Aunque el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, se mostró confiado en tener lista la media sanción de la ley Omnibus antes del 31 de enero, continúa sin verse dónde conseguiría los apoyos el oficialismo para llegar a los 129 votos necesarios en la Cámara baja y, luego, los 37 senadores recinto vecino. Aún los bloques más cercanos siguen viendo imposible una aprobación a libro cerrado, como desea el presidente Javier Milei. Por ejemplo, el "lilito" Juan Manuel López calificó el proyecto de ley como "inabordable" por la amplitud de temas sobre los que trata y sobre el mega DNU dijo que, así como está, "no se lo puede aprobar". Milei volvió a mostrar su disgusto con la situación: "No dejemos que se nos interpongan la casta delincuente que busca coimas y/o perpetuar el status quo decadente”, escribió en un tuit.
El Presidente destinó buena parte de su mensaje de fin de año a enviar advertencias a los legisladores. "Tendrán que elegir si quieren ser parte de la solución o ser parte del problema", lanzó. En el mismo tono amenazante, también planteó que los electores debían reclamarle a los diputados y senadores la aprobación de la ley y dijo tener la convicción de que los proyectos se aprobarán en las próximas semanas. Si no lo aprueban, les dijo que serán responsables de "la catástrofe económica". El funcionario sin cargo Federico Sturzenegger había anticipado para los próximos días el envío de otro proyecto con otras 160 "desregulaciones", como les gusta llamar a las derogaciones y modificaciones de leyes.
Con respecto al tratamiento parlamentario del DNU -que no fue incorporado por el Ejecutivo a las sesiones extraordinarias-, la vicepresidenta Victoria Villarruel le negó el viernes a Unión por la Patria el número de sillas que reclamaba por el sistema proporcional y volvió a reunir a una mayoría ficticia de 39 senadores, conformada por todos los demás bloques (PRO, UCR, La Libertad Avanza y Federal. En base a ese cálculo, dejó a UP con sólo tres senadores en la estratégica Comisión Bicameral de Tratamiento Legislativo que deberá emitir dictamen sobre el mega decreto durante enero. Menem buscará copiarla el martes que viene en Diputados y también designar a sólo tres diputados y quitarle fuerza a la postura de UP en la comisión que manejará los tiempos del tratamiento del decreto. De todas formas, la validación o rechazo se vota en el recinto.
La andanada que significó el decretazo seguido por la ley Omnibus desconcertó a las bancadas "dialoguistas", que dicen estar de acuerdo con los contenidos de las normas pero no con las formas. La lógica es que a los 37 diputados de La Libertad Avanza se le podrían sumar los 37 del bloque PRO que encabeza Cristian Ritondo. Sin embargo, la postura uniforme que existe cuando se trata de ocupar puestos de autoridades y comisiones en la Cámara, se diluye cuando se discute cómo posicionarse frente al gobierno de Milei. Si bien hay un sector "halcón" que se identifica como cuasi oficialista, hay otro que todavía prefiere mantenerse a distancia. Ritondo dijo que recién este miércoles se juntarán para analizar pormenorizadamente la ley Omnibus y allí decidirán su posición.
Los 37 de LLA y los 37 del PRO -en el caso improbable que se encolumen todos- sumaría 74 a favor de la ley, todavía a 55 votos de distancia del quórum y la aprobación. En esa dirección, resultará clave lo que hagan la bancada radical de 34 integrantes que preside Rodrigo de Loredo y el flamante interbloque Hacemos Coalición Federal de 23 diputados a cargo de Miguel Angel Pichetto. "Allí hay muchos deseosos de aportar gobernabilidad", ironizaba un diputado de Unión por la Patria. Ante el reclamo del senador y presidente de la UCR, Martín Lousteau, para que mande una ley "espejo" del DNU al Congreso, fue que Milei salió vez a hablar de coimas.
