Ana, de 30 años, que estuvo presa ocho meses tras sufrir una emergencia obstétrica, fue absuelta por la Justicia de Corrientes. “Ya estoy libre voy a ir a mi casa a ver a mis hijos. Espero rehacer mi vida, volver a trabajar”, contó a El Destape. La joven, de Esquina, Corrientes, había sido imputada por homicidio doblemente agravado por el vínculo tras sufrir una emergencia obstétrica y enfrentaba la pena máxima, que podía dejarla para toda la vida en la cárcel. Los medios de comunicación locales también la habían condenado sin saber lo que había sucedido. Ana parió sola, en su casa y sin asistencia médica a un feto muerto. Este viernes, el Tribunal Oral Penal de Goya, Corrientes, determinó su absolución y dictó su inmediata libertad. En la sentencia hablaron de “incongruencias” en la construcción de la prueba y de falta de perspectiva de género al momento de investigar los hechos.
Su madre, su abogada y las integrantes de la comisión Libres las Queremos, de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto que acompañaron a Ana en este tiempo, salieron del Tribunal directo a buscarla. Pararon a comer al sol antes de emprender el viaje en auto de dos horas hacia Esquina, el pueblo ubicado a la vera del Río Corrientes, en donde Ana se reencontrará con sus hijos. No tendrá que volver a la Comisaría de la Mujer y el Niño, donde pasó los últimos ocho meses de su vida. Tampoco tendrá que regresar a la Comisaría 2da de la Mujer, de Goya, donde permaneció alojada durante toda esta semana en la que se desarrolló el juicio en su contra.
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“Se comprobó que el fiscal no tenía pruebas para acusarle”, declaró ante El Destape su defensora, Natalia Ávalos, y destacó la perspectiva de género que sí mantuvo el Tribunal de Goya, conformado por los jueces Jorge Antonio Carbone, Julio Ángel Duarte y Ricardo Diego Carbajal, que tomó su decisión por mayoría. También marcó, en consonancia con los magistrados, que “la investigación siempre estuvo sesgada y nunca se tuvo en cuenta el principio de inocencia".
“Lo que le pasó a Ana, la puede pasar a cualquiera”, dijo. Es que, Ana, parió sola, en su casa y sin asistencia médica. La emergencia obstétrica que atravesó la dejó en estado de shock. En ese momento, los medios de comunicación locales dieron la noticia e impusieron la condena al avalar la teoría del titular de la Unidad Fiscal de Investigaciones Concretas (Ufic), Javier Mosquera, que la acusó de homicida. En el mismo sentido, actuó el juez de Garantías de la ciudad, Gustavo Vallejos, que dictó enseguida la prisión preventiva por 180 días. Ahora, por mayoría, el Tribunal de Goya dio por tierra con la construcción de los hechos y de las pruebas recolectadas durante el procedimiento de la investigación.
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El presidente del tribunal, Ricardo Carbajal, fue el encargado de ponerle voz a la sentencia. Antes de dictar la inocencia de Ana por falta de pruebas y dictar su “liberación inmediata”, el magistrado hizo un recorrido que en el que apuntó al pasó a paso de la construcción de los hechos y de la recolección de la prueba dirigidos por el fiscal esquinense Mosquera llevada a cabo sin perspectiva de género.
“No tenemos nosotros los elementos con el grado de certeza suficiente para saber cuál es la conducta que desplegó Ana”, dijo Carbajal para comenzar a echar por tierra las conjeturas que se mantuvieron durante estos ocho meses. Entre otros puntos resaltó, entonces:
- Los hechos se reconstruyeron a partir de testimonios de “tercera categoría”, porque nadie en forma directa vio ni escuchó el momento en el que Ana parió.
- Tampoco se puede comprobar en dónde sucedió la muerte del feto: si en el patio o en una habitación o dónde. Sólo se sabe que se lo encontró con lesiones en el patio familiar.
- No se hizo una prueba de ADN que compruebe la filiación de Ana con el feto. “Quizá hubiera sido una plataforma más certera desde la cual construir la acusación”, dijo el juez. Además, marcó que en ese mismo lugar que también habita otras personas en la casa y el terreno que comparten con otras familias que ”podrían haber sido” y, sin embargo, no fueron tenidas en cuenta. En este punto, hizo referencia explícita a la falta de perspectiva de género, ya que la investigación desde un primer momento sólo se centró en Ana y determino, de alguna manera, su condena desde el inicio.
Como punto final, el juez señaló que “un homicidio es el que matare a otro. Ergo tiene que haber otra persona y, de acuerdo a las pruebas periciales, realmente se construye una duda. No están hechas como corresponde”. De esa manera, dio la razón a las pruebas presentadas por la defensa que dan cuenta de que Ana parió a un feto muerto.
En el audio de la sentencia se puede escuchar cuando el juez pronuncia la inocencia y la sala se llena de festejos y aplausos. Afuera, organizaciones feministas y de derechos humanos, acompañaron todo el proceso durante los cinco días en los que se desarrolló. “Los que aplican la ley son el sector más conservador que piensa que la vida empieza a partir de la concepción y construyen una ficción jurídica”, dijo Rosana Fanjul, integrante de la Comisión Libres las Queremos de la Campaña al salir para denunciar el accionar judicial al que se tienen que enfrentar miles de mujeres en nuestro país. Previo al juicio, Fanjul explicó a este medio que el evento obstétrico que sufrió la joven correntina “implicó la interrupción no voluntaria del embarazo”.
Es que, según una investigación realizada por la misma Comisión, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la Universidad de San Martín (UNSAM), entre 2018 y 2020, son 1532 las mujeres que atravesaron eventos obstétricos o abortos espontáneos que fueron criminalizadas y, en la actualidad, se pudieron identificar algunas de ellas presas en distintas partes del país, pese a los derechos conquistados en la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (27.610). “No van a contar con nuestro silencio nunca más porque vamos a ir por cada provincia a sacar a todas las chicas que están detenidas por esta doble moral”, advirtió.
Ana sabe que no es la única que se tuvo que enfrentar a un proceso judicial machista y patriarcal. Que estuvo presa injustamente y que nadie le devolverá ese tiempo. A ellas, les habló: “Que la luchen, que tarde o temprano van salir. Va a haber Justicia para ellas. Que tarde o temprano van a salir. Yo estoy agradecidísima a todas las chicas que vinieron y creyeron en mí sin conocerme”.