Algo que resaltan sus principales dirigentes es que, pese las tensiones internas, el peronismo en su variante Unión por la Patria se mantuvo unido en el Congreso y en un rol opositor inclaudicable, muy diferente al de las bancadas dialoguistas. La semana que arranca será clave con las sesiones que habrá el miércoles en Diputados y el jueves en el Senado, en las que el Gobierno podría sufrir un par de duros golpes si votan la derogación del DNU de los gastos reservados en la SIDE y aprueban la nueva movilidad jubilatoria. De nuevo, pese a que UP cuenta con los bloques mayoritarios, la definición quedará en manos de la oposición amigable, que siempre amaga rebelarse y después se echa para atrás.
No fue un legislador sino el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, quien lo describió esta semana. "Es difícil ser opositor sin oponerse. Tanto en senadores como en diputados hemos tenido bloques que se mantuvieron cohesionados, que valientemente se han opuesto. Pero son 33 votos en el Senado y unos 100 en Diputados: los que nos oponemos realmente somos minoría", sostuvo Kicillof en diálogo con El Destape 1070. El peronismo tiene el bloque más numeroso en ambas cámaras pero necesita de otras bancadas para definir cualquier votación. Y para esas bancadas, en la mayoría de los casos, es más fuerte el antikirchnerismo que la oposición al Gobierno, por lo que las votaciones que amargaron a Javier Milei fueron contadas.
Pero esta semana hay muchas posibilidades de que la situación se revierta. Los bloques de Unión por la Patria ya aprendieron a alentar las propuestas con sigilo porque si aparecen llevando la iniciativa a la oposición dialoguista le comienzan a llover las recriminaciones de los medios de comunicación hegemónicos y de los trolls en las redes sociales de que le están siguiendo el juego a los orcos peronistas. En este caso, la sesión especial para derogar el DNU 76/24 que le otorgó 100 mil millones de pesos de gastos reservados a la resucitada SIDE fue pedida por diputados del bloque Encuentro Federal de Miguel Angel Pichetto, de la Coalición Cívica y algunos radicales.
MÁS INFO
El número que puso en alerta al oficialismo fueron los 135 votos que consiguió en la última sesión la moción del lilito Maximiliano Ferraro para incorporar el rechazo al decreto en el temario. Como se necesitaba una mayoría agravada, la propuesta no prosperó. Pero si esta semana repiten el número en la sesión especial convocada para el miércoles, incluso con alguna mano alzada menos, alcanzaría para la derogación.
"La llave la tienen los radicales", explicaba un experimentado legislador de UP. En esa votación en la última sesión, hubo 18 radicales que votaron a favor de tratar el decreto, 13 en contra y dos se abstuvieron. Se trata de un bloque cada vez más partido, que tiene un jefe, el cordobés Rodrigo de Loredo, que muestra afinidad con el ideario libertario y cada vez menos ascendiente entre su tropa. El diputado de UP entendía que, paulatinamente, se va erosionando la lógica del dialoguismo de pararse siempre en la vereda de enfrente del kirchnerismo. "En la medida que el Gobierno empieza a perder popularidad, también tiene un costo votarle todo a favor", comentaba.
El anzuelo que le dio el oficialismo a De Loredo para que convenza a los radicales díscolos fue que el martes -el día previo a la sesión especial- quedará finalmente conformada la comisión Bicameral de Inteligencia. El argumento del Gobierno es que la comisión estará facultada para fiscalizar el destino de los fondos reservados, así que ya no tendría sentido derogar el DNU. En realidad, el martes sólo quedará constituida la comisión -con ocho meses de atraso- y no se sabe cuándo comenzará realmente a funcionar, dado que todavía la vicepresidenta Victoria Villarruel y el asesor estrella Santiago Caputo se pelean por ver quién será el legislador que la presida. Pero, además, la comisión no determina cuántos recursos se otorgan a los servicios sino que, con dificultades, trata de determinar su destino.
En 2023, los gastos reservados de la AFI ascendieron a 650 millones de pesos. Según describió el diputado Ferraro, para la nueva/vieja SIDE ya se devengaron 80 mil millones de pesos (el 80% de lo presupuestado) y se calcula que ya se gastaron 10 mil millones. Una diferencia abismal y sin ninguna lógica, menos en un contexto de ajuste permanente. Si Diputados recrea este miércoles los 135 votos de la semana pasada, el DNU de los fondos reservados tendrá su medio rechazo y es casi un hecho que el Senado replicará la decisión declarándolo nulo. Con lo cual, aseguraba un legislador que integrará la comisión bicameral, "todo los gastos que se hayan hecho hasta esa fecha serán ilegales". Un gran problema para el Ejecutivo y para Caputo junior, quien asumió el mando de toda el área de espionaje.
Por eso, siempre hay que esperar hasta último momento para saber si la oposición dialoguista mantiene el vigor. Lo mismo sucederá en el Senado, donde el tratamiento de la movilidad jubilatoria ya suma un par de postergaciones. Si se hubiera tratado la semana que pasó, en el bloque de Unión por la Patria aseguraban que se hubieran alcanzado una mayoría de 40 votos. El oficialismo consiguió posponerlo para el próximo jueves 22, con lo que tendrá algunos días más para tratar de persuadir a algunos senadores. Cuando Diputados dio media sanción a este proyecto, a principios de junio, le produjo un ataque de ira al presidente Milei que calificó como "degenerados fiscales" a los legisladores y adelantó que le importaba "tres carajos" porque lo iba a vetar.
El oficialismo buscó convencer a los dialoguistas aceptando sólo dos artículos de lo aprobado en Diputados -el reconocimiento de la inflación de enero que le birlaron a los jubilados y la futura actualización mensual por IPC-, pero quitando otros puntos como el reconocimiento de las deudas a las cajas previsionales de las provincias y una actualización adicional anual a los jubilados por el índice Ripte que mide los aumentos salariales. Algunos gobernadores de Juntos por el Cambio, que no quieren romper lanzas con la Casa Rosada, conversaron con los senadores de sus provincias para que convaliden los cambios propuestos por el oficialismo. Pero hay otros que -todo indicaría- se mantienen en su convicción de aprobar una propuesta que contemple la recomposición de las jubilaciones.
Los 33 votos del interbloque de UP están firmes y necesitan apenas sumar otros cuatro. Los senadores radicales que no responden a ningún gobernador -por ejemplo, el porteño Martín Lousteau- se mantendrían en la idea de aprobar la iniciativa. Son cuatro seguro, a los que podrían sumarse los dos santacruceños y, posiblemente, la larretista Guadalupe Tagliaferri. Son los 40 votos que, calculaban, habrían votado si hubieran sesionado la semana pasada. Aquí también la llave la tienen los dialoguistas pero, vale resaltar, esto es posible porque los senadores del peronismo se sostienen inalterables en el rechazo. "Los 33 orientales", llamó, risueño, Kicillof a los senadores comparándolos con aquellos patriotas rioplatenses que se enfrentaron a los usurpadores extranjeros.