El presidente Alberto Fernández ratificó que será candidato para la reelección en 2023 en unas PASO del Frente de Todos abierta a quien quiera competir. "No hay peor peronismo que el peronismo quieto e inmovilizado", afirmó en una entrevista en la que hizo una fuerte reivindicación del rumbo económico y del ministro Martín Guzmán, principal blanco de las críticas internas. Además, confirmó que el viernes encabezará un acto por el aniversario del fallecimiento de Perón en la CGT al que invitarán a gobernadores, sindicalistas y dirigentes de las organizaciones sociales, separado del que hará la vicepresidenta Cristina Kirchner el sábado en Ensenada. Fue en el cierre de una jornada intensa, en la que hizo un gesto de mucho peso simbólico al visitar en Jujuy a Milagro Sala, quien atraviesa graves problemas de salud luego de estar siete años detenida en prisión preventiva.
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"Cristina no es mi enemiga, ¿eh?", reiteró anoche Fernández y puso la mira en la oposición. "Ya no les pido que me ayuden, les pido que se callen", apuntó a los intentos desestabilizadores de Juntos por el Cambio. Con todo, luego replicó varias críticas que suelen realizarle desde el kirchnerismo. Por ejemplo, indicó que se habían equivocado quienes sostenían que el acuerdo con el FMI significaba un ajuste porque la distribución del ingreso mejoró durante el primer trimestre, según el Coeficiente de Gini. Inmediatamente subrayó que el déficit fiscal es "algo malo que hay que superar" y que la falta de dólares es un problema estructural del país desde hace décadas. "¿Qué quieren, que lo arregle yo en dos años?", se enojó.
Pero, en especial, fue muy enfático en la defensa del trabajo de Guzmán. "Echarle la culpa de la inflación es casi una crueldad", opinó dado que es otro problema de larga data, potenciado por la post pandemia y la guerra. "Resolvió el problema con los acreedores privados, logró un acuerdo con el Fondo que no nos significó ningún tipo de condicionamiento, veo que pasamos el primer trimestre cumpliendo las metas", enumeró. Repasó también los índices de desigualdad, pobreza y desempleo. "¿Qué le puedo recriminar a Guzmán? No sería justo", concluyó. Toda una definición respecto a las críticas periódicas que se le hacen desde el kirchnerismo, a los que se sumaron en los últimos tiempos gobernadores y sindicatos, quienes ahora muestran más alejados del Gobierno.
Cristina Kirchner resolvió aparecer con más frecuencia en público, con mensajes en los que señala sus diferencias con la gestión, referencias que generan enorme repercusión. Desde su entorno no confirman ni desmienten la posibilidad de una candidatura presidencial. Lo que sí adelantan que en esta oportunidad habrá una figura que claramente represente al kirchnerismo, sin volver a recurrir a un candidato moderado como en 2019. Frente a estos trascendidos, anoche Fernández ratificó su intención de ir a las PASO el año que viene. "El mejor peronismo es que está movilizado, el que compite, el que discute", desafió. "Nada puede ser mejor para un candidato que la gente lo haya elegido candidato y que eso no sea un acuerdo superstructural. Nadie debe ofenderse por eso", completó.
Luego de algunas dudas de parte de la mesa chica de la central obrera, el Presidente confirmó que el viernes encabezará un acto homenaje a Perón en el histórico salón Felipe Vallese de la CGT. Se invitará a gobernadores, sindicalistas y los dirigentes de organizaciones sociales, criticados en su último mensaje por la vicepresidenta. "La mayoría hace un trabajo muy importante", volvió a defenderlos Fernández. El aniversario del fallecimiento de Perón dejará al descubierto las diferencias en el Frente de Todos, que realizará actos por separado. La vicepresidenta pasó el suyo para el sábado a la tarde. Anoche, luego de la entrevista del Presidente en C5N, Cristina subió a las redes el anuncio del encuentro en Ensenada. Tal vez le dieron ganas de hacer algún comentario sobre lo que había escuchado. Un dato a analizar será quienes participarán de uno y de otro.
Fue en el cierre de una jornada intensa, en la que el Presidente levantó su agenda matutina para ir a visitar a la dirigente jujeña Milagro Sala, quien atraviesa un grave problema de salud tras siete años de detención sin condena firme. Fue un gesto muy bien recibido a nivel interno, que incluso mereció un tuit de reconocimiento del ministro bonaerese y secretario general de La Cámpora, Andrés Larroque. Lo acompañaron el diputado Eduardo Valdés, el secretario de Derechos Humanos y dirigente camporista Horacio Pietragalla, la portavoz Gabriela Cerruti y el asesor Ricardo Forster . Fernández fue enfático en la condena a lo que se conoce como lawfare, uno de los temas de preocupación de la vicepresidenta, quien sigue sufriendo el hostigamiento judicial. "Le pido a la Corte que empiece a enmendar las barrabasadas", reclamó Fernández.
Con puntos de acuerdo, como el que tiene que ver con esta agenda judicial que no se logra modificar, pero con diferencias cada vez más públicas respecto al rumbo económico, Alberto y Cristina encabezarán viernes y sábado actos en paralelo, que tal vez sirva de adelanto de lo que sucederá el año que viene.