Si pensás tener una mascota, seguramente te preguntaste alguna vez qué comen los gatos y ¿cuál es la mejor comida? Sin embargo, algunas de estas discusiones se siguen dando entre veterinarios.
Antes que nada, recomendamos fuertemente asistir a un profesional. Es necesario tener en mente cuáles son los alimentos con la mayor cantidad de nutrientes y cuáles son los más perjudiciales.
Aquí te contamos algunos de los secretos acerca de qué comen los gatos para que tengas un panorama más informado sobre los mejores cuidados para tu compañero peludo.
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¿Qué comen los gatos?
La comida ideal de los gatos puede sonar muy particular. Siendo descendientes del gato montés africano, lo que comen los gatos está construido en su genética y que resulta muy nutritivo para sus organismos, son los animales pequeños. Por ejemplo, roedores o algunas aves.
Debemos tener en cuenta que los felinos son criaturas depredadoras, y necesitan de altas cantidades de hierro y calcio presente en la carne y los huesos de algunos animales.
Es frecuente que escuchemos a especialistas discutir sobre qué comida es la más nutritiva, pero está comprobado que una dieta basada solamente en croquetas de marca comercial pueden ocasionar enfermedades.
De igual manera se señala a la comida húmeda o enlatada como perjudiciales para la salud de tus gatos.
Tomemos la palabra de la doctora Andrea Tasi, graduada de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Pennsylvania. En una entrevista con LA Times, mencionó qué comen los gatos, recomenando una dieta cruda o parcialmente cocida, la cual incluso podría mejorar la salud del felino casero.
Qué no se le puede dar de comer a un gato
En la misma entrevista, la Dra. Tasi declaró que tanto el ajo como la cebolla pueden causar anemia. Por ese motivo, no se recomienda que, si se cocina la carne, se utilice alguno de estos ingredientes.
De igual forma, el pescado puede tener efectos adversos al momento en que el organismo de los gatos digiere toda esa vitamina E. En concordancia con la Dra.Tasi, no es correcto ni recomendable que los gatos tengan una dieta rica en pescado.
¿Qué comen los gatitos bebés?
Los gatos recién nacidos deben pasar las 6 a 8 primeras semanas con su madre. La leche materna contiene todos los nutrientes que sus organismos necesitan. Pasado este tiempo, comienzan a salirle los dientes. En ese momento se puede empezar a mezclar un poco de la leche materna con alimento sólido.
Pasando esta etapa, podemos comenzar a implementar una dieta seca o húmeda rica en proteínas, esenciales para un desarrollo óptimo. También hay que apuntar a incluir niveles altos de calcio, magnesio, fósforo, zinc y hierro, para desarrollar y fortificar huesos y dientes.
Se recomienda que el gato experimente todo tipo de texturas en esta etapa. Si lo acostumbramos solamente a comida seca, húmeda o casera, lo más probable es que luego rechace las alternativas.
Si no acostumbramos a nuestro gato a todo tipo de comida desde pequeño, es probable que luego rechace alternativas a su dieta regular.
Igualmente, te aconsejamos que en el caso de servir comida húmeda o casera, esté tibia. Esto vuelve más atractivo el aroma. Pero ojo, nunca debe estar caliente. Además, te recomendamos colocar su platito lejos de la caja de arena.
¿Cómo cuidar la salud de mi gato?
Cuidar de un gatito parece abrumador cuando lo pensás. Para hacer del trabajo más fácil, te desglosamos cada uno de los puntos esenciales para que puedas cuidar de tu peludo amigo sin ninguna complicación.
Vacunas
No podemos dejar de señalar la importancia de la vacunación felina. Hay una creencia de que los gatos que no salen de casa no sufren de virus o parásitos. Este mito es completamente erróneo.
Aunque solo salgan al jardín o se vaya de casa en pocas ocasiones, los gatos están expuestos a infecciones y enfermedades. Es decir, nosotros mismos podríamos estar trayendo el parásito o insecto a nuestras casas en la suela de nuestros zapatos u ocultos en la ropa.
No vacunar a nuestros felinos también puede traer consecuencias a nuestra propia salud. Hay algunas enfermedades felinas que pueden ser contagiadas a los humanos, como la rickettsiosis o la leishmania.
Desparasitación
En concordancia con el punto anterior, la desparasitación de los gatos es esencial para que tu gato crezca sano y fuerte. Al desparasitarlo, lo estás ayudando a que no se desarrollen organismos dañinos en su sistema gastrointestinal.
No hacerlo conlleva el riesgo de aparición de gusanos gordos y/o planos. Estos provocan problemas digestivos. ¿Sabías que estos parásitos son transmisibles a humanos? Sobre todo a niños.
