Mientras Martín Tetaz- otro periodista independiente devenido candidato de Juntos por el Cambio- posaba en un set de televisión con una simpática remera con la inscripción “Ah, pero Macri”, en otro canal el propio Macri le explicaba a un atento Alfredo Leuco que quien ejerció el poder durante los cuatro años de su presidencia fue en realidad Cristina. Es decir que mientras Tetaz pedía que dejemos de hablar del gobierno anterior, el ex presidente nos regalaba un “Ah, pero Cristina” de proporciones colosales. Al parecer, a pesar de gobernar el Estado nacional, la CABA y la provincia de Buenos Aires, además de contar con la incondicionalidad de las provincias amigas y pese a contar con el apoyo de los medios, el establishment financiero, las empresas de servicios, la UIA, la Sociedad Rural, la Embajada y el Fondo Monetario Internacional- que le otorgó el aporte de campaña más grande de la historia- Macri carecía del poder que tenía Cristina desde el Instituto Patria. Como la curación por las gemas, es sólo cuestión de fe.
Lo notable es que no debamos opinar sobre un gobierno que terminó hace apenas un año y medio y nos dejó una deuda impagable mientras nuestros medios serios y los opositores de Juntos por el Cambio (dos colectivos que cada día cuesta más diferenciar) persisten en denunciar los setenta años imaginarios de peronismo, que asombrosamente incluyen los dieciocho años de proscripción de ese mismo peronismo. Es un tema sin duda complejo.
En todo caso, es cierto que nuestra derecha no debería ser juzgada por sus catastróficos gobiernos- como el de la Alianza o el de Cambiemos- sino por sus maravillosas promesas. Es en ellas que da lo mejor de sí ya que el modelo que propone nunca falla: es la realidad que se equivoca. Del mismo modo es injusto comparar al gobierno de Alberto Fernández con el de su predecesor. Cambiemos tuvo que lidiar con la cepa Macri, cosa que no ocurrió con el Frente de Todos, que apenas debe administrar la pandemia de Covid. En realidad, los gobiernos kirchneristas no deberían ser comparados con sus predecesores sino con gobiernos futuros o, aún mejor, con gobiernos hipotéticos.
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Luego de que la Mentalista Carrió presentara junto a otros diputados de Juntos por el Cambio una denuncia por envenenamiento contra el presidente por el lanzamiento de la primera campaña de vacunación contra el Covid y luego de que la ex Ministra Pum Pum propusiera que cada ciudadano pagara la vacuna de su propio bolsillo, la nueva letanía opositora consiste en exigir que esa misma vacuna que antes era veneno o debía ser adquirida según los recursos de cada uno “no sea un privilegio”. Teniendo en cuenta que a la fecha el gobierno distribuyó más de 50 millones de dosis, podemos inferir que los privilegios de hoy ya no son como los de antes: hoy cualquiera recibe uno. En eso también debemos reconocer la irremediable decadencia de nuestros valores más sagrados.
La semana pasada escribimos sobre la sorpresa que causaron nuestros economistas serios al afirmar que endeudarnos en pesos es lo mismo que endeudarnos en dólares, olvidando el detalle de la restricción externa, el eterno talón de Aquiles de nuestra economía. Esta semana, en un nuevo Nado Sincronizado Independiente (NSI), esos mismos economistas serios lanzaron un nuevo asombro al sostener que el gobierno de CFK nos endeudó, mientras que el de Macri consiguió exactamente lo contrario. Es decir que los mismos expertos que afirmaron durante doce años que los gobiernos kirchneristas estaban tan alejados del mundo que nadie les prestaba un dólar, hoy denuncian que CFK nos endeudó en esos dólares que no podía conseguir. ¿Mentía el futuro ministro Nicolás Dujovne al afirmar en 2016 que “el gobierno anterior era tan estrafalario que nadie le prestaba plata” y que el nivel de deuda de la Argentina “es bajísimo, de los más bajos del mundo, no conozco ningún país que tenga un nivel de deuda más bajo, tal vez algún país del África subsahariana” o miente su predecesor Alfonso Prat Gay al sostener hoy que “es falso que Macri endeudó más en dólares que Cristina”? Una duda trepidante.
Tal vez la respuesta la haya dado el propio Macri al confesar que quien ejerció el poder durante su gobierno fue CFK. La responsabilidad por el endeudamiento masivo de ese período y la fuga de más de 86.000 millones de dólares sería de ella.
Todo cierra.
Imagen: Centro de Endeudamiento del Instituto Patria en pleno funcionamiento durante el gobierno de Macri (cortesía Fundación LED para el desarrollo de la Fundación LED)