Murió Moldes, el otrora poderoso titiritero de Comodoro Py

Ex fiscal ante la Cámara Federal, por su manos pasaban todas las causas de los tribunales que se utilizaron para la persecución judicial. De funcionario de Menem a paladin del lawfare.

21 de noviembre, 2024 | 23.44

Murió Germán Moldes, símbolo durante más de dos décadas del desproporcionado poder que acumularon los tribunales de Comodoro Py. Moldes lo ejerció desde el estratégico cargo de fiscal general ante la Cámara Federal, embudo por el que pasan todas las causas judiciales de ese fuero transformado en un instrumento de persecución política. Primero como oscuro operador en las sombras y luego como referencia pública de la operación para reabrir la denuncia de su colega Alberto Nisman contra CFK, Moldes fue clave para la instalación del lawfare que, tras su retiro hace unos años, aún tiene su marca.

De origen peronista, con un currículum que incluyó tanto el paso por el Poder Judicial como por la actividad privada de abogado, llegó a los lugares de poder de los tribunales gracias a sus relaciones con dos de los pilares clave del menemismo: por un lado el poderoso diputado y luego más poderoso ministro del Interior José Luis Manzano; por el otro Hugo Anzorreguy, capo de la SIDE en los 90. Esos vínculos explican y mucho el devenir de Moldes como hombre fuerte en Comodoro Py.

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Antes pegar el salto hacia los escalafones más altos de tribunales Moldes tuvo un paso por la gestión del gobierno de Carlos Menem convocado por Manzano. Fue primero Subsecretario de Coordinación y poco después Secretario de Población, todo dentro del ministerio del Interior que comandaba el hoy empresario polirrubro.

El hito que recuerda el paso de Moldes por la gestión pública fue el ingreso sin trabas a la Argentina del traficante de armas sirio Monzer Al Kassar, que dejó el país poco después del atentado a la Embajada de Israel en 1992. La autorización dependía de la Dirección Nacional de Migraciones, que estaba bajo la órbita de Moldes. El director de Migraciones Gustavo Druetta acusó a Moldes de habilitar el ingreso de Al Kassar. El que terminó afuera del gobierno fue Druetta.

El caso Al Kassar perseguiría a Moldes de por vida, y más cuando dejó de ser un operador en las sombras a ser la cara del lawfare y su rostro ya no era un enigma. En diciembre de 2018 el mago (de profesión) Facundo Daelli se cruzó a Moldes en un bar y le gritó: “Acá en (el café) Dandy está el amigo de la barra brava de Boca y el amigo de (el ex traficante de armas) Monzer al-Kassar. Hijo de puta, Moldes. Que quiere meter presa a Cristina. Está acá tomando un café. La concha de tu madre. Hijo de puta. La puta que te parió. El amigo del traficante sirio, corrupto, coimero.  Está acá. La familia judicial reunida. Hijo de puta. No vas a salir más a la calle. Asesino y concha de tu madre”. Moldes le contestó “Hay algunos que no van a salir más” y lo mandó a detener. Daelli pasó la noche en el calabozo, aunque por el contexto el fiscal se refería a los detenidos en las múltiples causas contra ex funcionarios K en la era Macri. De hecho dos meses antes, a mediados de octubre de 2018, Moldes había pedido la detención de CFK en el marco de la causa por las Fotocopias de los Cuadernos Fénix.

Con Manzano y Anzorreguy como impulsores en 1995 Moldes llegó al cargo de fiscal ante la Cámara Federal de Comodoro Py. Un lugar estratégico por el diseño institucional de esos tribunales donde hay 12 fiscalías de primera instancia pero una sola que revisa todo lo que hacen. Y esa es la que ocupó Moldes por más de 20 años. Renunció en 2019, luego de las elecciones primarias en las que se avizoraba un regreso del peronismo al que había perseguido al gobierno. Se debe haber arrepentido: Alberto Fernández se ocupó de que todos los responsables del lawfare quedaran impunes. Su cargo sigue vacante, lo ocupa de forma interina José Agüero Iturbe.

En sus más de dos décadas en el punto de confluencia de cada expediente caliente que tramitó en Comodoro Py acumuló intervenciones en múltiples causas de alto impacto político pero con un bajo perfil público que alteró luego de la muerte del fiscal Nisman.

Moldes fue uno de los organizadores de la movilización del 18 de febrero de 2015, cuando se cumplió un mes del fallecimiento de Nisman. Se lo vio en la cabecera de la columna que reclamaba justicia, aunque seguramente no había olvidado que Nisman lo había denunciado a él como parte del entramado de encubrimientos del atentado a la AMIA para preservar a Carlos Corach cuando fue fiscal ad hoc del caso en el tiempo previo a su llegada a Comodoro Py.

“Marcha del silencio” decía la pancarta que Moldes sostenía bajo la lluvia junto a sus colegas Carlos Stornelli, Guillermo Marijuán y Carlos Rívolo. También estaba Ricardo Sáenz, fiscal ante el fuero ordinario donde había recalado la investigación por la muerte de Nisman. El peritaje del Cuerpo Médico de la Corte Suprema estableció que Nisman estaba sólo en el baño de su casa y, por ende, que no era un homicidio. El fiscal Sáenz presionó para que el caso se mudara a Comodoro Py con el argumento de que fue un homicidio, algo de lo cuál no había ninguna prueba. Lo lograron.

