"Donde me inviten voy a estar", les respondió Sergio Massa a los dirigentes de la conducción de la CGT encabezados por Héctor Daer y Pablo Moyano con los que estuvo reunido para analizar la situación económica generada por las primeras medidas de Javier Milei que, les anticipó, impactarán de lleno en la clase media. Los jefes sindicales lo invitaron a una mesa política que pondrán en marcha a fin de mes en un encuentro en Mar del Plata bajo el lema "Hay otro camino", al que esperan sumar gobernadores, senadores, diputados y algunos dirigentes del empresariado. Allí, la central obrera presentará una serie de propuestas para debatir y explicaron la invitación a Massa en que "fue el candidato a presidente que representa a 11 millones y medio de argentinos que lo votaron y creen que hay otro camino".
Massa llegó tarde al encuentro en el Sindicato del Seguro porque arrastra un problema intestinal y venía del médico. Empezó hablando e hizo una autocrítica por no haber planteado con la suficiente vehemencia lo que se desencadenaría con el plan desregulatorio de Milei en rubros como tarifas, combustibles, transporte y prepagas. Su preocupación, planteó, es la clase media, en donde más incidencia tienen esos gastos, a la que además siente como su principal elector. Junto a Daer y Moyano lo escuchaban Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Jorge Sola (Seguros) y Juan Carlos Schmid (Dragado).
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El ex ministro les detalló sus planes para los próximos meses. Dijo que estaba cerca de cerrar contratos con dos fondos de inversión y una universidad del exterior para asesorar y dar clases, que eso lo obligará a estar unos cinco o seis días por mes fuera del país. El resto del tiempo estará aquí en la fundación "Encuentro" que lanzará el 10 de febrero, que tendrá como ejes de trabajo las cuestiones ambientales, de ingresos y de empleo, y sobre el impacto de las nuevas tecnologías. También contó que graba dos horas de conversaciones por día con el editor Juan Becerra para el libro que relatará el detrás de escena de su paso por el ministerio de Economía.
La CGT siempre tuvo a Massa como su candidato favorito entre los posibles de Unión por la Patria y luego lo apoyó con entusiasmo durante la campaña. En especial, cuando impulsó la eliminación del impuesto a las Ganancias para los trabajadores de la cuarta categoría, un reclamo histórico de gremios como Camioneros, Bancarios y Petroleros. Hicieron dos actos masivos de apoyo. Ahora, el gobierno de Milei busca volver atrás con la medida para devolverle esos recursos a los gobernadores, quitándoselos a los trabajadores. "La suma del ajuste y las nuevas tecnologías van a producir mucho daño en la base laboral", aseguró ayer el ex ministro.
Obviamente celebraron los fallos judiciales de la Cámara de Apelaciones del Trabajo a favor del amparo presentado por la CGT y analizaron las posibles respuestas a la ofensiva libertaria. En confianza, Massa les dijo que le parecía apresurada la convocatoria a un paro general para el 24 de enero. "Entiendo que estaban presionados", concedió a los jefes sindicales. Pero, a su entender, aún hay que esperar que las nuevas medidas económicas cobren mayor dimensión en la vida cotidiana de la gente, como se vio en el ánimo de la gente que hizo cola para cargar nafta antes del último aumento. Tuvieron mucha difusión los videos de campaña en los que Massa anticipaba que, sin regulaciones, la nafta pasaría de 350 a 800 pesos. Toda una premonición.
Massa les comentó que, en este momento, busca mantener un bajo perfil y no ubicarse en la primera línea. No lo dijo, pero seguramente prefiere que sus videos de campaña se expresen por él. Pero sí que estaba dispuesto a ayudar en lo que fuera necesario. Por eso, aceptó sumarse a la mesa política que viene preparando la CGT, muy parecida a la que otros vienen pensando para el PJ Nacional, con similares integrantes y objetivos.
El Destape dio cuenta ayer de las expresiones del gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, y del ex candidato a vicepresidente Agustín Rossi acerca de la conveniencia de lanzar una comisión de acción política (CAP) donde sentar a gobernadores, jefes de bloques del Congreso, Cristina Kirchner, Massa, la CGT, las CTA y dirigentes sociales para reactivar al peronismo y que se visualice como principal opción al gobierno de Milei. Como anticipo, días atrás los mandatarios provinciales se juntaron en el Congreso con los legisladores y conversaron sobre la mejor estrategia para frenar el DNU. Quintela incluso habló de "amnistía" y sumar a esa convocatoria a quienes participaron de otras opciones electorales. Por ahora, la iniciativa está centrada en la CGT con su paro ya lanzado y su mesa marplatense, que posiblemente derive en la CAP que ya imaginan los peronistas.
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