La guerra interna por el futuro del PRO sumó un nuevo capítulo. Patricia Bullrich enterró al partido amarillo, aunque sin abandonarlo. La ministra de Javier Milei no está concentrada en lo institucional, pero sí en lo concreto. Para ella, el macrismo fue absorbido por La Libertad Avanza cuando sus votantes se inclinaron mayoritariamente por apoyar al Gobierno. Conceptualmente, entiende, dejó de existir.
Bullrich no quiere ser parte de un espacio que sea catalogado de “oposición” porque, el año pasado, “como perteneciente al PRO” tomó la “decisión de apoyar a Javier Milei” y hoy está dentro del Gobierno. Tras ese posicionamiento electoral, la ministra de Seguridad notó una migración del voto amarillo hacia las filas libertarias. Los diputados Cristian Ritondo y Martin Yeza la trataron de ministra "herida" por haberse quedado sin ningún asiento en el partido.
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Para ella y su círculo de dirigentes, el macrismo dejó de representar a una porción importante de la sociedad y Mauricio Macri pelea por una cáscara vacía. Por eso, la funcionaria nacional no está concentrada en disputar la interna, sino en declarar la propiedad de los votos. “Le pedí a 6,2 millones de personas que voten a Milei. Tengo un compromiso de millones de personas y nuestra suma fue matemática. Los votos de Javier más los votos de Patricia".
Bullrich considera que los sufragios obtenidos el año pasado son suyos. Macri, sin embargo, pega el grito en el cielo y recuerda que, sin él, la ex jefa del PRO no hubiera conseguido lo cosechado. Su apoyo, entiende, fue clave para las PASO y no fue aprovechado en las generales.
Patricia, siempre según la versión macrista, quiso esconder al ex presidente y lo llamó cuando las papas empezaron a quemar, o ya estaban quemadas. Fue demasiado tarde, para el sprint final, cuando recorrieron algunas localidades del interior del país.
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Macri quiere, ahora, refundar el PRO y relanzarlo con un formato más puro, con dirigentes cercanos que se referencien en él y entiendan el verdadero espíritu del macrismo. Patricia fue una incorporación, dentro de la historia partidaria, bastante reciente y no será parte de esta nueva etapa. Como dijo un dirigente amarillo poco entusiasmado con el presente y el futuro del partido, la ministra apuesta a su relación con Milei para seguir con su carrera política.
La lucha por el dominio de los votos es importante, así como la puja por la propiedad de la decisión victoriosa en las elecciones. ¿Quién fue el que tuvo la idea de acompañar a Javier Milei en el balotaje?
Antes del pacto de Acassuso hubo otra reunión, de la que no se habló. Fue en Vicente López y estuvieron los dirigentes más macristas. Participaron Hernán Lombardi, Jorge Macri, Fernando de Andreis, Federico Angelini, Cristian Ritondo y Darío Nieto. El círculo íntimo del actual titular del PRO. Bullrich se enteró del encuentro y su contenido una vez terminado.
Esa mesa resolvió llamar a quien fue la candidata presidencial del espacio para ponerla al tanto de las actitudes electorales barajadas. Recién ahí, se le informó que el PRO estaba analizando el apoyo a Milei en el balotaje, cómo se podría motorizar y cuándo. En la discusión estuvo presente la posibilidad de no entrometerse en la segunda vuelta, pero casi en forma testimonial, ya que nunca fue una chance real.
De hecho, el debate más caliente giró en torno a la intensidad del apoyo. Se contempló la posibilidad de hacerlo rápido y sin especulaciones o, por el contrario, esperar para conocer los resultados de algunos estudios de opinión para medir el nivel de acompañamiento que podrían brindarle.
A Patricia no le gustó haber estado fuera de la reunión pero, una vez superado el momento, lanzó un mensaje claro: “Si se apoya, no podemos especular”. A partir de ese episodio, se avanzó de forma vertiginosa. Casi una anticipación del escenario actual.
Macri, entonces, fue el que convocó a las partes para definir la posición del PRO frente al balotaje, su mesa chica fue la que decidió avanzar con el apoyo, pero con la chance de contemplar ciertos matices. Cuando apareció Bullrich, todo se precipitó y se jugó a pleno.
La nueva etapa del macrismo los encontrará cada vez más enfrentados. Como ya contó El Destape, Mauricio quiere relanzar el partido en cuestión de semanas, cuando vuelva la actividad política en el Congreso, donde se hacen más visibles las cercanías y distancias ideológicas. No se esperan proyectos de gran peso para este segundo semestre, más allá del presupuesto, pero sí algunas iniciativas que generen cortocircuitos, como los ítem de la reforma electoral y la propiedad sobre algunos proyectos.
El PRO resolvió su agenda post vacaciones y se la informó al oficialismo. En materia electoral, quieren impulsar ficha limpia, mantener las PASO pero que no sean obligatorias, avanzar con la boleta única y la rediscusión del financiamiento de los partidos políticos. También la baja en la edad de imputabilidad, esencialidad de la educación, derogación de jubilaciones de privilegio, reforma laboral, agencia contra el narcotráfico, entre otros.
Con esto, el PRO busca marcar la cancha al gobierno nacional antes de una reunión con el jefe de Gabinete que, se supone, va a ser convocada. A ese encuentro, van a ir con esa agenda que también le mandaron por mail. Así como el oficialismo quiere discutir sus propias iniciativas, el macrismo quiere de negociar las suyas. Pero no es lo único.
Así como explicó el lunes este medio, los amarillos notaron que LLA presenta con bombos y platillos algunos proyectos que son históricos del PRO, como ficha limpia, baja de la edad de imputabilidad o eliminación de los registros automotores. Muchas cosas están siendo ejecutadas por el gobierno, pero el reclamo histórico de esas iniciativas no es libertario.
La posesión de algunos conceptos es un factor clave para esta nueva etapa. La puja entre Macri y el gobierno busca dilucidar quién es el dueño del cambio y de la transformación de la Argentina. Mauricio recuerda, siempre que puede, que él empezó el camino y espera algo de reconocimiento a cambio.