Tangos en rojo
Cuando la ciudad se vuelve tango, y el tango se hace noche, las callecitas se llenan de bacanes y papirusas, de cobanis y bataclanas, de yirantas y compadritos. Y cuando la oscuridad se tiñe de rojo sangre, al arrabal acuden otras criaturas. Criaturas imposibles, malditas y condenadas, para sembrar el terror al compás del dos por cuatro.
Por Dolores Alcatena