La Cámara Federal de Casación Penal pretende cerrar la investigación sobre cómo se armó la operación mediático-judicial por la cual se instaló durante el macrismo que el juez Sebastián Casanello estuvo en la Quinta de Olivos con Cristina Fernández de Kirchner cuando era presidenta. Si bien quedó demostrado que el magistrado nunca ingresó a la residencia presidencial, mentira por la que ya fueron condenados dos testigos truchos, aún restaba dilucidar quién había impulsado la maniobra. El foco estaba en los servicios de inteligencia macristas. Todo indica que eso ya no se podrá averiguar. Con el voto del camarista Mariano Borinsky, quien sí estuvo en la residencia presidencial pero con Mauricio Macri, la sala IV de la Casación dio vuelta un fallo de la instancia inferior y este lunes resolvió que no se investigue más a los dos acusados de ser los instigadores de la operación contra Casanello y CFK. Uno de ellos es Eduardo Miragaya, exfiscal y exagente de la AFI cambiemita. Por cierto, en este caso tuvo un rol central el fiscal procesado Carlos Stornelli, quien no le dio impulso a esta parte de la pesquisa.
La sala IV de la Casación revirtió un fallo de la Cámara Federal porteña que ordenaba profundizar la investigación en torno a los acusados de instigar la operación contra Casanello: el exespía Miragaya y el abogado Santiago Viola, abogado de Leandro Báez al momento de la maniobra contra el juez y conocido de Miragaya. Y volvió a enviar el expediente a la cámara para que dicte un nuevo pronunciamiento.
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En este caso, que revela cómo se armaron causas durante el macrismo sobret odo para perseguir a CFK, ya fueron condenados Gabriel Corizzo y Carlos Scozzino quienes admitieron haber cometido el delito de "falso testimonio agravado". Los testigos truchos mintieron ante los medios hegemónicos y el fiscal Stornelli en 2016 y dijeron que vieron a Casanello en la Quinta de Olivos a finales de 2015. El objetivo era involucrar a CFK en la causa bautizada mediáticamente como “Ruta de dinero K” pero como Casanello no lo hacía se tejió una maniobra para desplazarlo de la investigación. El juez denunció a los testigos truchos. Ahora, con la decisión de Casación se busca obstaculizar la línea que podría llevar a quiénes les dieron la orden de mentir a Corizzo y Scozzino.
Para el camarista de la Casación Javier Carbajo el pronunciamiento de la cámara porteña que ordenó profundizar la investigación sobre Miragaya y Viola (la votaron Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi con la disidencia de Mariano Llorens) tiene “déficits en su fundamentación que irremediablemente conllevan a su descalificación como acto jurisdiccional válido”. “Se vislumbra, sin dificultad, que las breves consideraciones que los señores magistrados de la anterior instancia detallaron en sustento de su decisión de revocar la desvinculación de los imputados del proceso penal que a su respecto se cierne carecen de la entidad imprescindible para sostener ese fallo.”
Y sostuvo: “Remarco, que el acusador público ya desarrolló las razones por las que -desde su específica posición procesal- debía sobreseerse a Viola y a Miragaya”. El “acusador público” es Stornelli.
Borinsky –que sí visitó la Quinta de Olivos como reveló este medio- coincidió con Carbajo y dijo que “el voto mayoritario del tribunal a quo no brindó respuesta a los argumentos expuestos por las defensas en sus presentaciones ante esa instancia”. Y añadió: “La resolución atacada no constituye una derivación razonada del derecho vigente con arreglo a las circunstancias del caso, por lo que corresponde su descalificación como acto jurisdiccional válido”.
La tercera camarista en votar fue Ángela Ledesma se limitó a exponer el trabajo de Stornelli: señaló que “ha mediado un pedido desincriminatorio por parte del Ministerio Público Fiscal” y “en este sentido, la decisión recurrida resulta arbitraria, pues llevaría a habilitar el impulso autónomo de la querella sin la participación del titular de la acción pública -que solicitó el sobreseimiento-, extremo que no se encuentra admitido expresamente por el ordenamiento”.
En el fallo se hace mención al trabajo de Stornelli, quien intervino en primera instancia: fue el encargado de la pesquisa (el juez del caso fue Luis Rodríguez).
Lo curioso es que tal como se desprende del fallo, para Stornelli “pudieron haber reuniones entre el nombrado y el resto de los investigados, varios de los cuales se conocían desde hacía bastante tiempo” pero “no puede deducirse que los encuentros fueron exclusivamente para tratar los temas relacionados con el condicionamiento de los testigos Corizzo y Scozzino”. “La cantidad de llamados intercambiados entre la Dra. Balbín (NdelR: abogada y madre de Viola) y el Dr. Miragaya tampoco logran demostrar de manera contundente que el fin de los mismos hubiera tenido en miras aquellos fines, máxime si se tiene en cuenta que se conocían desde hacía mucho tiempo”, agregó el fiscal respecto a los contactos entre la letrada y el exagente de la AFI macrista.
