontramos en el final del ciclo de los residuos domiciliarios que no son útiles. Lamentablemente, por más exhaustivo que sea el proceso de clasificación de la basura, siempre quedan residuos inútiles.

Esta basura se lleva a lugares específicos de almacenaje: los rellenos sanitarios. Dichos lugares son depresiones en el terreno donde se vierte la basura al final de la gestión integral.

Poseen un subsuelo impermeabilizado para evitar que la contaminación se filtre a las napas. Aún así deben estar alejados de los centros urbanos o patrimonios naturales.

Generalmente, sobre la basura vertida se coloca una capa de tierra y se aplica un sistema para captar líquidos contaminantes. A veces, en los mejores casos, también puede tener un sistema de recolección de gases y cobertura.

Qué tipos de residuos se pueden reciclar y compostar

Ya hacia el final, llegó el momento de contarte qué residuos son reciclables y compostables, y cómo hacerlo correctamente. También otro punto importante: cómo reducir la basura que generamos.

Como mencionamos anteriormente, hay residuos orgánicos e inorgánicos. El proceso de clasificación de basura trata de identificarlos y separarlos para reducir la cantidad de basura que generamos.

Los primeros tienen la característica de ser, en su mayoría, compostables. Es decir, se puede hacer con ellos un proceso de descomposición controlado en tu propia casa.

El compostaje se aplica para residuos orgánicos de origen vegetal, como frutas o verduras, restos de poda, incluso algunos tipos de papel o cartón hechos con base en la pulpa del papel.

El compost no incluye restos de carnes o grasas (por eso no deben ir restos de alimentos cocidos). Su descomposición es distinta, y lo mismo aplica para los productos refinados. Pero sí, por ejemplo, se pueden incluir cáscaras de huevo limpias.

El compostaje conlleva tiempo, pero es simple, y puede hacerse en distintos espacios. No solo vas a reducir la cantidad de basura, sino que vas a abonar tu jardín o macetas como nunca. 

Por otra parte, si hablamos de recuperar materiales para reciclar o reutilizar, encontramos materiales como plástico, vidrio, cartón, metal y papel. 

Reutilizables son, por ejemplo, la mayor parte de los envases. Si se termina el café, no es necesario tirar el frasco a la basura. En vez de comprar un frasco de vidrio para los condimentos, podrías usar ese mismo.

 

Ahora, si preferís comprar uno que te guste o ya no son necesarios más frascos para condimentos, hay otra opción buena para ese frasco vacío: el reciclaje. Si vas a tirarlo, hacelo de manera consciente. 

De igual manera, en el caso de cajas, hojas, botellas y otros objetos se los debe tirar en donde corresponda. Para eso informate en tu municipio dónde están los puntos de recepción de elementos reciclables y en qué condiciones deben llegar a esos reservorios.

Consejos para reciclar y compostar correctamente

Entonces, ya sabemos qué se puede compostar y qué reciclar. Pero ¿solo con separarlos alcanza? Te vamos a contar unos puntos básicos que luego vas a poder aplicar a tu propio método.

Por un lado, para compostar debés seleccionar una parte de tierra del jardín. Vas a hacer un pozo, no muy profundo, donde a diario vas a tirar los desechos orgánicos y luego vas a cubrir ligeramente con una capa de tierra, arena u hojas secas.

Algo muy útil es tener un tacho aparte mientras cocinás, por ejemplo. Entonces, al pelar papas o hacerte un huevo frito, tirás directamente esos desechos por separado de la basura común. Luego de cocinar, llevás todo al compost en un solo viaje.

Lo importante es que lo hagas práctico, para que no te gane la pereza y tires todo al tacho de basura común. A esa tierra con residuos la deberás revolver con tiempo y paciencia hasta notar que es tierra negra. 

Ahí vas a poder utilizarla en tus macetas, por ejemplo.

Podés ir vaciando y rellenando el mismo sitio o ir haciendo otros. También podés hacerlo dentro de cajones, si no querés hacer un pozo, o tu patio no tiene tierra. El proceso del compostaje lleva un tiempo dependiendo de qué tires y en qué cantidad.

Otro consejo que podemos darte, en ese sentido, es triturar la basura antes de enterrarla. Así vas a acelerar el proceso de descomposición, ya que las partículas son más pequeñas.

Pasemos ahora al reciclaje. Si bien este proceso se hace en plantas y no dentro de nuestras casas, nuestro aporte es fundamental porque solo si se separan los residuos domésticos de manera adecuada, es factible el reciclado.

En este caso también te recomendamos tener recipientes separados. Tener la disposición lista te va a facilitar la tarea de ser ordenado con la basura. Sabemos que no siempre hay ganas de sumar tareas a rutinas por demás exigentes.

 

Pero te aseguramos que una vez que le tomés la mano a la clasificación de la basura va a ser satisfactorio. Lo más importante en este caso, a diferencia del compostaje, es que todo debe estar limpio y seco.

Si los materiales, aunque sean reciclables y estén separados entre sí, están sucios, no servirán para el proceso. Que puedas enjuagarlos brevemente suma muchísimo, en el caso de botellas de vidrio o latas. Con cuidado, siempre, de que el papel no se moje.

De lo contrario el resultado va a ser más basura inútil y pérdida de tu tiempo. Así que estate atento a esta consigna fundamental a la hora de reciclar.

Consejos para reducir los residuos domésticos

Más allá de todo el tratamiento positivo que podamos hacer de la basura, lo mejor es no generarla. Dicen que el mejor residuo es el que no se genera, pero ¿cómo reducimos la basura doméstica?

Debemos revisar nuestras actividades para poder reducir la cantidad de basura que generamos. Es la mejor gestión que podemos hacer con ella.

Es imposible no generarla, pero es muy manejable la cantidad que producimos. En principio debemos ser conscientes para intentar reducir la cantidad de basura de consumo directo que generamos. 

Por ejemplo, con la posibilidad de comprar frutas sueltas, ¿es necesario comprarlas empaquetadas? Por supuesto que comprar una ensalada hecha permite ganar tiempo, pero también debemos pensar los costos de esas costumbres.

Además de reducir se conoce otra práctica que es la reutilización. ¿En qué consiste? En ser un poco más específicos para determinar qué va al tacho de basura y qué no.

Como decíamos antes, un claro ejemplo son los envases de plástico o vidrio. Los productos de estos materiales tienen una vida útil muy larga como para desecharlos al primer uso. Y peor si son desechados con basura irrecuperable…

Entonces, antes de separarlos como basura reciclable, ¡pensá si no es posible que ni siquiera sean basura! Es clave una segunda mirada a las cosas y un poco de imaginación.

Cualquier envase es reutilizable como envase en sí, pero también podés darle nuevos usos. Si tu bidón de agua te parece muy grande como para reutilizarlo, podés hacer una maceta, por ejemplo.

Conclusión

El proceso de clasificación de basura conlleva una responsabilidad y una tarea. Pero conociendo el fin podemos decir que es una tarea muy simple para un aporte tan noble.

La generación de residuos urbanos es algo inevitable para la vida como la conocemos. Sin embargo esto no nos da la justificación para ser irresponsables con ellos, todo lo contrario.

Donde sea que vivas y las regulaciones gubernamentales del lugar sobre el tema, vos siempre clasificá la basura responsablemente. Por más que el gran cambio deba darse a nivel macro, el aporte de los particulares ayuda notablemente. 

Conociendo los conceptos de reducción, reutilización y reciclaje, sumándote a la práctica del compostaje, vas a marcar la diferencia. La reducción de la basura y, por ende, de la contaminación ambiental es una tarea de todos.

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