Una vez más, el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, se alejó de la Casa Rosada y se puso del lado de las patronales agrarias que se autodefinen como “el campo”. Esta vez, el mandatario cordobés lo hizo a través del diputado nacional Carlos Gutiérrez, uno de sus armadores políticos e integrante del bloque de los cuatro diputados schiarettistas.
“El aumento de las retenciones es una medida desacertada. Basta revisar la cadena alimentaria de valor para darse cuenta que el precio de la producción en manos de los productores no participa de una manera determinante en los precios de las góndolas”, tuiteó Gutiérrez. Y luego agregó otro tuit: “Y mucho menos participa de la cadena de desabastecimiento que se está generando. Hay que buscar soluciones en las verdaderas causas y no caer en errores del pasado”.
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Ayer, el presidente Alberto Fernández había anunciado que estaba abierta la posibilidad de “subir las retenciones o poner cupos” si las exportadoras alimenticias cotizan con precios internacionales los productos en el mercado interno.
Nacido en Río Cuarto, Gutiérrez asumió como ministro de Agricultura y Ganadería de Córdoba en el primer gobierno de Schiaretti, en 2007 y durante la crisis con los grandes terratenientes por la Resolución 125 a principios de 2008, se mantuvo del lado de la Mesa de Enlace. Ya como diputado, a mediados de 2020 cuando la Casa Rosada evaluaba expropiar la cerealera Vicentin, siguiendo las directivas de Schiaretti, Gutiérrez le prometió a los dirigentes cordobeses de la Mesa de Enlace que “el Gobierno de Córdoba nunca perjudicará a los productores”.
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¿Por qué se opone Schiaretti a la suba de retenciones? En el Gobierno cordobés sostienen que la base electoral que les permite estar en el poder desde 1999 está en el interior del interior, o sea en las ciudades y pueblos que viven de la economía agrícola-ganadera. Ese votante conservador, el principal activo del proyecto político cordobesista, se siente representado local y provincialmente por el PJ cordobés y sus alianzas Unión por Córdoba –creada por José de la Sota en 1998- y Hacemos por Córdoba –relanzada por Schiaretti en 2019-; aunque nacionalmente vota a la derecha de Cambiemos / Juntos por el Cambio de Mauricio Macri.
Por esa razón, teniendo en cuenta las legislativas de este 2021, Schiaretti se recuesta nuevamente sobre ese votante, le da su apoyo simbólico y declama defenderlo. En Hacemos por Córdoba buscan ganar tiempo: este año se renuevan tres bancas de senadores y nueve de diputados. La derecha de Juntos por el Cambio se va a asegurar las dos bancas del Senado, pero el tercer escaño está en manos del senador albertista Carlos Caserio, que quiere renovar; pero el PJ cordobesista lo quiere para la esposa de Schiaretti, la diputada Alejandra Vigo, que este año termina su mandato. Con una elección nacional polarizada entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos, la alianza Hacemos por Córdoba corre el riesgo de quedar nuevamente tercera como en 2019 y colar apenas un diputado.
Con este rechazo a las retenciones, Schiaretti juega a despegarse de la Casa Rosada para fidelizar el voto derechista y conservador. Desde 2015, cuando Cambiemos logró el 70% en las presidenciales, en todas las elecciones nacionales el peronismo cordobesista perdió. Y en noviembre del año pasado logró retener la Municipalidad de Río Cuarto, cuando el conservador Juan Manuel Llamosas logró su reelección por apenas 6% de diferencia contra el radical Gabriel Abrile; gracias a que el Frente de Todos decidió jugar con todo el peronismo unido.