El nuevo jefe de Gabinete, Guillermo Francos, parece resuelto a conseguir que la ley Bases salga de una vez, no importa el costo. Luego de que hubiera terminado el plenario de comisiones con un pedido de cuarto intermedio, de nuevo con el oficialismo frustrado por no conseguir apoyos suficientes para el dictamen, Francos apareció a eso de las 20 en el Congreso y obtuvo las firmas de los senadores Edgardo Kueider -un peronista disidente de Entre Ríos-, de la Guadalupe Tagliaferri -una larretista de CABA- y del santacruceño José Carambia, quienes habían planteado varias diferencias con el proyecto. Lo mismo respecto al capítulo fiscal complementario, faltaba sólo una rúbrica pero porque un senador no estaba en el edificio. Así, el oficialismo estará en condiciones de llevar la discusión al recinto la otra semana, así tener tiempo de negociar muchos artículos que se seguían discutiendo.
Aunque Francos había desligado su suerte de lo que ocurriera en el Senado, anoche quedó claro que considera vital mostrar algún resultado con la ley Bases. En seis meses, el Gobierno no consiguió que el Congreso le apruebe un proyecto y el ascenso a la jefatura de Gabinete de un dialoguista como él, es una manera de Javier Milei de ceder y espera esperar obtener respuestas acordes. En el exterior están expectantes aguardando para ver si, más allá de sus excentricidades, Milei consigue mostrar en algún momento sustento político. Por eso, luego de un plenario de tres horas en el que uno de los senadores dudosos -el radical Martín Lousteau- comunicó que prepararía sus propio dictamen, el senador Bartolomé Abdala, que presidía la sesión, anunció un cuarto intermedio para una fecha a resolver. Se rumoreaba que directamente pasaría para la semana que viene. Pero Francos entonces salió disparado de su oficina hacia el Congreso dispuesto a evitar más dilaciones y convencer a los indecisos.
"Se firmó en el plenario de las comisiones, los dictámenes están aprobados", confirmó anoche Francos. Había dudas porque el plenario ya había concluido y no se había firmado nada. Las firmas se sumaron después, algo que va contra lo estipulado en el reglamento. Ya quedará aclarado este jueves, cuando deberán sumarse los que ya se habían ido del Congreso. En principio, se supo que, junto a la vicepresidenta Victoria Villarruel -quien también jugó su parte en las negociaciones con senadores con los que tejió un buen vínculo-, lograron convencer a Kueider y a Tagliaferri. Incluso a Carambia, quien también había anticipado un dictamen propio en una nota, enojado porque sus planteos fueron ignorados. Los tres habían sido durante todo el tratamiento muy críticos con el proyecto de ley, con una larga lista de diferencias puntuales. Anoche pusieron su firma, aclarando que lo hacían en disidencia.
MÁS INFO
El interrogante era cómo había conseguido convencerlos Francos, algo que seguramente dará tela para cortar. Acerca de Carambia, se decía que le habían concedido que las regalías mineras pasaran del 3 al 5%. Como el senador santacruceño reclamaba que se subieran al 15%, firmó pero en disidencia. Lo mismo ocurrió con Kueider, quien venía reclamando que a su provincia, Entre Rios, se le reconociera una deuda por regalías en la represa de Salto Grande. Con todo, no había ninguna pista acerca de que este tema haya sido parte del compromiso. Por último, Tagliaferri había aceptado estampar su firma luego de la promesa de Francos acerca de que lo que votara en el Senado luego no será modificado en Diputados, una prerrogativa que le queda a la cámara de origen, en caso de conseguir el número de votos necesario.
La sesión se realizaría el miércoles 12 de junio, lo que le deja margen al oficialismo para seguir negociando muchos puntos que están en el aire. Porque si bien Francos consiguió el dictamen, fue con muchas firmas en disidencia, que no le dan garantías de conseguir la aprobación en general ese día. Y, aún en caso de conseguirlo, qué quedará en pie del proyecto que llegó con media sanción de Diputados. Con todo, al menos por ahora, el jefe de Gabinete va a tener un logro que mostrarle al Presidente a su vuelta de su nuevo viaje al exterior.