Minutos antes de que que se iniciara la reunión de bloque en el Congreso en la que iba a ser expulsada, la diputada nacional Lourdes Arrieta presentó su renuncia la bancada de La Libertad Avanza (LLA).
La salida de Arrieta es parte del escándalo de la visita de diputados de LLA a represores condenados por la última dictadura cívico militar al que el oficialismo no puede terminar de ponerle un cierre. En este caso, le costó una banca al bloque del presidente Javier Milei.
Según pudo corroborar El Destape, la legisladora mendocina envió una nota a la Presidencia de la Cámara de Diputados en la que presentó su bloque unipersonal "Fuerzas del Cielo - Espacio Liberal" con la abreviatura "FE".
En la reunión de bloque, parte presencial parte por Zoom, se iba a someter a votación la expulsión de Arrieta. Ante los medios presentes, minutos antes del cónclave, la mendocina señaló que no apoya a quienes "están implicados en un hecho tan delicado como los delitos de lesa humanidad y que quieran encubrirlos"
"No me respetan ni a la agenda del Presidente", afirmó la mendocina ante los medios presentes en la puerta del Congreso, que enumeró: "Es evidente los malos tratos, el aislamiento, la falta de consideración, se lavaron las manos, me dejaron sola y a los que tendrían que investigar no investigan".
La expulsión de Arrieta era un hecho consumado, según adelantaban fuentes parlamentarias con conocimiento de la interna de LLA. Se especulaba también que la purga podía apuntar contra otras dos díscolas, Rocío Bonacci y Marcela Pagano.
Sin embargo, en la previa a la reunión de bloque, la bancada presentó una nota a presidencia de la Cámara confirmando a todos sus miembros, incluyendo a Bonacci y Pagano. De esta manera, Milei tiene 37 diputados propios, aunque Arrieta dio a entender que repaldará a Milei y su gobierno.
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Arrieta había sido una de los seis diputados nacionales de LLA que participaron del tour de genocidas. La mendocina afirmó haber estado arrepentida y haber ido "engañada" y responsabilizó a los otros miembros de la bancada que impulsaron el encuentro, además del titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, al que le endilgó haber estado al tanto del encuentro.
La mendocina iba a ser expulsada, no por haber ido a la reunión con genocidas, sino por denunciar en la Cámara y judicialmente a sus compañeros que sí fueron y a Menem. La tensión escaló en una reunión de bloque el miercoles pasado, que terminó con otra presentación judicial contra Nicolás Mayoraz.
El sábado y el lunes a la tarde, Arrieta difundió a través de sus redes sociales los chats de Whatsapp del bloque de LLA donde se organizó la visita a represores en Ezeiza y los proyectos legislativos para dejar en libertad a genocidas.
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El martes pasado, en la comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, Arrieta se había desligado de la visita y responsabilizó a Menem, por haber autorizado el viaje, y al diputado nacional Beltrán Benedit, principal impulsor de la iniciativa para aminorar penas a los represores.
En ese marco, desde la oposición se pidió corroborar que en LLA se estaba trabajando en un proyecto de impunidad, que los que fueron a Ezeiza den sus explicaciones y pusieron la lupa en la responsabilidad de los ministros Patricia Bullrich y Luis Petri (Defensa). En el caso de la titular de Seguridad, por la autorización del Servicio Penitenciario Federal para el ingreso a la cárcel y tomar fotografías. Este miercoles, la comisión continuará con la evaluación sobre el tour de genocidas. La expulsión y la sanción eran opciones barajadas.
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