Massa en Estados Unidos: los dos anuncios clave que piensa hacer y el delicado equilibrio en un mundo peligroso

El viaje de Sergio Massa y la posible incorporación de Argentina al BRICS dan cuenta de un pragmatismo que parece inevitable. 

09 de septiembre, 2022 | 09.59

Sergio Massa se mueve por Washington DC como pez en el agua, encadenando reuniones con interlocutores de primera línea con una naturalidad que causa algo de envidia entre los que se quedaron en Buenos Aires. La moral en su equipo está alta, según describen testigos del raid por la capital de los Estados Unidos. Con el frente interno acomodado merced del flujo de liquidaciones que destrabó con el dólar soja a 200 pesos, en los primeros días de viaje pudo hilar varias buenas noticias, de las que se cuentan en billetes verdes, gracias a acuerdos con organismos multilaterales y empresas privadas. Por ahora cuenta más de 5000 millones y anticipa nuevos anuncios para los próximos días.

Además, el ministro de Economía espera, antes de volver a subirse al Tango 04, coronar dos anuncios clave. El primero es un acuerdo para profundizar y automatizar el intercambio de información fiscal con la administración yanqui, que permitiría cobrar impuestos a más de 100 mil millones de dólares no declarados por argentinos en cuentas de ese país. El segundo es garantizar la continuidad del acuerdo con el FMI, cuyas metas se alcanzaron a cumplir en la segunda revisión, que acaba de concluir, pero son bastante más exigentes para la próxima, prevista en tres meses. Las negociaciones técnicas están encaminadas y la política no muestra fisuras. Esto último es la novedad más importante respecto a altri tempi.

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Sin embargo, la agenda económica no es la única que ocupa su tiempo en Washington, hasta donde llegaron los ecos de la violencia política a partir del intento de asesinato contra Cristina Fernández de Kirchner. El tema fue parte de la reunión de alto nivel que mantuvo el ministro en la Casa Blanca con los tres asesores más importantes que tiene Joe Biden para asuntos que interesan a la Argentina: Jake Sullivan, Mike Pyle y Juan González. El prospecto de desestabilización política en un país que hasta ahora se mantuvo al margen de los conflictos sociales que atravesaron Sudamérica en los últimos años no sólo preocupa al funcionariado; las consultas sobre el tema se repitieron en encuentros con empresarios.

En el Frente de Todos hay quienes creen que la embajada y/o los servicios de inteligencia de Estados Unidos tienen un rol detrás de la reciente radicalización opositora y otros, como Massa, que no. Todos coinciden, eso sí, en que el gobierno demócrata puede cumplir un papel clave para contener esa escalada, si decide intervenir directamente para ordenar a una parte de la dirigencia política y empresarial y disuadirlos de acompañar a los elementos más extremistas. Por acción o por omisión, la influencia de Washington sobre la derecha argentina puede ser parte de la solución. En la administración Biden tomaron nota del acercamiento de la oposición a Donald Trump y Jair Bolsonaro, dos bestias negras.

No puede pasarse por alto que en el nuevo marco geopolítico desplegado a partir de la invasión rusa a Ucrania el gobierno norteamericano va a ajustar sus estrategias en asuntos exteriores y que en las orillas de un nuevo conflicto de orden global el imperio volcará su atención a su área histórica de influencia. La Argentina, en ese sentido, es un territorio estratégico a causa de sus recursos naturales y humanos, su estabilidad relativa, su extensión y su ubicación clave en el mapamundi. En ese sentido, el desafío de Massa es convencer al Departamento de Estado de que la continuidad del peronismo le da más garantías a los intereses de los Estados Unidos que un eventual regreso de la derecha dura al poder.

El politólogo John Mearsheimer, uno de los principales analistas de política exterior de los EE.UU., el mismo que advirtió que la expansión de la OTAN sólo podía desembocar en una nueva guerra de occidente contra Rusia, advirtió recientemente en un panel organizado por el think tank Quincy Institute que “en el momento unipolar los Estados Unidos estaban genuinamente interesados en rehacer el mundo a su imagen y semejanza pero “esos días terminaron y hoy vivimos en un mundo en el que Estados Unidos va a voltear democracias que se perciban poco amistosas y apañar dictadores y líderes autoritarios, como en la Guerra Fría”. Y concluye: “Lo que vamos a hacer es disfrazar eso con retórica liberal, como siempre hacemos”. 

