Una leyenda nacional tan popular como el Pombero o Nahuelito es la idea de la Argentina blanca que lleva como bandera el lema de que “en la Argentina no hay racismo”. Desbancar esa teoría es más fácil que encontrar al monstruo del Nahuel Huapi, se puede empezar mirando alrededor o con la sola existencia de una ley que celebra la cultura afroargentina y les dedica un día nacional el 8 de noviembre.
Ali Delgado es abogado, afroargentino y activista antirracista. En su rol como docente, además, logró junto a Patricia Gómez la primera materia con perspectiva afro de la UBA que es más que una puerta a la historia de afrodescendientes en el país: “Una alumna nuestra cortó a otro profesor porque usó una palabra racista”, cuenta en entrevista con El Destape.
Si bien es reconfortante hablar de los logros, también hay momentos más duros para quien crece racializado en un país blanqueado. Delgado habla del racismo, estructural y estructurante de la sociedad, y relata que lo vive y lo sufre desde que se levanta hasta que se va a dormir, no hay momento en que no lo viva. Y agrega: “A veces en los sueños también”.
Desde que es chico, a Delgado le preguntan de dónde es y lo confunden con un extranjero por su color de piel. Pero esta situación no es única para él, sino que la relatan otros activistas de la comunidad en sus redes sociales. Para ellos está claro que ante la mirada en la calle si sos negro no podés ser argentino, tenés que ser extranjero.
¿Cuál es la población negra en Argentina?
En 1778 se censó a la población y el 46% dijo tener origen africano, la inmigración negra siguió aumentando pero eventualmente dejó de contarse. Lo que le siguió solo un siglo después fue el comienzo de lo que se denomina un “genocidio discursivo”.
Ante la pregunta de por qué se dice que en la Argentina no hay negros, Ali responde: "Se creó un relato que dice eso y se hizo a través del Estado. La Constitución en el Art.25 dice que se fomentará la inmigración europea viendo a lo blanco como lo civilizado y lo negro, lo gaucho, lo criollo, lo indígena como lo bárbaro. Con los censos se eliminaron a las personas negras y se inventó la categoría de trigueño, pero no hay un pueblo trigueño"
Delgado continúa su explicación y menciona que cuando llegan las olas migratorias europeas promovidas por la Generación del 80 es que se baja en términos relativos el porcentaje de personas negras: “No es que murieron en la guerra o de fiebre amarilla, se duplicó la población”.
Al mismo tiempo las categorías censales eliminaron la afrodescendencia y para muchas familias fue una manera de escapar a la presión de ser una persona negra, comenzaron a encasillarse dentro de otras opciones y hasta 2010 no volvió a contabilizarse de manera oficial el origen afro de los argentinos.
“En Argentina no hay racismo”
Según el Indec, en el Censo 2010, 149.493 personas se autorreconocieron afrodescendientes. Para Delgado con una política de Estado que ayude a encontrarse con los orígenes similar a la que se llevó a cabo en Brasil durante la presidencia de Lula, ese número podría ser mucho mayor.
La afirmación de que en “Argentina no hay negros” es la base para que se pueda asegurar que la Argentina no es un país racista. Sin embargo, la discriminación racial está impregnada en el vocabulario, en las miradas y en la forma de responder ante la crítica por actitudes racistas que puede incluir hasta comparaciones con Estados Unidos que afirman que hablar de racismo es una moda importada.
"Me parece muy llamativo que piensen que el racismo es una moda como si fuese un pantalón tiro alto o tiro bajo. Es tan racista Argentina que invisibiliza, niega y hasta asesina a las personas negras. Si tomamos los casos de violencia institucional, de qué color son las personas que mueren... Este es un país que fue colonizado y construido con sangre y sudor de personas que no fueron blancas", enfatiza Delgado.
En este sentido, el Día Nacional del Afroargentino y la cultura afro se celebra en honor a la mujer negra que luchó por la patría: María Remedios del Valle. La ley que dispone esta efeméride es la única que nombra a las personas afrodescendientes.
Dónde se ve el racismo
La ausencia de personas negras en las listas, en la televisión o en sectores de toma de decisión del sector privado es racismo. En el país vecino de Uruguay se toman acciones para que esto ya no suceda con una ley vigente que impone una suerte de cupo afro para la inclusión.
Sin llegar a las estructuras de poder, el cambio en la Argentina comienza con ver las estructuras del lenguaje que utilizamos y va más allá de expresiones como “negro de mierda”, “denigrar”, o “trabajo en negro” que le dan al color negro una carga peyorativa.
Las palabras más comunes como quilombo también tienen vestigios de una hegemonía blanca. Los quilombos, explica Delgado, eran las organizaciones de negros que escapaban de sus colonizadores y esclavizadores. En esos espacios organizados de resistencia florecía la cultura que se les había negado y hubo siempre un gran valor positivo para la cultura afro.
La hegemonía blanca usó esta palabra, originaria de la lengua africana Kimbundo, para mencionar espacios negativos, desórdenes y caos.
Para la comunidad no pasa por una resignificación de las palabras o un cambio de lenguaje al cual deben adaptarse, sino que llaman a la reflexión: “Si hay gente que es afectada por eso y está luchando por eso quizás hay que prestarle un poco de atención, a nosotros nos afecta, nos molesta, yo cada vez que escucho palabras racistas lo único que hace eso es recordarme que tengo ancestros y ancestras que fueron personas esclavizadas, que construyeron la nación y se las invisibilizó”.