En la misma línea, Stornelli -procesado por sus vínculos con una banda paraestatal dedicada al espionaje ilegal y cuyo hijo cumplió funciones en la AFI macrista- sostuvo: “Las medidas probatorias realizadas en el sumario han sido suficientes para demostrar que existía una relación entre Eduardo Miragaya y Santiago Viola en virtud de la amistad que los unía de antaño con Claudia Balbín, abogada defensora y madre de éste. De allí los numerosos llamados telefónicos detectados, y las reuniones que pudieron haber tenido en la confitería Exedra o incluso en el estudio jurídico de los nombrados”. Pero el fiscal no encontró una conexión con los testigos truchos. Tan es así, que se afirmó: “Incluso la presencia del Dr. Eduardo Miragaya pudo haber tenido por finalidad comprobar si el testimonio de los testigos ofrecidos tenía un contenido viable para ser presentado en la causa de uno de los defendidos del Dr. Viola; o incluso, simplemente acompañarlo en una reunión de corte laboral”. Recordemos que Miragaya fue agente de la AFI.
Lo llamativo es que en una entrevista que se le hizo en el diario Clarín a Corizzo para que cuente que vio a Casanello donde este nunca estuvo y que se publicó el 12 de octubre de 2016, se afirmó que el testigo trucho “fue contactado por el abogado de los hijos de Lázaro Báez, Santiago Viola, y fue citado a Tribunales como testigo en la investigación que aún busca determinar si Casanello estuvo en Olivos”. Viola, que tenía contacto con el exespía Miragaya, dice lo contrario.
Por cierto, Borinsky y Carbajo son los mismos que ordenaron en febrero de este año que la causa en que se investiga el espionaje ilegal macrista –la que se inició en Lomas de Zamora e involucra a los Super Mario Bros- pase a Comodoro Py. Lo hicieron con impulso del fiscal general ante la Casación, Raúl Pleé (otro de los visitantes de Olivos). Se trata de un caso donde está procesada la cúpula de la AFI cambiemita, que en todo momento pidió que la causa pasase a los tribunales de Retiro.
Caso paradigmático
Cuando se instaló la operación contra Casanello hubo una reacción muy fuerte en contra del juez por parte de la prensa hegemónica y hasta se le abrió al magistrado una causa judicial. Se lo quiso correr del caso Báez. Todo por un hecho que no sucedió: Casanello nunca estuvo en la quinta de Olivos.
En la presentación ante el TOF 8 que hizo Cristina Fernández de Kirchner este martes, en la que a través de sus abogados pidió la nulidad de la causa Memorándum y su sobreseimiento, se recuerda la operación contra Casanello y la reacción mediático-judicial.
“Según dieron cuenta diversos medios periodísticos, mientras tramitaba la causa de la ‘Ruta del dinero K’, el juez Casanello habría visitado la Quinta de Olivos para entrevistarse con nuestra defendida. Pese a que el hecho era absolutamente falso -no había ningún registro que lo acreditara-, la propia Cámara de Apelaciones ordenó la extracción de testimonios para la formación de una causa por separado, a efectos de que un juez investigara la ocurrencia o no de las aludidas reuniones”, se destacó en la presentación que se hizo el 4 de mayo pasado.
Es decir, “para la propia Cámara de Apelaciones, la existencia de un encuentro entre el juez a cargo de una investigación y el titular del Poder Ejecutivo, en sí misma, ya podía constituir un acto ilícito”.
En la presentación se citó un pasaje de la resolución de la Sala II de la Cámara de Apelaciones que entonces sostuvo que “la existencia de las mencionadas reuniones, con las características apuntadas en las notas periodísticas acompañadas revestía una hipótesis de gravedad tal que, de corroborarse, resultaba -como mínimo- una causal de apartamiento del Juez”.
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El senador Oscar Parrilli realizó un planteo similar al de CFK: también pidió la nulidad de la causa Memorándum y su sobreseimiento. Basó su planteo en las visitas de Hornos y Borinsky a Macri en la residencia presidencial y en la Casa Rosada. Y también recordó “la invención de supuestas reuniones del juez Casanello con la Vicepresidenta, que nunca existieron, generaron un escándalo del cual se han trasmitido horas y horas de relatos televisivos, radiales y litros de tinta, que mereció una causa penal contra aquel juez”.
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Desde que se conoció la Operación Olivos que reveló este medio ninguno de los jueces y fiscales que visitó a Macri en la Quinta de Olivos –lo que está documentado- se corrió de los casos en los que fue recusado.
Es curioso ver la doble vara con que actúa un sector de la actual oposición, la prensa hegemónica y también una parte de Comodoro Py. Ante la evidencia de que Borinsky y Hornos (además de Pleé y Llorens) visitaron a Macri en la residencia presidencial y la Casa Rosada no se los escucha pedir su apartamiento ni que se les abran causas penales como se hizo con Casanello. Un claro doble estándar.