Baños
Es bien sabido que los gatos requieren de poca ayuda cuando se trata de su aseo. Dada la forma de su lengua, esta resulta muy práctica para quitar pelo muerto, pelusas, tierra u otras suciedades.
Sin embargo, si su pelo está muy sucio o tiene el pelo muy largo y su lengua le es insuficiente para cepillarse, podés ayudar. Bañalo siguiendo las instrucciones de un veterinario.
Mismo caso para cuando el animal está batallando con las pulgas o garrapatas. Es mejor consultar primero con un veterinario antes de recurrir a la ducha. Tal vez pueda ofrecerte alternativas eficaces contra estos bichos.
Estado general de salud
Mantener la salud de nuestro gatito asegurará que no presente enfermedades a corto y largo plazo. Es importante asegurarnos que la salud del gato está en buen estado. Pero sabemos que a veces es difícil saber dónde mirar.
Especialistas de Virbac-Centrovet recomiendan observar las siguientes señales para determinar si la salud general de nuestro gato está o no en buen estado. Tomá nota:
Observar la condición corporal y composición muscular.
Los gatos son animales estrictamente carnívoros. Deben contar con una masa muscular óptima en la cabeza, costillas, pecho, columna y sin piel colgando en los costados del abdomen.
Observar si toma suficiente cantidad de agua.
Especialmente si le gusta salir mucho a la calle, a veces es difícil observar si toma la suficiente cantidad de agua o si caza pequeñas presas. Podemos fijarnos en si orina sin problemas. Esta refleja si toman suficiente agua.
Si es un gato que vive dentro de la casa, debemos asegurarnos de que tome una buena cantidad de agua de su plato. También podemos apoyarnos con alimento húmedo (que viene en lata o sobres).
Un plato de cerámica o de metal o bien bebederos tipo fuente favorecen que tomen agua de ellos. A los gatos les gusta mucho que el agua se encuentre en movimiento.
Observar que orine sin dificultad o dolor.
Si observamos que no puede orinar o que lo hace con dolor, debemos recurrir al médico veterinario para la pronta atención. Nuestro gato podría estar presentando un problema en sus vías urinarias.
Observar que se acicala de manera normal.
Se reporta que pueden hacerlo de 2 a 3 veces por día en promedio, o cuando se ensucian de algo en específico. Si observamos que nuestro gato se acicala todo el día, debemos ir al médico veterinario.
¿Por qué? Para descartar situaciones como alergias, infecciones en la piel o deficiencia de fibra en la dieta.
Orejas
Las orejas de los gatos son una parte muy sensible de sus cuerpos, por lo que es necesario mantener un correcto cuidado. Así se previene la aparición de enfermedades como:
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Lupus eritematoso discoidea;
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Pénfigo foliáceo;
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Dermatitis solar;
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Dermatofitosis;
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Sarna notoédrica felina;
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Otitis.
Te recomendamos realizar una revisión periódica a la parte externa de las orejas. Buscá señales de alguna infección, inflamación, secreciones extrañas u objetos que pudieran haber entrado en la cavidad.
Para limpiar las orejas, lo mejor es acudir al veterinario. Así evitarás el riesgo de perjudicar el canal auditivo de tu gato.
Ojos
Al igual que las orejas, los ojos de los gatos son muy sensibles y susceptibles a enfermedades e infecciones. Si no son tratadas a tiempo, pueden escalar a patologías más grandes.
Estando atentos a la salud de los ojos de nuestro gato podemos evitar que sufran de enfermedades o padecimientos. Estos son:
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Conjuntivitis;
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Glaucoma;
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Cataratas;
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Queratitis eosinofílica felina o queratoconjuntivitis;
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Úlceras corneales;
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Uveítis;
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Ojos llorosos.
Hocico
Los dientes son esenciales para que un gato pueda llevar una vida normal. ¿Te imaginás que un buen día se quede sin dientes? ¿Cómo podría comer sus croquetas o incluso el atún?
Es por eso que podés acostumbrarlo desde pequeño a lavarle los dientes y a revisar su hocico en búsqueda de sarro u otras suciedades. Desafortunadamente, las enfermedades bucales gatunos son muy comunes. Afectan a 8 de cada 10 gatos de más de tres años.
Si querés cuidar los dientes de tu amigo peludo necesitás un cepillo de dientes y crema dental especiales para gatos. No te recomendamos usar pasta de dientes para humanos, ya que si tu gato la ingiere podría ser perjudicial.
