Llega la primavera. Los atardeceres se prolongan y los abrigos van quedando olvidados, poco a poco. Alegremente se experimenta el cambio de temporada… a menos que tengas alergia al polen.
Para quienes sufren de polinosis, el cambio de estación viene acompañado de una sensación de incomodidad permanente. El clima cálido y el florecer de los árboles pierden su encanto ante los síntomas. ¿Te suena?
Si de repente en septiembre tus días comienzan a ser interrumpidos con ataques de estornudo, este artículo es para vos. Dejate los pañuelitos a mano, así no tenés que interrumpir la lectura.
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Vamos a ver qué es la alergia al polen, cómo reconocerla y lo más importante: las mejores maneras de evitar y calmar los síntomas.
Qué es la alergia al polen o polinosis
Las alergias son respuestas anormales de nuestro sistema inmune, que tienen lugar ante la exposición a los llamados “alérgenos”. En este artículo te vamos a contar qué pasa cuando el alérgeno es el polen.
Alegremente se experimenta el cambio de temporada… a menos que tengas alergia al polen.
Hay quienes la sufren a lo largo de todo el año. Sin embargo, la mayoría de las personas con alergia sienten picos en determinados momentos. La llegada de la primavera y el verano, así como el comienzo del otoño suelen ser los disparadores.
Independientemente del momento, los síntomas suelen ser siempre los mismos. La diferencia es el motivo. Es decir, el alérgeno.
La polinosis aparece en primavera y verano. En el primer caso estamos hablando de alergia al polen de árbol. Y ya entrado el calor, se trata de alergia al polen de césped.
¿Qué es el polen?
Seguramente lo viste en el colegio, ¿te acordás? El polen cumple una función fundamental para la reproducción de la flora, con la ayuda del viento y de insectos como las abejas, moscas, hormigas y mariposas.
Se trata de un polvo muy fino, generalmente amarillo, que se produce en la flor. Su función es fertilizar a las otras plantas de la misma especie. ¿Cómo llega a ellas? Como adelantamos recién, a través de los insectos polinizadores.
Las personas alérgicas sufren en el esfuerzo de la naturaleza de desperdigar el polen para que llegue a destino. Como es muy liviano, queda suspendido en el aire. Por eso los síntomas de alergia al polen se agudizan los días de viento.
Las personas alérgicas sufren en el esfuerzo de la naturaleza de desperdigar el polen para que llegue a destino.
Síntomas de la alergia al polen
Como ya dijimos, las alergias estacionales comparten la sintomatología. Picazón de ojos y nariz, segregación de lágrimas y estornudos son los más comunes.
Ahora bien, los síntomas son prácticamente los mismos que los del resfriado y, a veces, el Covid 19. ¿Cómo reconocer la diferencia? Te compartimos una serie de detalles que te permitirán discernir si estás sufriendo de alergia. Aún así, nunca dejes de consultar con tu médico.
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La mucosa es clara y acuosa, contrario a la congestión de los resfríos, en que es espesa y amarillenta.
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La tos es seca, la mucosa no te llega a la garganta.
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Los ojos te pican y lloran. A veces también se inflama la zona. En caso del resfrío se ponen rojos, pero no pican.
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Los síntomas se sostienen por más de una semana. Los resfríos no suelen durar más de 5 días. La alergia al polen, en cambio, afecta por períodos más largos.
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No te da fiebre. La gripe y los resfríos suelen provocarla. Si bien es cierto que la alergia también puede elevar la temperatura de tu cuerpo, es prácticamente imposible que te lleve a tener fiebre.
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Podés levantarte de la cama y vivir el día con normalidad. El resfrío provoca fatiga corporal y dolor, no así la alergia.
¿Sabés cuál es la explicación de los estornudos, la congestión y los ojos llorosos? La alergia causa inflamación en las fosas nasales. Esto es lo que desencadena aquella serie de síntomas de lo más molestos.
Cómo tratar la alergia al polen
Existen 3 tipos de respuesta al problema de la alergia. Dependerá del paciente y de sus preferencias cuál representa para él la mejor opción.
