Así como es válido preguntarse qué será del destino del PRO de Mauricio Macri si el gobierno logra consolidarse como el representante de la derecha antiperonista argentina, también es necesario cuestionarse sobre la posibilidad de que La Libertad Avanza no cumpla promesas con los más cercanos. El bullrichismo, así como le sucede al ex presidente, también tiene acuerdos pendientes con la Casa Rosada y posibilidades de desaparecer en caso de decidir cederle la estructura a Javier Milei y fusionarse completamente.
Patricia Bullrich está, de a poco, metiendo nombres propios en el gobierno. Entre las conquistas está la de la secretaria de Energía que, en su momento, fue vinculada a Macri pero trabaja con la ministra desde hace muchos años. La mala difusión de la información fue leída como un intento de Mauricio por mostrarse influyente, pese a no serlo.
El bullrichismo tiene una muy buena relación con La Libertad Avanza pero, así como algunos están confiados en que conseguirán lugares interesantes en las listas del año que viene, saben que el gobierno puede no darles nada llegado el momento. El vínculo cordial no es una garantía para el 2025.
La ministra de Seguridad se siente cómoda con los libertarios. Ella cree que este gobierno le permite hacer lo que no la dejó ejecutar Marcos Peña durante la gestión de Juntos por el Cambio, algo que se combina con el protagonismo e interés que le da Milei a sus palabras. En las reuniones de gabinete, el presidente pide escuchar a Bullrich y halaga sus propuestas o ideas. La pregunta es si eso se representará en las listas o no.
Así como los libertarios supieron llevar de las narices a gobernadores y macristas con promesas que nunca se cumplieron, el bullrichismo también tuvo su cuota. Se habló de oficinas de PAMI o ANSES pero nunca llegaron. A diferencia de los otros, que decidieron tensionar por los falsos compromisos, la ministra aceptó quedarse sin nada.
Es sabido que en La Libertad Avanza quieren violetas puros y, por más de que digan que con el bullrichismo son “lo mismo”, no lo son. Por lo tanto, no está garantizado que, llegada la hora, los acuerdos se cumplan. La ventaja que tiene el armado de Patricia es la estructura, y también la presencia de algunos candidatos, algo que los libertarios no tienen para ofrecer. Por eso, se espera que en provincias en las que LLA tenga un interés marcado o sea débil, la ministra va a ser mejor valorada.
Según un estudio de D'alessio Irol Berensztein “los votantes de LLA valoran más a Patricia Bullrich y a Victoria Villarruel (con 78% y 73% respectivamente)”. En ese mismo análisis, se estableció que la ministra destronó a la vice “como líder del ranking de referentes políticos con un 44% de imagen positiva”. La titular del Senado quedó segunda, “con 43% y el presidente Milei con 41%”.
Los números son los que emocionan al bullrichismo para pensar en las elecciones, tanto legislativas del año que viene como una posible postulación a jefa de Gobierno en 2027. Esta construcción, ahora, está un poco más dormida. En la lista de posibilidades está la de ser candidata a vicepresidenta.
Bullrich no es una persona que se desviva por los cargos. Está convencida de que el lugar que ocupe en el futuro va a estar relacionado con lo que haga en el presente. Ahora, se pudo hacer un espacio mayor para dedicarse un poco más a la política y no 100% a la gestión. Ella tiene, además de lo personal, una misión clave para el gobierno: como Santiago Caputo y Karina Milei, quiere limitar a todo el que quiera competir con Milei, y en el listado están Macri y Villarruel.
La CABA es un distrito clave para el armado nacional y de otras latitudes. En la Ciudad, hay bullrichistas combativos que ya empezaron a mostrarse distanciados del oficialismo de Jorge Macri y lo que se acuerde en la Capital Federal impactará en la relación a nivel país, además de en las listas bonaerenses.
En el espacio que comanda la ministra de Seguridad están convencidos de que la mayoría de los dirigentes del PRO con responsabilidad de gestión están dispuestos a “pegar el salto” a La Libertad Avanza ante la posibilidad de perder en sus distritos contra los violeta. Incluso, algunos de los presentes en la última reunión del partido, con Macri, fueron señalados como futuros conversos. Están, según esta visión, enojados con Mauricio por hacer y deshacer, a su antojo, en nombre del partido. En el listado hay gobernadores, intendentes e incluso legisladores que no quieren perder sus lugares en 2025 y, ante la falta de acuerdo macro, buscarán el pacto personal.
Sin embargo, la elección del año que viene es entendida, por unos y otros, como una elección experimental que no terminará de definir al 2027. Quienes piensan en el armado, tienen en la cabeza lo que pueda pasar en tres años, y no tanto en el 2025. En ese camino, Bullrich está recorriendo el interior, parte de la convergencia con LLA. Se espera que ella tenga un rol clave en la fiscalización.
Macri y Milei viven momentos de tensión creciente, aunque con algunos momentos de tranquilidad y acuerdo. La sesión del miércoles para discutir el proyecto de ficha limpia tiene comprometidos a los macristas, libertarios, provinciales de Encuentro Federal, el radicalismo y la Coalición Cívica. Ese pedido generó mucha turbulencia interna que, sin embargo, no comprometería el quórum ni los votos.
En la previa, Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica, acusó a algunos “mezquinos” de no dejarlos firmar el pedido de sesión especial. Alguien que conoce el funcionamiento del parlamento señaló a Silvana Guidici por esa maniobra que generó enojos, también, en la UCR. Silvia Lospennato fue la que tuvo que salir a tender nuevos puentes o, al menos, dar explicaciones.
Salvo la unidad generada para enfrentar a Cristina Kirchner, otras iniciativas generaron muchos inconvenientes. Una de ellas, el Presupuesto. Los gobernadores no vieron reflejadas en el texto las promesas del gobierno y aliados amenazaron con firmar un despacho propio. Otra, la eliminación de las PASO anunciada por el oficialismo y no compartida ni por el PRO ni la UCR. Este aviso hecho por Manuel Adorni pareció casi una respuesta a la advertencia de los mandatarios provinciales.
Estas tensiones se dieron, además, horas después de que el PRO decidiera marcar diferencias con el oficialismo. Esta semana, el espacio pidió la remoción del titular de la Agencia de Acceso a la Información Pública y cuestionó duramente el voto de la Argentina - “contra el resto de la humanidad” - por no acompañar una resolución de la ONU para erradicar la violencia a mujeres y niñas. Pero, también, avanzó con la confrontación bonaerense.
Al PRO le molestó que algunos libertarios hayan acompañado al gobierno de Axel Kicillof para dar marcha atrás con una medida implementada por María Eugenia Vidal, referida a la ley de jubilaciones del Banco Provincia. “Traidores del cambio”, cuestionó Cristian Ritondo, presidente del PRO provincial. El oficialismo nacional y el bullrichismo se despegaron de los ex Libertad Avanza.