“Crisis de legitimidad”. “Una vergüenza, total deslegitimación”. “Una muestra de destrucción institucional”. Estas son algunas de las duras definiciones que brindaron a El Destape distintas fuentes del mundo judicial consultadas por la forma en que fue electo el nuevo presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, el pasado 23 de septiembre. Es que el proceso por el que Rosatti llega a comandar el Alto Tribunal parece haber impactado más que la noticia de la renovación de autoridades en sí. Tanto en tribunales como en la academia no pasó desapercibido que dos de los cinco supremos faltaron a la reunión para elegir al sucesor de Carlos Rosenkrantz. Y que dos de los tres presentes se votaron a sí mismos para llegar a la mayoría necesaria que legitimó la elección. Este viernes Ricardo Lorenzetti envió un correo electrónico a sus colegas donde explicó su ausencia y dijo que la elección no fue "ética ni razonable". Toda una desprolijidad que ocurre ni más ni menos que en la cabeza del Poder Judicial de la Nación.
El Destape consultó a jueces, camaristas y académicos de la Facultad de Derecho de la UBA para conocer su opinión respecto a esta elección tan particular cuyos antecedentes hay que rastrearlos en la Corte "menemista" -aunque en aquel entonces la Corte era más amplía, tenía 9 miembros-. En su correo de este viernes, Lorenzetti realizó un paralelismo con aquel episodio ocurrido en octubre del 2000 por el que Julio Nazareno fue electo presidente del cuerpo, con su propio voto, y sostuvo que la decisión tomada este jueves por sus pares repite vicios de aquella época "moral y jurídicamente descalificados".
Consultado por este medio, un camarista de Comodoro Py consideró que el proceso de elección de Rosatti evidencia“una crisis de legitimidad”. Tras la carta de Lorenzetti, añadió: "Ya todo es escandaloso". Otra camarista se mostró anonadada porque los ministros cortesanos no pudieron lograr consenso y dos supremos se tuvieron que “autovotar”. Un consejero de la magistratura con peso en el mundo judicial no distó mucho de esta visión y definió lo sucedido como “una muestra de destrucción institucional". El juez y consejero Alberto Lugones consideró "no muy prolijo” que dos ministros cortesanos hayan faltado a la votación. “Eso no ayuda en la imagen hacia afuera”, opinó, aunque consideró legitimadas a las nuevas autoridades. “Ellos sabrán los motivos por los que se decidió así”, agregó.
Para Martina Forns, jueza federal de San Martín y secretaria de Justicia Legitima, la elección de autoridades se trató de “un claro acto legal sin legitimidad, es decir carente del consenso necesario que un acto de tal envergadura hubiera necesitado para la propia Corte y la comunidad que es a quien va a afectar”.
Un exintegrante de la Corte Suprema de Justicia que acompañó a uno de los supremos en su vocalía, con obras académicas publicadas, definió la elección como “una vergüenza”. “Nunca pasó en la historia una cosa así. Total deslegitimación”, aseguró.
Raúl Gustavo Ferreyra, catedrático de Derecho constitucional en la UBA, indicó a este medio que “el presidente de la Corte Suprema de Justicia posee status en la Constitución” y que “su ‘elección’ debe cubrir la idoneidad exigida para todos los cargos públicos, en particular, la robustez de la discusión, el proceso y su instrumentación jurídica”. A la luz de lo que sucedió el pasado jueves, Ferreyra señaló que “una elección de un presidente de la Corte, en la que no participan 2 de los 5 jueces del Más Alto Tribunal, deja al descubierto la precariedad del procedimiento”. “También, la ciudadanía observa con asombro el hecho de que los 5 jueces no hayan podido razonablemente agotar todos los esfuerzos imaginables, que impone el tipo de Estado constitucional y democrático como el de la Argentina, para alcanzar una saludable decisión institucional, que muestre el compromiso participativo de todos los magistrados”, añadió el catedrático.
En el acta de la votación de este jueves quedó constancia que el supremo Ricardo Lorenzetti comunicó una hora y media antes de la reunión, a las 10.34, que estaba “imposibilitado” de asistir al zoom de la Corte para elegir autoridades porque estaba participando de las reuniones del Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado, donde forma parte del Consejo de Gobierno. Elena Highton de Nolasco minutos más tarde propuso a sus pares suspender el encuentro porque no estaban todos presentes. Rosenkrantz decidió continuar con su plan. La reunión para designar nuevas autoridades se hizo igual, entrando el mediodía. El ministro cortesano Carlos Maqueda propuso a Rosatti como presidente y a Rosenkrantz como vice. Estos dos aceptaron y se votaron a sí mismos, tal como quedó registrado en la Acordada 18/2021. Ambos conducirán la Corte desde el próximo 1º de octubre al 30 de septiembre de 2024.
Para justificar su ausencia, desde el entorno de Lorenzetti argumentaron que Rosenkrantz convocó al acuerdo extraordinario el día previo, “algo no habitual porque las elecciones de autoridades siempre son en los acuerdos ordinarios de los días martes”. “En ese momento, el juez Ricardo Lorenzetti le avisó al Dr. Rosenkrantz que no podía participar del Zoom por tener un compromiso fijado con anterioridad”, se señaló en un comunicado emitido por su vocalía. En el escrito se aseguró que “Lorenzetti solicitó que se normalizara la convocatoria y que se realizara de manera normal en el acuerdo siguiente”. Su propuesta no alteraba los tiempos del mandato de Rosenkrantz ya que la gestión del actual titular del cuerpo vence el 30 de septiembre próximo. Ante este panorama, Highton de Nolasco pidió estar todos presentes para votar. Pero “tal sugerencia fue desoída y los tres ministros (Rosenkrantz, Maqueda y Rosatti) se reunieron igualmente, algo inédito en la historia de la Corte”.
