Dos frentes contra Pullaro por reforma jubilatoria: el Socialismo lo desafía y el PJ se le anima

Maximiliano Pullaro lleva en Santa Fe los mismos nueve meses que Javier Milei en el poder y, con el mismo ímpetu que La Libertad Avanza, el primer gobernador radical santafesino desde el regreso de la democracia llevó adelante y a paso redoblado las reformas estatales que tenía en agenda al momento de asumir la capitanía en la Casa Gris. Y si bien las voces disidentes no dejaron de estar presentes, nunca se habían escuchado tanto afuera como adentro de Unidos para Cambiar Santa Fe, hasta que el gobierno presentó el proyecto de reforma jubilatoria para los trabajadores estatales que este jueves recibió media sanción en la Cámara de Senadores. El pliego despertó disidencias dentro de la tropa y logró que el peronismo volviera a presentar pulso por primera vez desde los comicios de octubre pasado.

El polémico proyecto de reforma previsional tenía la potencia de un asteroide: entró en la órbita a gran velocidad y calor, y con la prepotencia de un pliego que sabe que si llega a la Legislatura, nada le presentará una resistencia real debido a la mayoría automática que el pullarismo tiene en Diputados y en la Cámara Alta como quedó demostrado. El objetivo del proyecto es sanear un muerto que, sólo en 2024, podría cerrar en los $430 mil millones, según declaró en conferencia de prensa el ministro de Economía, Pablo Olivares. No obstante, la oposición sostiene que dicho déficit podría sanearse con el dinero que Milei negó a las cajas jubilatorias provinciales y que Santa Fe está en todo su derecho de reclamar.

Ruidos al interior

El optimismo del Ejecutivo se chocó con un escollo: las disidencias del socialismo respecto del pliego original de la ley enviada al seno de la coalición gobernante. Las fuentes consultadas por El Destape son cuidadosas y siempre vuelcan sobre lo mismo: la estabilidad de Unidos radica en la consciencia de todas las partes en que las diferencias se dirimen con diálogo.

“Nunca dudamos de que hay que hacer una reforma del sistema”, sostuvo un alfil importante del socialismo a este medio, quien defendió la modificación deslizando que, desde las épocas del finado Hermes Binner, la caja jubilatoria era una bomba con temporizador que había que desactivar: “La caja en 2030 iba a colapsar”, indicó.

Un dato importante: desde las cercanías del gobernador advierten que la ley de reforma previsional que ya llegó a las comisiones tiene un importante filtro del PS. Afirman que, si el socialismo no fuera dueño del bloque mayoritario de la cámara baja, el pliego final habría tenido un tinte mucho más fiscalista. Y mucho más duro.

La rosca entre el pullarismo y los socialistas tuvo lugar en una reunión que se pretendió inicialmente secreta, pero que terminó tiñendo fuertemente al resultado final de la ley, y sosegando las críticas internas por parte del que sería el principal aliado de Pullaro.

“La edad en la que se jubilan las personas es un debate que se debe dar a nivel nacional y no en los estados subnacionales”, explicó a El Destape uno de los actores que llevó adelante la negociación, en referencia a uno de los puntos más contrariados de la reforma original, que proponía la equiparación de la edad de jubilación entre los hombres y mujeres en los 70 años. “El 80% de los jubilados, que están por ANSES, se jubilarían por una edad y los provinciales por otra. Hacia dentro de la ley planteamos también otras cosas, más allá de las discusiones en general pero cuando uno comparte el espíritu, las condiciones se puede negociar”, expresó el dirigente.

Además, el socialismo logró impulsar otro ítem que tiene que ver con la progresividad de los aportes según los ingresos de la persona. Antes de esto, un juez aportaba el mismo porcentaje que el portero de una escuela pública, y he aquí el tinte personal del gobierno de Pullaro: el ajuste es innegociable, a la mejor manera de Javier Milei. No obstante, el gobierno está convencido de que el método que más engagement genera con sus votantes es el ajuste como método. Y hacia allí van.