Hubo marchas, operaciones mediáticas y presiones de todo tipo para que la investigación por la muerte de Nisman pasara de la Justicia ordinaria a Comodoro Py. Lo lograron. En Comodoro Py el expediente fue a sorteo. Le tocó al juez Sebastián Casanello pero en ese mismo momento se colgó el sistema. Pasaron 2 horas y 23 min entre que se sorteó la causa Nisman y pudieron ingresar al sistema a verificarlo. Hicieron de nuevo y le tocó al juez Julián Ercolini. Era 12 de abril de 2016, primeros meses de Macri en el gobierno. Ahora hace 7 años que la investigación por la muerte de Nisman la tiene el juez Ercolini y no avanzó un centímetro. Se ve que no les interesaba tanto porque Moldes y toda su tropa ahí sí que hicieron silencio.

Moldes obviamente intervino en la causa iniciada por la denuncia sin sustento con la que Nisman acusaba a CFK, Héctor Timerman y otros funcionarios de pactar la impunidad del atentado a la AMIA a través del Memorándum de Entendimiento con Irán.

La denuncia de Nisman, vale recordar, fue rechazada por la jueza María Romilda Servini porque “no se han acompañado las pruebas que le otorgan sustento a sus solicitudes”. Nisman iba a pasar un papelón en el Congreso, donde fue citado para que explicara su denuncia. Y apareció muerto en el baño de su departamento. ¿Que dijo el peritaje del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema? Que no había ninguna evidencia de homicidio. Pero como a Clarín y al macrismo no les gustó hicieron otro a medida a través de la Gendarmería, cuyo resultado fue adelantado varios meses antes por el holding de Héctor Magnetto.

La muerte de Nisman hizo que Comodoro Py diera curso a su denuncia pero el juez Daniel Rafecas estableció que no había ningún delito. El fiscal Gerardo Pollicita apeló y el caso le llegó a Moldes. La Cámara Federal ratificó la decisión de Rafecas y el impulso del caso quedó en manos de Moldes. Ese era su poder: si no había otra querella, tenía la decisión de impulsar o no un expediente.

El entonces poderoso fiscal general de Comodoro Py lo primero que hizo fue darle una entrevista a Radio Mitre y adelantó que apelaría la decisión “rápidamente”. “Yo iré a Casación, después Dios dirá, muchachos, yo hice lo que pude”, dijo Moldes.

Lo voy a hacer prestamente, no porque me sume a este vértigo judicial con que se ha tratado esta denuncia, sino porque no quiero caer en alguna maniobra de ingeniería judicial, en alguna sincronización de tiempos, que haga que cuando mi recurso llegue a Casación me esté esperando con los brazos abiertos un fiscal militante de Justicia Legítima”, afirmó Moldes. Efectivamente lo hizo, pero el fiscal ante Casación Javier De Luca no continuó con la farsa y dictaminó que no había ningún delito.

Moldes también acompañó el proceso de reapertura de la denuncia de Nisman, finalmente resuelta por los jueces Mariano Borinsksy y Gustavo Hornos pocos días después de uno de los encuentros del primero con Mauricio Macri en la quinta de Olivos. Detalles de la historia: Moldes coincidía con Hornos, a quien había reemplazado como fiscal general de Comodoro Py cuando éste llegó a la Cámara de Casación.

La cuestión Nisman alineó a Moldes con el gobierno de Macri, a quien protegió en varias causas mientras colaboraba con la persecución desatada contra el kirchnerismo. Benefició a Macri en el escándalo de los Panamá Papers con un dictamen donde dijo que no había lavado de dinero sino solo evasión de impuestos. El caso se mudó al fuero penal económico y quedó en la nada. También dejó caer una denuncia por la toma de deuda con el FMI sin pasar por el Congreso y la investigación por pagos de la empresa brasileña Odebrecht a Gustavo Arribas, el jefe de los espías del macrismo.

Por el contrario, cuando se trataba de CFK o algún caso contra el kirchnerismo, lo impulsaba. E incluso chicaneaba. Cuando le tocó intervenir en la causa Vialidad escribió: “No fue magia, fue corrupción”. La chicana iba directo contra CFK, que había dicho "No fue magia" en relación al crecimiento económico durante sus gobiernos.

Moldes intervino en el caso Papel Prensa. El fiscal Franco Picardi había apelado los sobreseimientos de Héctor Magnetto, Ernestina Herrera de Noble y Bartolomé Mitre. Moldes no sostuvo la apelación y el caso se cerró. Cuando se trató de otros dueños de medios, como Cristóbal López y Fabián De Sousa del Grupo Indalo, apeló el fallo que los liberó. El juez también era el mismo: Ercolini, que en Papel Prensa sobreseyó a todos y a los del Grupo Indalo los detuvo por una supuesta deuda de impuestos.

La crónica por la muerte de Moldes que publicó en Clarín el operador Daniel Santoro empezó así: “En su escritorio de los tribunales de Comodoro Py, Germán Moldes, tenía un cartel que decía ‘No fui nombrado por concurso’”. Es un buen resumen para cierre.