El líder del Sindicato de Peones de Taxis de Capital Federal, Omar Viviani, presentó la renuncia al puesto de Secretario General. Tras casi 37 años en el cargo, decidió dar un paso al costado. "El deber lo cumplí y hay que dar un paso al costado", confesó a El Destape.
A sus 68 años, el líder de los taxistas también se desvinculó de la Federación Nacional de Peones de Taxis. Viviani no aceptó la propuesta de quedarse en el sindicato como asesor de la entidad, ya que tiene pensado dar algunas charlas sobre trabajo en el exterior. "Hay que dar lugar a los más jóvenes", señaló.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
La decisión no fue de un día para el otro. Ya desde la última elección en el gremio, en diciembre de 2018, ya no se quería presentar y sentía que su etapa estaba cumplida. Pero su salida hubiese desatado una fuerte interna en el gremio, por eso decidió ser cabeza de una lista de unidad y quedarse por un año y medio más. La pandemia terminó empujando la decisión. Por su edad y tras sufrir neumonía, es una persona de riesgo en estos tiempos. Por eso, exponerse en reuniones y en la calle es peligroso para su salud.
A partir de esta decisión, lo suplantará su secretario adjunto, Jorge Luis García, quien estará poder del sindicato. La despedida de Viviani se da en el contexto en el que las aplicaciones de transporte Uber y Cabify encabezan una dura pelea para insertarse en el mercado argentino mientras los taxistas pugnan por la prohibición de ambas compañías.
Lideró desde el gremio la pelea contra las poderosas aplicaciones, aunque casi en soledad por la falta de regulaciones y controles por parte de los gobiernos. "La pulseada no me la ganaron, les metí denuncias y logramos dictámenes de la Justicia a favor nuestro donde se prohibía su actividad", afirmó a este portal. "Las veces que los quisieron legalizar, me opuse y no lo lograron. Ahora, que la pelea la sigan los más jóvenes", señaló.
A lo largo de toda su trayectoria, Viviani estuvo en la Confederación de Trabajadores del Transporte y fue integrante de la conducción de la CGT en diversas oportunidades. También fue parte de las "62 organizaciones", uno de los brazos sindicales más fuerte del movimiento obrero que fue liderado por Lorenzo Miguel.
Se va cansado, pero con la sensación del deber cumplido. "Hice en el gremio lo que no hizo nadie, cuando asumí en el 83 agarré el libro de actas, una máquina de escribir, la sede del gremio era una casa tomada y ningún trabajador estaba registrado. Hoy tenemos el 95 por ciento de los trabajadores registrados, firmé el primer convenio colectivo en el 86, saqué la obra social, pasamos a tener una nueva sede, creé la Federación de Peones de taxis, construí un hotel cinco estrellas, tenemos un importante centro médico y un camping con grandes instalaciones en Luján", describió. "Creo que ya está, hay que dejar crecer a jóvenes con otra impronta y ya cumplí", cerró.