El primer dato político a tener en cuenta en el homenaje a Juan Domingo Perón que el presidente Alberto Fernández encabezará este viernes en la sede de la CGT serán las presencias que poblarán el escenario y las primeras filas del histórico salón Felipe Vallese. Como acto oficial del PJ Nacional y la central obrera se invitó a los gobernadores del peronismo, intendentes, legisladores, funcionarios y dirigentes sociales, pero dada la disputa con la vicepresidenta Cristina Kirchner -que el sábado realizará su propia celebración en Ensenada-, se verá como algo parecido a tomar partido. Fernández será el único orador de un acto que estuvo rodeado de algunas idas y vueltas, muestra de la tensión que existe en el Frente de Todos.
Hubo un problema de comunicación. El cosecretario general de la CGT, Héctor Daer, había cerrado la realización del encuentro por el aniversario del fallecimiento de Perón con Fernández y luego viajó a Brasil para participar de un congreso sindical. El martes salieron desde ceremonial de Presidencia las invitaciones para el acto y el resto de la conducción de la central se enteró así que serían anfitriones de un acto del que no tenían idea. Para peor ocurrió en momentos en que algunos de los jefes sindicales no quieren aparecer demasiado cercanos al Gobierno, que en los últimos tiempos perdió apoyos internos. Hizo falta un encuentro con enviados de la Casa Rosada y varios contactos telefónicos con Daer para confirmar la convocatoria. De haberse suspendido hubiera dejado a Fernández mal parado, dado que siempre tuvo a la central obrera como uno de sus principales respaldos.
El Presidente le sumó chispa a la previa al confirmar en una entrevista su intención de postularse a la reelección y competir en las PASO del Frente de Todos con quien quiera enfrentarlo. Unos días atrás, desde el Instituto Patria había dejado trascender que Cristina había decidido presentarse o que, en su defecto, lo haría algún otro candidato del kirchnerismo. Ayer lo confirmó el ministro bonaerense y secretario general de La Cámpora, Andrés Larroque. "La fase moderada está agotada", consideró en diálogo con El Destape Radio. Agregó que la vicepresidenta era "la única dirigente que genera esperanza" en la gente y definió la situación económica como "gris". Falta muchísimo para el momento de las definiciones pero, así las cosas, quedó planteada una hipotética primaria entre el presidente y la vice, que encabezarían sus primeros actos para la competencia entre hoy y mañana.
MÁS INFO
Por eso será un condimento especial establecer quienes participan de un acto y del otro. Sólo un puñado estarán en ambos: el gobernador chaqueño Jorge Capitanich, el diputado Eduardo Valdés, tal vez el camionero Pablo Moyano, entre ellos. Respecto a los gobernadores, también eran considerados uno de los apoyos políticos clave con los que contaba el Presidente, pero eso quedó desdibujado con el último documento que emitieron como "liga", que incluyó críticas a la gestión económica. Algunos gobernadores luego no habrían quedado conformes con esa declaración. Calculaban que al menos unos seis mandatarios provinciales llegarían hoy hasta el edificio de la calle Azopardo: además de Capitanich estarán Axel Kicillof (Buenos Aires), Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Raúl Jalil (Catamarca), Ricado Quintela (La Rioja) y Osvaldo Jaldo (Tucumán). Esperaban confirmación de Gildo Insfran (Formosa) y Mariano Arcioni (Chubut).
También se invitó a un grupo de intendentes del Conurbano y a un grupo de diputados y senadores. Quienes sin dudas dirán presente serán los dirigentes de las organizaciones sociales, apuntados por la vicepresidenta en su último mensaje en el plenario de la CTA en Avellaneda. Uno de los líderes del Movimiento Evita y secretario de Economía Social, Emilio Pérsico, calentó la interna al hacer una relectura crítica de la gestión de Cristina. “En el mejor momento del gobierno de Cristina había 6,5 millones de trabajadores registrados y 11 millones de trabajadores sin derechos. Yo no quiero ese país, ese país es una mierda", aseguró. No sería extraño que esa afirmación tenga una respuesta el sábado.
En la entrevista del miércoles, el Presidente volvió a defender con énfasis el papel que jugaron las organizaciones sociales durante la pandemia. En la jefatura de estos movimientos aseguraban que entre su militancia de base habían caído muy mal las críticas de la vicepresidenta, a quien muchos de ellos, en especial las mujeres, tenían como su principal referente política. "Nos terminó haciendo un favor", ironizaba uno de los referentes sociales. Con ellos, Fernández mantiene su principal base territorial.
Fernández también resaltó la labor del ministro de Economía, Martín Guzmán, otro de los blancos fijos del kirchnerismo. Destacó sus renegociaciones de deuda y la mejora en los últimos índices de desigualdad, pobreza y desempleo. Seguramente, algunos de esos elementos estarán presentes en el mensaje que esta tarde dará en el salón Vallese, que tanta historia arrastra. Curiosamente, entre los muchos oradores del peronismo que pasaron por allí, también se cuenta a Guzmán. En diciembre pasado, el ministro concurrió para asegurarle a la conducción de la central que el acuerdo que se firmaría con el FMI no implicaría ningún ajuste. Mucha agua corrió bajo el puente desde entonces.