Frente a la actitud poco responsable esgrimida por la administración porteña, quedó claro que es el gobierno de la provincia de Buenos Aires el único que viene trabajando día a día con la Nación para evitar el colapso sanitario del AMBA, que en La Plata calculan de aquí a unas dos semanas si no se detiene el actual nivel de contagios. El presidente Alberto Fernández recibió al gobernador Axel Kicillof en su despacho para hacer un repaso de la situación. El planteo de la Provincia pasa por la necesidad de coordinar de manera urgente el sistema público y el privado para que funcione de manera aceitada y así monitorear la ocupación de las UTI cama por cama en toda el área metropolitana. Al mismo tiempo, trabajan para ampliar la capacidad de camas, monitores y respiradores, adecuando centros extrahospitalarios para los pacientes que no revisten gravedad, aunque chocan con un límite que es el del recurso humano. Médicos y especialistas no se pueden inventar de un día para el otro. Por eso plantean esta semana retomar el esquema de coordinación entre Nación, Provincia y Ciudad, resquebrajado en los últimos días de conflicto.
El Presidente confirmó que el eje del encuentro de urgencia que mantuvieron el viernes en la Casa Rosada tuvo que ver con la saturación del sistema que muestra la ciudad de Buenos Aires. Dejó entrever que Horacio Rodríguez Larreta y sus funcionarios no muestran en público número reales sobre lo que está ocurriendo. "Las personas que se enferman en la Ciudad deambulan buscando cama y terminan atendidos en el Gran Buenos Aires", graficó acerca de cuál es la verdadera situación. "No nos podemos hacer los distraídos ni mentir con las estadísticas, la única estadística que cuenta es la de las personas que estuvieron dando vueltas en una ambulancia", comentó en una entrevista con Radio 10.
Fernández y Kicillof evaluaron posibilidades para ampliar la capacidad de camas en el GBA. Quedan unas 730 disponibles y, con el actual nivel de contagios, la ocupación es de unas 40 por día. Da para poco más de dos semanas, teniendo en cuenta que el promedio de edad de los enfermos bajó, por lo que permanecen más tiempo internados y ocupando una plaza. "Es un momento crítico, el número de contagios está creciendo a un nivel que satura la capacidad de respuesta de muchos hospitales públicos y privados", insistió ayer el gobernador bonaerense.
El plan de contingencia que puso en marcha la Provincia incluye la incorporación de 250 camas de terapia intensiva y más de 1.500 trabajadores de la salud. Una vez cumplido, lo que ocurrirá a mediados de mayo, el sistema público habrá pasado de 883 camas en la pre-pandemia a 2.433 camas. Es decir, un incremento del 175 por ciento en la capacidad de atención de casos graves.
Las restricciones
En La Plata no querían adelantar qué posición adoptarían respecto a las restricciones resueltas por el Presidente y que debe volver a discutir para resolver cómo continuarán a partir de la próxima semana. Explicaban que a partir de estos días las estadísticas comenzarán a registrar qué efectos produjeron, pero urge que bajen los casos diarios. Por ahora sólo se nota que pararon de crecer, pero el actual nivel de contagios es letal para el corto plazo. Aunque todavía no lo expresen, la lógica del razonamiento indica que las restricciones deberán continuar.
El viceministro de Salud, Nicolás Kreplak, detallaba que "el índice Merkel" para determinar los cierres de distritos en Alemania son de 100 casos cada 100 mil habitantes -a los 165 casos incluye el cierre de escuelas- y que CABA anda actualmente por los 1.250 casos y el Conurbano por los 950 contagios diarios. Sobrepasa todos los estándares internacionales que la oposición supuestamente pide atender. "Llegamos a un nivel de casos insostenibles, debemos bajarlos drásticamente", insistió. Difícil que ocurra en una semana. En especial, cuando uno de los distritos implicados se hace el desentendido respecto a los controles que debe realizar para que efectivamente se cumplan las medidas dispuestas.
Hay distintos niveles de comunicación. Cuando hablan en privado, los equipos sanitarios de Provincia y Ciudad tienen una mirada coincidente. En la exposición pública, Kicillof y Rodríguez Larreta se dirigen a dos planetas diferentes. Por eso, el gobernador prefiere comunicarse de manera reservada con el ministro de Salud, Fernán Quirós, con quien se entiende mejor. Juran que el viernes en la Casa Rosada no se habló de restricciones pero -Corte Suprema de por medio- queda por resolver la continuidad de las clases con presencialidad "administrada" como analiza el Gobierno. "Son tres millones de alumnos, si los acompaña una persona promedio hablamos de un movimiento de ida y vuelta de seis millones de personas diarios. No hay país del mundo que con nuestro nivel de casos habilite semejante movimiento de gente", deslizaban en la Provincia.