El listado de los vacunados VIP que difundió el gobierno tras el escándalo que terminó con la renuncia de Ginés González García sigue en el centro de la escena del gobierno de Alberto Fernández. En su editorial de El Destape Radio, Roberto Navarro se refirió a uno de los principales problemas que enfrenta la Casa Rosada y a la necesidad de transparentar el plan de vacunación contra el coronavirus.
- Es imprescindible pensar cómo se sale de esto. Cuál es el camino para que las persona que están enojadas vuelvan a confiar en el gobierno. No se sale con caprichos de esta situación. Se sale con inteligencia y con ideales. Saber entender a la población: entender su miedo y el dolor.
- No puede ser que estén todos cuestionados. Casi todos los países del mundo vacunaron a sus funcionarios. Están a cargo de nosotros, de cuidarnos y está bien que se vacunen los funcionarios nacionales.
- Pero hay que diferenciar del resto. Se dieron la vacuna empresarios de la derecha. Se vacunó Eduardo Duhalde que conspiró contra Alberto Fernández. No sé por qué los vacunaron. El que no entiende que está mal no lo puede arreglar. Hay una moral básica que te dice qué está bien y qué está mal.
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- Kicillof no vacunó a su madre, ni a su suegra, ni a su esposa. Axel entendió qué estaba bien y qué estaba mal. Ahora Carrió y Lanata, protagonistas del lawfare, los que torturaron a Cristina y Milagro Sala, ayer conectaban con los enojados. Su cultura es el egoísmo.
- Sin asado y sin vacuna somos una cáscara vacía, una farsa. Y el pueblo se da cuenta ¿Somos lo mismo que fuimos o quedó una cáscara? Alberto tomó una decisión ética y hay que apoyarlo. Él mostró que estaba horrorizado por lo que pasó y lo entendió. Hay médicos que arriesgan su vida toda su vida y se vacunaron los hijos de Duhalde.
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- De acá se sale con hechos, no con declaraciones. Es una excelente oportunidad para que Alberto nos guíe para salir de este problema. Lo que pasó no son los bolsos de López ni el choque de Once. Es distinto a todo porque hay una pandemia: se sale con inteligencia pero peleando por nuestros ideales, que sin ellos no somos nada.