Podés crear una rutina diaria que ayudará a mantener sus dientes bien limpios. Pero solo funcionará si lo acostumbrás desde pequeño.
Pelaje
La piel y el pelaje de un gato son los signos más claros de su salud. Además de ser suave y terso, sirve de protección contra ataques ambientales de todo tipo, desde cambios de temperatura hasta bichos.
El pelaje y la piel del gato deben verse y sentirse libres de costras, caspa o escamas. Si el gato es de piel clara (rosada), esta nunca debe observarse rojiza o de color café oscuro o negra (a menos de que tenga algún lunar).
El pelo debe verse brilloso, debe sentirse suave y sedoso. No debe presentar exceso de pérdida de pelo.
Una dieta rica en proteínas, ácidos grasos, zinc, cobre, vitamina A y B son esenciales para la salud de la piel de tu gato. Las deficiencias de estos nutrientes pueden causar diversas afecciones de la piel, como los ácaros de sarna, pulgas, piojos o infecciones de la piel.
Digestión
Tanto en humanos como en los gatos, tener una buena digestión es clave para mantener la salud. Los sistemas digestivos felinos son muy similares a los humanos, pero no por ello debemos caer en la falsa idea de que lo que comen los gatos y los humanos es los mismo.
En caso de que querramos cambiarle la dieta, hay que tener en cuenta que hacerlo de manera radical puede ocasionarle numerosos problemas digestivos como vómitos, diarreas, y problemas aún más graves. El cambio de comida debe hacerse progresivamente.
Para cambiar la dieta de nuestro gato, hay que hacerlo progresivamente para no ocasionarle problemas digestivos como vómitos y diarreas.
En caso de que observes algún cambio en las heces o en la frecuencia de alimentación de tu gato, no pierdas tiempo. Acudí a un veterinario para descartar alguna anomalía intestinal.
Comportamiento
Entender tanto el comportamiento como qué comen los gatos puede ser de gran ayuda al momento de proporcionarle los mejores cuidados y alimentación posible. Te recomendamos observar e interpretar su lenguaje asociado a la posición y movimiento de sus orejas, la cola, ojos, expresión facial y corporal.
Con el tiempo te darás cuenta que tu gato lleva una rutina diaria de actividades que se define desde que están en crecimiento hasta alcanzar la etapa adulta. Por lo tanto, si observás una actitud diferente en el día a día, es necesario recurrir al médico veterinario para identificar qué es lo que está provocando estos cambios de conducta.
¿Cómo saber si mi gato está enfermo?
La prevención es la medida que asegurará que tu minino tenga la mejor calidad de vida. Lo cierto es que casi todos los problemas de salud se pueden evitar llevando a revisión a tu gato con el veterinario cada 6 a 12 meses, sobre todo cuando tienen más de 8 años.
Estudios llevados a cabo por Purina sugieren que si tu gato come menos, anda con letargo, vomita, o presenta diarreas, pérdida de peso u otros signos, es probable que padezca de alguna enfermedad. Pero también un repentino aumento de apetito puede ser indicador de una actividad anómala de la tiroides, de diabetes o de problemas intestinales.
Si tu gato come menos, anda con letargo, vomita, presenta diarreas, o pérdida de peso, es probable que padezca de alguna enfermedad.
Importancia de la esterilización en gatos
La mayoría de los gatos alcanzan la madurez sexual a partir de los cuatro meses de edad. Al castrar a tu gatito macho, estarás evitando los problemas que se ocasionan en las peleas.
¿Por qué es tan importante esto? Las lesiones provocadas en peleas pueden acabar en propagación de enfermedades a partir de esas lesiones. Además, un gato no castrado es más propenso a perderse y no volver a casa.
Pero además, castrar a los gatos domésticos es un aporte para la disminución de la población felina. Lamentablemente, esto es necesario, ya que hay muchos gatos sin hogar.
Un gato castrado, sea macho o hembra, goza de una vida más larga, estable y saludable. Las gatas castradas corren menor riesgo de tumores mamarios e infecciones uterinas y los machos probablemente tendrán menos peleas y será menos probable que se extravíen.
Conclusión
Es innegable que tener un animalito de compañía puede ser como un rayo de luz para muchas personas. Pero no hay que olvidar que el que mantengan una vida saludable es imperativo para que puedan esa luz no se transforme en una tragedia.
Ya vimos que los mininos están tan expuestos como nosotros a amenazas tanto invisibles como rastreras. Así como nos cuidamos nosotros, hay que cuidar de ellos con visitas frecuentes al médico veterinario, entender qué comen los gatos cuidados regulares y una comida rica en vitaminas, minerales e incluso texturas.
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