Al ser consultados sobre el estado de la relación al interior de la coalición, no hubo fisuras al contestar que el vínculo está como en el principio y que la hoja de ruta es común a todas las tribus de Unidos para Cambiar Santa Fe. Cuando Edmundo Dantes aún era amigo de Fernando Mondego en “El Conde de Montecristo”, de Alexandré Dumas, éstos se disputaban un amuleto con el cual reconocían al “rey del momento”, el ganador de la aventura de ese día: se podría decir que el rey es del PS, por ahora.

Meticuloso pero sin pausa, el ajedrez del gobernador apunta, primero, a la reforma jubilatoria. Ya pasó por la reforma tributaria, primer gran hito de la gestión Pullaro a principio de año, antes de desmalezar el terreno político -léanse, concentrarse en la cuestión seguridad, caballo de batalla por excelencia del gobierno y puente que conecta al pullarismo con la gestión nacional- y ahora avanza a paso firme hacia otra gran pelea, que es el frente judicial, con cambios en la conformación de la corte y la reforma constitucional. Cada una amerita una columna aparte.

Ruidos hacia afuera

El general Perón decía que la víscera más sensible de un hombre es su bolsillo. Cambiar la ley jubilatoria de la provincia tocó varios bolsillos, pasando desde los jueces de los tribunales provinciales, quienes hicieron una peculiar y multitudinaria expresión de fuerza (y repudio) hasta los docentes de las escuelas públicas, quienes habían organizado un paro con movilización para este jueves 5 de agosto en la sede de gobierno en la ciudad capital provincial y fueron escoltados por policías que en algunos casos detuvieron los colectivos y les pidieron los documentos a los educadores. Tanto descontento generó una línea de pulso en el peronismo santafesino, herido de gravedad desde la incontrastable derrota contra el radical de Hughes en septiembre.

Desarmado en varias partes desde antes de los comicios, el justicialismo vernáculo persiste en X cosas: la “unidad hasta que duela” y en la necesidad de hacer una autocrítica sobre “cuáles fueron los errores que llevaron a perder tanto la provincia como la nación”, ambas cosas cristalizadas en la conformación de una mesa de acción política entre todas las tribus, excepto la de Marcelo Lewandowski quien de momento no acepta enviar ni siquiera un emisario al encuentro con sus compañeros.

Así y todo, el peronismo está al acecho de cualquier pifie o tropiezo de Pullaro. En este sentido es que lanzó un comunicado donde criticó con dureza la reforma previsional, donde apunta que “lesiona fuertemente los derechos de los trabajadores como aquellas fórmulas que comienza con una declaración de emergencia previsional y establece aportes solidarios que no sólo impactarán sobre los activos, sino que avanza con un fuerte recorte sobre los magros ingresos de jubiladas y jubilados".

El flamante presidente del PJ santafesino, Guillermo Cornaglia, señaló a El Destape que “se soluciona simplemente con reclamarle a la Nación lo que a la Nación le corresponde pagar por ley”, en línea con el mote de cobardes y de “falta de creatividad” dirigido al gobierno provincial por buscar sanear el déficit jubilatorio recortando a los trabajadores en vez de “reclamar a la Nación los fondos que nos deben a santafesinos”, tras la decisión de Milei de suspender los pagos a cuenta del déficit de la caja provincial.

Cornaglia aseguró a este medio que creyó que sería más trabajoso poder armar la mesa, pero evidentemente “todos los actores entendemos que el peronismo está pasando un momento muy duro. No estamos en el piso, estamos en el sótano”, sentenció. Para el dirigente justicialista, todos los involucrados buscan aprender de los yerros del peronismo en la provincia.

“Hablar sobre los errores es permanente. Sobre el cambio de jugadores (de cara al 2025), es una cuestión de darle la posibilidad a nuestros jóvenes. Es momento de dejarnos de palabras y poner en acción los pensamientos de los jóvenes, con nuestro acompañamiento (de los más experimentados), sumando parte del conocimiento nuestro y la energía de los más nuevos”, expresó el presidente del Partido Justicialista.

No obstante, es cauteloso: nadie asoma demasiado la cabeza, porque por un lado -sin contar los meses de diciembre y enero- faltan apenas 80 días para que comiencen los procesos electorales de cara a las elecciones de medio término. Pero por otro lado, el avance para con la reforma constitucional sólo embarra la cancha, aportando un manto de duda sobre lo que ocurrirá de cara a mitad del año que viene. Sólo cabe esperar.