El ministro de Economía, Sergio Massa, cerró su semana en Estados Unidos con una reunión con la cúpula del Departamento del Tesoro de la que participó, de manera inesperada, la propia secretaria Janet Yellen, y luego con conducción del FMI, que dio el visto bueno a la segunda revisión del acuerdo, que ahora deberá tener la aprobación formal del board del organismo. El viaje, concluían en la comitiva, no podía tener otra calificación que positiva porque se habían conseguido los objetivos que fueron a buscar: el visto bueno de la Casa Blanca, de los organismos financieros internacionales y algunos millones de dólares frescos que servirán para fortalecer las reservas. Massa optó por un mensaje de cautela. "La situación argentina es frágil porque hay una enorme tarea por delante en la lucha contra la inflación y porque hay sectores que todavía sufren mucho", dijo, y calificó como "irrenunciable" la protección de los más vulnerables.
La reunión en el Departamento del Tesoro sería con el jefe de asesores, el influyente David Lipton, y con quien se ocupa de los asuntos para la región, Michael Kaplan. Que Yellen se hiciera de unos minutos para participar del encuentro y expresar algunas frases de respaldo a la labor del ministro por los pasos que vino dando -su agenda de "reformas"- desde que llegó al cargo, le dio un peso político mucho mayor. Un encuentro con Yellen en el Tesoro fue algo que en su momento no consiguió Martín Guzmán, pese a que lo consideraba más cercano a la funcionaria. Si se le suman las reuniones de los días previos con el principal asesor económico de Biden, Mike Pyle, y con el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, se concluirá que Massa se llevó unas palmadas en el hombro de los funcionarios de mayor influencia en la Casa Blanca. En eso hubo utilización de los buenos contactos en Washington que Massa cultivó durante años, pero también un trabajo de orfebrería de parte del embajador Jorge Argüello, quien semanas atrás ya le había tenido que organizar una gira de urgencia a Silvina Batakis en su breve paso por el ministerio.
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"El resultado es positivo porque indudablemente estamos mejor que en el inicio del viaje, aunque en concreto tampoco nos llevamos demasiado. Sí hubo una idea general de que vamos bien encaminados", analizaba uno de los integrantes de la comitiva, por la que pasaron varios funcionarios a lo largo de la semana. De los encuentros de ayer, por ejemplo, participaron el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y Batakis, como una señal de continuidad. Una de las posibilidades que dejó el cónclave en el Departamento del Tesoro fue el acuerdo entre la AFIP y su par en Estados Unidos, la Internal Revenue Service (IRS), para el intercambio de información de manera automática. El Gobierno argentino quiere acceder a las cuentas no declaradas de argentinos en Estados Unidos, que calculan en 100 mil millones de dólares. "El trabajo técnico entre AFIP y la IRS está terminado y listo para empezar a implementarse en el momento que haya firma del acuerdo", informó Massa.
Como socio mayoritario, la opinión de Estados Unidos tiene un peso decisivo en el directorio del Fondo Monetario Internacional. Massa y su comitiva llegaron a las 14 a la moderna sede del organismo financiero, ubicada a unas diez cuadras del imponente edificio del Tesoro. “Felicité al ministro Massa por su nombramiento y su cartera ampliada, y por los fuertes pasos que él y su equipo económico han tomado para estabilizar los mercados y revertir un escenario de alta volatilidad", comunicaría luego Kristalina Georgieva. Previamente, hubo un largo trabajo entre los técnicos de Economía y los del Fondo para revisar los números del país y, como se preveía, poner la tilde a la revisión del segundo trimestre. El Fondo sacó un comunicado con el detalle de cada ítem. Queda la formalidad de que el board del organismo lo apruebe en su próxima reunión, lo que habilitará el desembolso de 4.100 millones de dólares para cumplir con el próximo pago.
Se ratificó el acuerdo sin modificación de las metas, más allá de la evaluación que se hizo sobre el impacto de la guerra en Ucrania. El ministro reiteró el compromiso de cumplir con el 2,5% del PBI de déficit pautado para este año y del 1,9% previsto para el próximo, que deberá estar incluido en el presupuesto que se enviará al Congreso esta semana. En la comitiva ofrecían dos buenas noticias. Una, que de acuerdo a lo conversado en el encuentro, ya se deba como un hecho que también se aprobaran las metas del último trimestre del año, algo que unas semanas atrás algunos ponían en duda. Lo otro lo informó Massa: que el aval obtenido de parte del staff del Fondo "va a disparar la confirmación del cierre del acuerdo con el Club de París", donde el país debe renegociar una deuda por unos 2.450 millones de dólares. En dos semanas, Massa viajará a la capital francesa para terminar de cerrar la cuestión.
En todos los encuentros, Massa repitió su credo de ir hacia un equilibrio en las cuentas, fortalecimiento de las reservas -fue destacado el nivel de liquidación de granos de los últimos días a partir del nuevo "dólar sojero"- y una fuerte política de incremento de ingreso de divisas, planteando en cada momento las oportunidades de inversiones que ofrecen las reservas de gas y petróleo y las explotaciones mineras. Consiguió algunos anuncios concretos y muchas promesas en su paso por Houston, la capital energética del Norte. En los días previos, embolsó 1.200 millones de dólares del BID que se destinarán a fortalecer las reservas y otros 900 millones en proyectos del Banco Mundial. Un balance "positivo" -era la expresión más repetida- que esperaban repetir en el próximo viaje a París y cuando vuelva a Washington, el día que finalmente el presidente Alberto Fernández sea recibido por Biden.
Todo un gesto político, en la conferencia de prensa de cierre, el ministro dedicó más de un párrafo a los sectores más desprotegidos, que siguen a la espera de algún anuncio concreto que los ayude a enfrentar los índices de inflación que no bajan. "La situación económica y social en la Argentina hace que para el Gobierno la protección de los sectores más vulnerables sea una tarea irrenunciable", resaltó.