En ese contexto, y con la deuda con el Fondo Monetario que pende sobre el futuro argentino como una espada de Damocles, no se puede pensar en un escenario para los próximos años en los que la relación con Washington no condicione las políticas estratégicas del país. Massa cree que es la persona adecuada para conducir ese vínculo; hoy como ministro, mañana quién sabe. Pero también tiene claro que un alineamiento automático como hubo en otras épocas no puede beneficiar al país en las circunstancias actuales. El nuevo mundo multipolar sólo admite, para un país periférico, con muchos recursos y limitada capacidad estatal, posicionamientos pragmáticos ejecutados con inteligencia y timing para adaptarse a las novedades.

El trámite formal para el ingreso de Argentina al BRICS, a través de una carta del presidente Alberto Fernández a su par chino, Xi Jinping, a cargo de la titularidad pro tempore de ese organismo, había sido iniciado la semana pasada pero sólo se dio a conocer durante el viaje de Massa a Washington: señales políticas de equilibrio. El BRICS, un G7 de países emergentes, engloba al 42 por ciento de la población mundial y a un 24 por ciento del producto bruto del planeta, y significa para el país una oportunidad histórica en materia comercial y geopolítica. Sentarse en la mesa de los grandes. En el equipo del ministro explican que esto no va en detrimento de un vínculo provechoso con Estados Unidos. Al contrario, puede potenciarlo.

La relación entre el ministro y el embajador en Beijing, Sabino Vaca Narvaja, es fructífera y fluida, según coinciden en la descripción de ambos lados de la línea. Sin fecha, ya están pensando en un viaje para los próximos meses, que permita profundizar la cooperación financiera y concretar más inversiones en infraestructura, energía y alimentos. Tienen un objetivo en mente: rediseñar el comercio bilateral de forma tal que se achique el déficit significativo de nuestro país en la cuenta corriente entre ambos. ¿Cuál es el motivo por el que Brasil, Chile o Perú tienen saldos positivos en esa balanza y la Argentina está unos siete mil millones de dólares anuales abajo? Esos países exportan minerales y productos con valor agregado.

Aunque el foco esté puesto en el vínculo con China, por el peso específico de esa potencia global y su rol en el concierto de naciones, lo cierto es que hay otras oportunidades que se abren y de su aprovechamiento dependerá, en gran parte, el éxito del país en la difícil tarea de sostener su posición de no alineamiento activo en el conflicto global. La profundización de la sociedad con la India, que se habló en la reciente visita del canciller Subrahmanyam Jaishankar, es una; el acuerdo entre YPF y la energética malaya Petronas es otro modelo a replicar. Pero existe un socio sin el cuál ese propósito de equilibrio político se torna imposible: Brasil. Esa es una historia en desarrollo a tres semanas de la próxima elección presidencial.

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Nicolás Lantos

Nací en 1983 y viví casi toda mi vida en la ciudad de Buenos Aires, donde nunca voté a un candidato ganador. Trabajo como periodista desde 2005 en diarios, revistas, publicaciones digitales, radio y tevé, aunque más de una vez estuve a punto de dejar todo y ponerme a atender un bar. Especializado en análisis político nacional e internacional, cubrí desde la primera línea tres campañas presidenciales en Argentina (2011, 2015, 2019) y una en los Estados Unidos (2016). Antes de sumarme a El Destape y a lo largo de quince años de carrera colaboré en medios y plataformas locales e internacionales, entre los que se destacan Página 12, Radio Nacional, América TV, revista Los Inrockuptibles, Rock & Pop, Radio América, Posta, Yahoo Argentina, Vice News (España) y La Diaria (Uruguay).

Highlights:
1) Hice que Reutemann “se recontrameta en el culo” su candidatura presidencial en 2009,
2) predije el triunfo de Trump,
3) una vez Chávez me dijo que me parecía al Che.

Mi apellido se pronuncia como se lee. Soy hincha de Boca. Toco en una banda que se llama Krupoviesa.