Eduardo Marcelo Villarruel no fue un héroe. El padre de la vicepresidenta esconde una historia detrás que ella niega. En la Guerra de Malvinas fue el segundo jefe de la Compañía de Comandos 602, detrás de Aldo Rico. Luego, le retiraron la condecoración.
"Le quitaron las condecoraciones por su participación en Malvinas porque no reúne los requisitos. Reclamó y se lo negaron varias veces", reveló el periodista Ari Lijalad y mostró los documentos que así lo verifica.
Nacido en junio de 1947 en Santa Fe, Villarruel entró al Ejército cuando cumplió 18 años. Villarruel se especializó como paracaidista e hizo el curso de comando en la estancia La Argentina, en Entre Ríos. Para entonces, la Escuela de Infantería montó el Centro de Operaciones Tácticas (COT) de Vicente López en la parte trasera de la casa de Gaspar Campos, donde había vivido Juan Domingo Perón tras su regreso al país, según contó la periodista Luciana Bertoia en una biografía de él en Página/12.
En la Guerra de Malvinas, fue el segundo jefe de la Compañía de Comandos 602, detrás de Aldo Rico. Fue prisionero de los ingleses. La democracia lo encontró trabajando en la Secretaría General del Ejército dentro del Departamento de Comunicación Social.
En mayo de 1987, Villarruel era el segundo jefe del Regimiento de Infantería 37 con asiento en Río Mayo, Chubut. Entonces llegó la orden de que los militares debían jurar por la Constitución. Hubo una reunión en la unidad en la que el jefe del Regimiento expresó su conformidad con la disposición; Villarruel la objetó y motorizó a otros para que se opusieran. Hay quienes declararon que incluso les leyó unos párrafos de un libro del filósofo integrista Jordán Bruno Genta, asesinado en 1974, para encender los ánimos de la tropa. En las actuaciones de la justicia militar –que pueden consultarse en el Archivo Intermedio– consta que Villarruel les había dicho a sus subordinados que la jura era una provocación a las Fuerzas Armadas y que le “revolvía las tripas”. Fue condenado a 40 días de detención por insubordinación.