Respecto a la ley ómnibus, persisten las diferencias sobre otorgarle una tan amplia cesión de poderes al Presidente, la derogación de la fórmula de movilidad jubilatoria y a la larga lista de privatización de empresas. Los gobernadores de Juntos por el Cambio buscarán hacer valer su opinión. Por ejemplo, el de Chubut, Nacho Torres, un PRO cercano a Horacio Rodríguez Larreta, ya había planteado su negativa a que se privatice YPF al precio bajo que cotiza hoy y también sumaría su rechazo a los cambios incluidos a la ley de Pesca porque facilita el acceso de flotas extranjeras a las riquezas del Mar Argentino. Milei avisó que está dispuesto a pagar el costo político de reponer el impuesto a las Ganancias para que los gobernadores recuperen fondos si ellos facilitan la aprobación de la ley Omnibus, en la lógica del palo y la zanahoria.
El interbloque de Pichetto sumó a desencantados de Juntos por el Cambio, la Coalición Cívica y el cordobesismo de Hacemos. Histórico componedor de acuerdos políticos en el Parlamento, Pichetto ya expresó su rechazo a que Milei gobierne de espaldas al Congreso, como cuando dio su discurso ante la asamblea legislativa. "Desdramaticemos el tema y permitamos al Congreso discutir los contenidos de la ley. Algunos temas van a pasar porque son necesarios e imprescindibles para que el Gobierno tenga las herramientas para gobernar", declaró ayer respecto a la ley Omnibus. Es decir, algunos temas sí, pero a libro cerrado no.
En eso fue enfático el lilito López, quien consideró la ley inabordable por la cantidad de temas que trata en su infinito articulado. "Es muy raro legislar de esa manera, es inédito", consideró. Dijo que el Ejecutivo ponía a Menem en una situación muy incómoda al obligarlo a tratar de buscar el número para la aprobación en tan corto tiempo ante semejante maraña temática. "Se tiene que organizar La Libertad Avanza", planteó. Agregó que hay muchos bloques que desean otorgarle gobernabilidad a la Casa Rosada, pero "la Argentina no se gobierna sola".
Tampoco debió ayudar mucho al presidente de la Cámara que Milei insistiera en hablar de "la casta delincuente que busca coimas" en una respuesta a un tuit elogioso del megamillonario Elon Musk, muy interesado en hacer negocios en Argentina a partir de las amplias facilidades que le ofrece su amigo de las redes. Luego, el Presidente insistió en la misma línea cuando leyó su mensaje de fin de año, de nuevo emparentando a los que no quieren aprobar sus reformas con "el modelo de la casta".
Entre la dirigencia política, muchos piensan que el destino de las reformas que impulsa el Ejecutivo se aprobarán en la medida que demuestren tener respaldo popular. Lo mismo corre para la suerte que podrían correr en Tribunales, donde la última palabra la tendrán los cuatro jueces de la Corte Suprema. En ese sentido, fueron significativas dos encuestas aparecidas en las últimas horas, que mostraron que la popularidad de Milei y sus recientes medidas no gozan de las simpatías que aseguraba el Presidente. Un sondeo de Zuban Córdoba y Asociados mostró que el Presidente viene perdiendo imagen a todo vapor, a razón de un 1% diario. "Seguramente debe ser un récord", imaginó Gustavo Córdoba, en diálogo con El Destape Radio. Eso representa que ya se le fueron la mitad de los votos "prestados" que recibió en el balotaje y que le permitieron superar el u imagen hoy están en 44%.
El trabajo mostró también que la mayoría de la gente ya se dio cuenta de que el ajuste lo está pagando la gente y no la casta, y que el decreto desregulatorio perjudicará a la gente de a pie. Así las cosas, si Milei efectivamente convocara a ese plebiscito que prometió en caso de que el Parlamento rechace su DNU, las perspectivas no son nada buenas. Un 54,6% respondió que votaría en contra y apenas un 41,4% dijo que lo aprobaría. Una diferencia de más de 13 puntos por el rechazo. A Milei le convendría no repetir la propuesta.
El otro sondeo pertenece a la consultora Proyección y fue realizado en el municipio de La Matanza, el más populoso del Conurbano. Allí, el Gobierno nacional registró apenas un 36% de aprobación contra un 64% de rechazo, en lo que se supone que es el período de "luna de miel" de Milei con el electorado. Por eso, en la Casa Rosada saben que todas las reformas que intenten hacer tendrán que salir en los próximos días o, lo más probable, es que ya no salgan. El tic tac del reloj corre y las perspectivas para las propuestas en las que el Gobierno puso toda la carne en el asador asoman bastante complicadas.