En el correo electrónico que envió a sus pares este viernes, Lorenzetti resaltó que "la designación de autoridades por medio de acuerdo extraordinario es irregular". Sostuvo que "normalmente se celebra por acuerdos ordinarios". Cuestionó que no se realizase el martes 21 de septiembre. "Un día después, el miércoles 22, nada había cambiado, y por la tarde se llamó a un acuerdo extraordinario para el jueves 23, con menos de 24 hs de anticipación. Todos sabían que el suscripto estaba representando al país en la reunión de un organismo internacional (UNIDROIT) con la participación de juristas de todos los continentes. Es decir, no era una tarea privada, sino institucional. Por lo tanto, era posible tratar el tema el día martes 21 o martes 28. No había urgencias, ni obligación legal, y no hubo mala voluntad ni deseos de no asistir. Por otra parte, existieron numerosas oportunidades en que los acuerdos fueron postergados por el sólo pedido de un ministro. Por lo tanto, negarse a tratar el tema en el acuerdo ordinario, y no postergar el convocado, violó la tradición de la Corte en la materia y las reglas de la cortesía", sentenció.
“Es poco institucional no presentarse en una elección de autoridades, eso es grave”, señaló un juez con despacho en Comodoro Py que también es docente universitario. Acaso ese tipo de visiones en el mundo judicial llevó a Lorenzetti a dar una explicación que tomó estado público. Para este magistrado consultado por El Destape “es buena la alternancia” y consideró que más allá de la fractura expuesta de la Corte, el Alto Tribunal queda habilitado para funcionar. “La ‘nueva mayoría’ puede co-gobernar”, afirmó.
La Corte tiene fundamentalmente dos roles. Por un lado, es la última instancia judicial, que revisa lo que realizan las instancias inferiores. Allí, difícilmente Maqueda, Rosatti y Rosenkrantz coincidan con asiduidad, ya que entre los dos primeros y el actual presidente supremo hay diferencias jurídicas de peso. Pero la otra faceta de la Corte es el gobierno de Poder Judicial, algo que comparte con el Consejo de la Magistratura. “Ahí se observa que emerge una nueva mayoría que permitirá a Rosatti administrar la presidencia del cuerpo”, señaló este magistrado. “Ahí está el poder”, aclaró. Y consideró que si se repite el consenso que se logró este jueves, la nueva mayoría –aunque fracturada la Corte- podrá gestionar el perfil del Poder Judicial que desee, administrará los contratos del sistema, los convenios con otras instituciones y las acordadas de superintendencia, por citar algunos ejemplos.
Quien también opinó públicamente sobre lo sucedido el 23 de septiembre pasado fue el juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Raúl Zaffaroni, quien en declaraciones con El Destape Radio cuestionó la forma en que se dio la designación de Rosatti. Para el exintegrante de la Corte Suprema “obviamente hay una tensión y una crisis en la Corte que se ve hacia afuera". "La Corte que integré era de siete personas que teníamos diferencias, distintas trayectorias, formación jurídica. Pero siempre cuidamos 'la imagen de la empresa'. Todo se resolvía en una mesa y para afuera estaba todo bien ", afirmó. E insistió en su crítica de que "tres jueces decidan la institucionalidad del país". Para evitar este tipo de episodios que lesionan al Poder Judicial, Zaffaroni pidió ampliar el máximo tribunal: "No cabe duda que hay que ampliar la Corte" y que "tres personas tienen una concentración peligrosa, deciden sobre la constitucionalidad de cualquier ley o cualquier causa". "Se necesita una Corte de 15 miembros dividida en Salas con especialistas en cada área", insistió.
En este contexto tanto la lista Bordó como la Celeste de la Asociación de Magistrados emitieron cada cual un escueto comunicado en el que formalmente felicitaron al nuevo Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. La lista Celeste le deseó "una excelente gestión". La Bordó, en un comunicado fechado este viernes, hizo extensiva la felicitación a Rosenkrantz y sostuvo que "hace votos para que puedan desarrollar una exitosa gestión". "Nos ponemos a disposición del Máximo Tribunal, como lo ha hecho de modo inveterado la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional, para contribuir con el fortalecimiento del Poder Judicial de la Nación y con la independencia de los/las magistrados/as que lo integran", se añadió. Quien también felicitó a las nuevas autoridades de la Corte fue el jefe de gabinete de la Nación, Juan Manzur: “Es otro poder del Estado, ellos eligen sus autoridades, se ponen de acuerdo y nosotros somos respetuosos de su independencia. Los felicitamos y bueno, que hagan su trabajo”, dijo el jefe de ministros.
Tras los sucesos de este jueves, el máximo tribunal del país se muestra fracturado y la nueva conducción -a pesar de los comunicados formales de la Asociación de Magistrados- deslegitimada a la vista de muchos de sus pares de instancias inferiores. No así, claro, de los poderes fácticos que la sostienen, como el multimedios Clarín, que propuso desde una editorial de Ricardo Kirschbaum a la dupla Rosatti-Rosenkrantz antes de las PASO. En este contexto no es ocioso recordar que tanto Rosatti como Rosenkrantz fueron designados por Mauricio Macri.
Ante este escenario se abren dos interrogantes que atravesarán al menos los primeros meses de la nueva gestión: ¿Rosatti logrará reconstruir a una Corte resquebrajada y acumular poder interno? ¿Podrá relegitimar hacia "abajo" al máximo tribunal del país?