Nora Longo, una de las mujeres detenidas en la manifestación contra la Ley Bases, denunció que el viernes pasado efectivos policiales se acercaron a su casa, le preguntaron a sus vecinos dónde vivía y luego le tocaron la puerta. Según narró en Radio10, querían verificar que estuviera allí porque recibieron una denuncia de que se había ido del país. Además de que la información no era cierta, Longo tampoco tiene conocimiento de que pese sobre ella una restricción para salir del país.
Longo vinculó ese espisodio al pedido del fiscal Carlos Stornelli para que viarios de los liberados la semana pasada reingresen al penal hasta que no se cierre la causa. Si bien Stornelli filtró ese documento a la prensa, nunca ingresó oficialmente al sistema ni tampoco fueron notificados los abogados defensores. "Realmente me pasó como si fuese una perseguida de la misma represión, de la misma dictadura. Vinieron a las 10 y 30 de la noche policías a mi casa, al edificio, tocando timbre a otros vecinos y preguntando si yo vivía acá. Una vez que contestaron mis vecinos me tocaron timbre a mi y la verdad es que me agarró mucho miedo", relató Longo en diálogo con Radio 10.
Miedo, humillaciones y hostigamiento: los relatos de los presos políticos de la represión en el Congreso
Golpes, humillaciones, hostigamiento, robo de objetos, irregularidades en los procedimientos legales y un sinfín de violaciones de derechos fueron algunos de los abusos que sufrieron los manifestantes, personas en situación de calle y vendedores ambulantes que fueron injustamente detenidos en los alrededores del Congreso la semana pasada por las fuerzas federales de seguridad y la Policía de la Ciudad, durante y después de la masiva represión que sacudió pero no modificó la aprobación de la Ley Bases en el Senado.
Ese miércoles, detuvieron a 33 personas y les impusieron una caratula que hoy quedó demostrado fue excesiva e injustificada, pese a que el Gobierno de Javier Milei -con el fiscal Carlos Stornelli como partícipe necesario- sigue acusándolos de intentar dar un golpe de Estado, cometer actos terroristas y, en su versión más llana, de ser delincuentes. Dos días después, 15 fueron excarcelados y, el viernes pasado, la jueza María Servini dictó falta de mérito y liberó a otros 11. Cinco quedan aún detenidos. Varios de estos presos políticos que estuvieron seis noches en comisarías y luego cárceles federales hablaron con El Destape Radio en las últimas horas y lo que relataron termina de graficar la estrategia de terror que busca imponer el oficialismo libertario en momentos en que la crisis económica y la agenda del Congreso auguran muchas más manifestaciones.
Nora Longo tiene 59 años y llegó a la manifestación ese miércoles cuando ya casi no quedaba nadie. Fue filmando las escenas que quedaban y al doblar en una callecita escuchó unos gritos. Intentó filmar pero una persona, que no se identificó como policía le dijo que no podía, la agarró del brazo y junto con otras dos oficiales la detuvieron: "Siempre salgo sola, no es la primera manifestación, salí mil veces. y siempre en un entorno de paz, poniendo paz, pero reclamando mis derechos. Ahora a mí me llevan detenida como si fuera como la peor delincuente porque cuando me esposaron y me llevaron en un celular, siete motos adelante, un patrullero, con la sirena, me llevaron a un lugar que no sabía dónde era. Cuando bajamos era un lugar espantoso por donde se vea, sello de manos, he sellado más de 20 papeles, no sé lo qué sellé, me sacaron todo, hasta los cordones de las zapatillas. Celular, todo", recordó.
No le explicaron nada, le pidieron que se desnude -se negó- y, cuando finalmente le dijeron que estaba detenida, la hicieron bajar tres o cuatro pisos. Ahí le agarró miedo de verdad. "Me llevaron a una celda, oscura, horrible. Pregunté por qué yo tenía que entrar a ese lugar y lo único que me dijeron fue: 'Usted sabe que está detenida, pase'. Nunca dijeron por qué estaba detenida. A la hora vino otra chica, que ahí me enteré que era la chica que yo filmaba que gritaba, que es la hija del señor que estaban matando. Si un ser humano está tirando en el piso y tenés a cinco o seis personas sobre su cuerpo, ¿te parece que no lo mata o yo estoy errada? Yo no soy terrorista, no soy como me dijeron que soy golpista de Estado, me manifesté mil veces por mis derechos. La última manifestación fue la de las universidades, me convoco sola, me conocen, claro que me conocen, tengo un Facebook donde publico todo lo que hago", contó.
Después que la indaguen en el tribunal de Servini, Nora Longo fue trasladada a otra comisaría, en Lavalle y Talcahuano. "Me trataron como a la peor de las mujeres, me hicieron desnudar, poner el cartelito, me hicieron sellar como 30 papeles distintos, ahí me hicieron pasar por la médica. Le conté de mi enfermedad (sufrió desnutrición severa y debe controlar su alimentación), que hacía más de 30 horas que no comía nada, que no puedo bajar un gramo porque me llevó cuatro años de mi vida restablecer mi salud. Tengo testimonio de todo lo que hablo. Sin embargo, ellos me llevaron como la peor delincuente. Finalmente me dijeron que ahí me iban a dar de comer, pero a mí no me interesaba la comida, me interesaba mi dignidad", sostuvo.