Entre las distintas pujas que se dan en la política hay una que está en plena discusión y pasa más desapercibida, pero que tiene mucho peso para los gobernadores de todos los colores porque se trata de una caja de 100 mil millones de pesos. Se viene la elección de la nueva jefatura del Consejo Federal de Inversiones y no hay amplio consenso sobre el elegido. Mientras Javier Milei no le otorga importancia, los gobernadores de Juntos por el Cambio aprovechan para jugar y ganarle esa caja al peronismo, pero carecen de fuerza para ganar la pulseada y no tienen un nombre puesto.
La discusión por el nuevo secretario general se disparó por estas horas debido a que el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, convocó a una asamblea del CFI para el martes. Estaba programada para octubre, pero decidió adelantarla. “Nadie tiene la certeza del triunfo porque nadie tiene los dos tercios”, coinciden entre las tribus de gobernadores en momentos de pleno orejeo.
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El CFI surgió en 1959 como un organismo cuya misión es promover inversiones que generen desarrollo en el territorio. Integrado por las provincias, desde sus inicios está ligado al peronismo con fuerte ascendencia de Insfrán, por lo que ese sector siempre reunió los dos tercios necesarios para determinar el secretario general. Hoy ese lugar lo ocupa Ignacio Lamothe. Llegó ahí de la mano de Eduardo “Wado” de Pedro aunque en el entorno del ex ministro del gobierno de Alberto Fernández aseguran que el senador no está inmiscuido en esa conversación.
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Tras la última elección que dejó al peronismo con siete provincias menos, JxC se envalentona. La alianza opositora permanece viva en esa instancia porque les permite articular a sus socios comunicados y reclamos ante la Casa Rosada. Ahora van por una caja millonaria ligada a La Cámpora, a sabiendas que la sintonía entre ellos no es total y que una articulación entre peronistas y frentes provinciales los deja fuera de juego para la elección del CFI.
No hay un candidato de consenso por estas horas, pero la clave está en los provinciales. Entre ellos destacan Martín Llaryora (Córdoba), Rolando Figueroa (Neuquén) y Claudio Vidal (Santa Cruz). Ninguno hasta acá filtró un nombre ni tomó postura.
Hay nombres que ya circulan. El primero de ellos es el de Sebastián García de Luca, ex funcionario del Ministerio de Seguridad que se alejó de las filas de Patricia Bullrich después de ser su armador político en la última elección. Sus principales vínculos con los gobernadores de JxC son Rogelio Frigerio (PRO) y Alfredo Cornejo (UCR).
Ambos mandatarios creen que su perfil es una buena opción para convencer a los peronistas. Tal es la buena relación con gobernadores que su salida del gobierno nacional tuvo que ver con la quita de fondos que ejecutó Milei en el verano para educación y transporte. Supo estar cerca de Emilio Monzó y confrontar con el ala Marcos Peña del gobierno de Cambiemos por diferencias en la velocidad del ajuste. Pese a ello, según supo El Destape, Mauricio Macri dio el visto bueno.
Entre los gobernadores, por su experiencia al frente del ministerio del Interior, Rogelio Frigerio es el que más conoce el trabajo e importancia del CFI. Es el más interesado en poner una persona de su confianza a administrar los casi 100 mil millones de pesos que se financian del aporte del 0,75% aplicado anualmente al monto de la coparticipación que reciben las provincias y CABA. “Es el que más claro tiene el funcionamiento y la utilidad del CFI”, resume un conocedor del tema.
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Otro nombre que circula y que tiene buen vínculo con Frigerio y también el radical Gustavo Valdés es el de Bruno Screnci, actual directivo del Banco Provincia. Screnci, quien a los 15 años fue presidente del Centro de Estudiantes del Colegio Nacional Buenos Aires, tiene diálogo con varios mandatarios peronistas, especialmente Martín Llaryora. Históricamente ligado a Diego Santilli, hasta el año pasado integraba la mesa política del diputado nacional y fue su armador en la provincia de Buenos Aires para la campaña a gobernador.
Tras sus comienzos en la Ucedé, pasó a militar en las filas del peronismo hasta que su primera experiencia grande fue en la campaña de Eduardo Duhalde y Palito Ortega donde pegó buenas migas con Santilli. Pero el acercamiento de Santilli a Milei fue un límite ya que, según recabó El Destape, Screnci prefiere mantenerse al margen de la estructura de La Libertad Avanza pese a sus buenos vínculos con funcionarios nacionales. De hecho, tuvo ofrecimientos para sumarse al Gabinete en importantes lugares de decisión, pero los rechazó. “No negocia hacerse libertario”, suelta en diálogo con este medio un dirigente que conoce muy bien la relación entre Screnci y Santilli a tal punto que señala que si se cruzan en un café se saludan, pero “hasta ahí”.
Desde su entorno comparten esa definición y marcan la diferencia con Santilli y la razón del distanciamiento. Con el nuevo gobierno, Santilli se acercó, con distancia, a Macri e integra como vocal el nuevo PRO. Su postura pública está muy alineada con las ideas libertarias. Sin embargo, en Casa Rosada señalan a este portal que ese amor no es correspondido. “Milei no lo quiere a Santilli porque no se la jugó en ballotage”, aseguran.
La discusión de fondo son las elecciones bonaerenses. En medio de este debate por si hay o no fusión entre el PRO y LLA, Santilli aspira a encabezar esa oferta, pero el Presidente tiene otros planes y ya le hizo saber a Macri y a Ritondo que quiere a José Luis Espert. Más allá de que muestre simpatía por acercar a ambos partidos en un mismo frente, cerca de Santilli le confiaron a El Destape que el diputado “no se moverá de lo que haga el PRO” y que solo desembarcará en el Gabinete en un esquema de integración.
En el radicalismo no están metidos de lleno en la discusión y se desentienden de los nombres. Desde el entorno de uno de los gobernadores de la UCR le marcaron a este medio que entre De Luca y Screnci ven al primero con más chances de sobreponerse. “Screnci es muy porteño y de Larreta”, apuntaron.
El último nombre que circula por parte de los radicales es el de Gastón Douek, un consultor envuelto en polémicas y sindicado en el círculo rojo como "El señor de los trolls" por campañas en redes sociales en las que presuntamente fue contratado para atacar a jugadores del Barcelona y hasta Horacio Rodríguez Larreta.
Sorpresivamente, históricos gobernadores del peronismo como el caso de Gildo Insfrán coinciden en algo con los de JxC. Pese a las distancias abismales ideológicas que puedan tener en muchos temas, por estas horas el punto de encuentro es que ambos sectores rechazan la idea de que la conducción siga ligada a la organización de Máximo Kirchner. “No quieren más la injerencia de La Cámpora”, soltó un operador que sigue la negociación.
Pese a la intención de los gobernadores de JxC de querer quedarse con el organismo, lo cierto es que el peronismo tiene 12 gobernadores y si entre ellos se consigue el consenso y suman algunos provinciales seguirá en manos de ese sector el CFI. Si no se consiguen los dos tercios, en una tercera votación el acta constitutiva contempla que pueda ser designado por simple mayoría. Así las cosas, no debería llamar la atención que siga el propio Lamothe y que en acuerdo el peronismo modifique a su segundo.