No podemos insistir lo suficiente en este punto: por eso no dejes de ir al médico. Y si es especialista alergista, mejor. Bajo ningún punto de vista es recomendable la automedicación. Hecha esta aclaración, veamos las 3 maneras en que se trata la polinosis.
Inmunoterapia
Esta es la famosa vacuna para la alergia. Es un tratamiento a través del cual se administra el alérgeno en una dosis establecida por el profesional de la salud. La vacuna puede ser sublingual o subcutánea.
No es un tratamiento instantáneo, sino un proceso que puede durar entre 3 y 5 años. Los resultados son excelentes, mejorando la alergia o incluso haciéndola desaparecer.
Antihistamínicos
Así se llaman los medicamentos que todos vimos tomar a alguien en medio de un ataque de estornudos. Son fármacos que inhiben la función de la histamina. Esta es la sustancia química responsable de los síntomas de la alergia.
Productos descongestionantes
En realidad estos fármacos no atacan a la alergia sino a sus síntomas. Algunas personas optan por sprays nasales o descongestivos para aliviarse en los momentos de mayor presencia de síntomas.
Consultá con el médico
La alergia al polen es algo común. Teniendo en cuenta ciertos cuidados que te vamos a compartir, sus síntomas pueden ser tolerables sin medicación. Aún así, es preferible que consultes con un médico para confirmar que se trata de éste y no otro motivo.
Más aún, si sentís dolor de cualquier tipo, no demores en ir a ver a un profesional. Una vez que tengas confirmado un diagnóstico de alergia, podrás gestionarlo de la manera que mejor te resulte.
Muchas personas optan por la vacuna o los medicamentos que mencionamos y de esa manera viven más tranquilas. Otras, simplemente cuidando su exposición al alérgeno, no tienen mayores problemas.
Prevención de la alergia al polen
Seguí esta serie de consejos para que la alergia te moleste lo menos posible. Algunos son más obvios que otros, pero seguramente no los conocés a todos. Tomá nota.
Evitá usar lentes de contacto
Durante la temporada de alergias es recomendable optar por anteojos aéreos. Lo que pasa con las lentes de contacto, es que el polen puede alojarse entre tus ojos y la lente. Y, cuando pasa, es realmente molesto.
Las lentes blandas son permeables. Están diseñadas de este modo para permitir que pase el oxígeno. Pero, por este mismo motivo, son más propensas a absorber irritantes, como polen o humo.
En temporada de alergias es recomendable no usar lentes de contacto blandas, ya que absorben sustancias como el polen.
Si vas a usar lentes de contacto blandas en época de alergias, prestá especial atención a la higiene. También evaluá la frecuencia de cambio. Tal vez deba ser más seguido que durante el resto del año.
¡Relajá!
Lo cierto es que este es un buen consejo casi en cualquier momento y en cualquier contexto. En este caso, te decimos que evites volverte loco por un motivo particular.
Un estudio publicado en 2021 sugiere una relación entre las hormonas relacionadas con el estrés y el aumento de síntomas. Según sus autores, un grupo de científicos japoneses, hormonas como el cortisol estimulan la producción de células asociadas a la inflamación de la nariz que provocan las alergias.
Está comprobado que el estrés empeora los síntomas de la alergia.
Como tantas otras veces, el cuerpo pone el límite. Recordá esto cuando estés a punto de responder un mensaje laboral fuera de horario.
Ojo con el happy hour
¡Atención! Tampoco te tomes el consejo anterior tan a pecho. Tené en cuenta que los sulfitos del vino tinto y de la cerveza agudizan las alergias. Como dice el refrán: “una de cal y una de arena”.
Elegí bien tu ropa
Hay una dura verdad que esconden nuestros sweaters preferidos: juntan polvo… y polen. No dudes en lavar las prendas -sobre todo las de lana- con frecuencia.
Además, si tenés secarropas, este es el momento para usarlo. En estudio realizado por el Archivo Internacional de Alergia e Inmunología se descubrió que las secadoras son eficientes para remover el polen tanto en prendas mojadas como secas.
Equivale al perfume y al cloro
Todo lo que contenga fragancias agregadas juega en tu contra cuando estás con síntomas de alergia al polen. Evitá, dentro de lo posible, perfumes, velas e inciensos.
Lo mismo sucede con el cloro, ya que es irritante. No pases demasiado tiempo en piletas en donde se pueda oler. Prestá atención también a los productos de limpieza, ya que también pueden contener cloro.
Una ducha para dormir tranquilo
Se recomienda tomar un baño justo antes de acostarse cuando se sufre de alergia al polen. Esto es porque las partículas se van depositando en tu cuerpo a lo largo del día.
Lo cierto es que nunca vas a poder liberarte del total del polen que te rodea. Pero la ducha de la noche te va a ayudar de todas maneras.
El cigarrillo lo empeora
Entre las consecuencias de fumar, destacamos en este caso la irritación e inflamación de la zona sinusal. Sumándose a la provocada por la alergia, los síntomas empeoran. Esto aplica también para fumadores pasivos, es decir, aquellas personas que no fuman pero reciben, de manera indirecta, el humo de otras.
Prestá atención a tu alimentación
Si sufrís de síntomas no solo paseando al aire libre, sino también comiendo en tu casa, acá tenemos una posible explicación. Resulta que cada tipo de polinosis se ve intensificada por diferentes alimentos.
Según la Escuela Americana de Alergia, Asma e Inmunología (ACCAI, por sus siglas en inglés), “el polen y las proteínas son como primas”. Esto explica que el consumo de algunos alimentos crudos, como manzanas o tomates, provoquen picazón en la boca y la garganta o tos.
Dada la similitud del polen con determinadas proteínas, el cuerpo es engañado: cree que te estás comiendo tu alérgeno. ¡Impresionante! Probá pelando las frutas o verduras que consumas sin cocinar para evitar este tipo de molestias.
Cerrá las ventanas
Para evitar lo más posible el contacto con tu alergeno, el polen, es recomendable que cierres las ventanas. No hace falta que te vuelvas loco, la idea no es que evites salir a toda costa.
Sin embargo, mantener cerrada tu casa o tu lugar de trabajo puede aliviar los síntomas en los períodos de mucha alergia. Si tenés aire acondicionado, prendelo para que haga circular el aire y lo filtre. Más aún, si invertís en un filtro de aire, no te vas a arrepentir.
Elegí bien tus horarios
Si hacés deporte al aire libre, el horario que elijas para hacerlo será determinante. Puede que el malestar te lleve a querer renunciar a actividades como salir a correr o andar en bicicleta.
Sin embargo, no es necesario llegar a tal punto. Si te es posible evitar la mañana y la siesta, tendrás una mejor experiencia. ¿Por qué?
Los árboles y el pasto comienzan a liberar polen al amanecer. Los niveles mayores se presentan a media mañana y la siesta.
Entonces, en vez de arrancar el día con una hora de ejercicio, dejalo para la vuelta del trabajo. Un pequeño cambio en la rutina puede tener un gran impacto en tu día a día.
Es hora de despedir a los peluches
Tené en cuenta que los peluches son acumuladores de polvo y polen por excelencia. Si en tu casa los hay, considerá reducirlos al mínimo. ¡Sobre todo si los niños de la casa también sufren de alergia!
Acondicioná tu cama
¿Sabías que las almohadas de pluma son más alergénicas que las sintéticas? El polyester es amigo de los alérgicos a la hora de descansar.
¿Mascotas en la cama?
Incluso si no sos alérgico a los animales, sus pelajes acumulan polvo y polen. Puede que tu perro o gato te ayude a relajarte en la cama, pero evaluá si no te está haciendo estornudar de más.
Es importante para las personas que sufren de alergia contar con un espacio en la casa libre de alérgenos. Idealmente, este espacio debería ser el dormitorio. Si no podés separarte de tu mascota a la noche, podés probar destinándole al lado de la cama una alfombra que puedas lavar con frecuencia.
Conclusión
Toda persona que sufre de alergia sabe que sus síntomas son una pesadilla. Ya sabés todo lo que tenés que tener en cuenta para esquivarle al polen y sufrir lo menos posible.
Además, la industria farmacéutica ofrece diferentes soluciones. Sea cual sea tu decisión, no dejes de consultar con tu médico.