En la UCR, lo que se tenía que negociar ya se negoció y se llegó a un acuerdo, al menos de parte del mayoritario sector “tradicional”, para impulsar la postulación del gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, como nuevo presidente del Comité Nacional. Medallistas olímpicos en la categoría internas partidarias, un bando, el que responde a Martín Lousteau buscó patear los comicios para intentar dar vuelta el resultado pronosticado pero no logró los votos necesarios. Incluso Enrique Coti Nosiglia optó por acompañar el llamado para el próximo viernes 17 de diciembre, en clara señal de desencanto con la jugada rupturista de sus apadrinados de Evolución.
El lunes y por unanimidad, la Mesa Ejecutiva del Comité convocó la jornada electoral en medio de los estallidos generados por el quiebre del radicalismo en la Cámara de Diputados, movimiento que generó dos bloques partidarios, uno de 33 y otro de 12 legisladores, muy por debajo de los 50 que aglutinó el Frente PRO. La hoja oficial para habilitar los comicios de la UCR llevó la firma de Coti Nosiglia. El dirigente acompañó el llamado al plenario de delegados para, en medio de la tormenta, empujar un ordenamiento partidario y no escoltó la decisión de la tribu de Lousteau, su socio político, de intentar patear la jornada hasta marzo. Tampoco coincidió, como contó El Destape, con la escisión en la Cámara Baja aunque sí consideró necesario darle espacios a los referentes que ganaron el 14 de noviembre para mostrar cierta renovación.
Después de una seguidilla de derrotas que lo dejaron mal parado, no faltó quien especulara con un faltazo de Lousteau el próximo viernes. El senador salió derrotado en la elección de la Juventud Radical hace diez días; no logró el apoyo necesario a la ruptura en Diputados; perdió la vicepresidencia del Senado que pasará a manos de Carolina Losada; y podría enfrentar otro traspié el 17 en los comicios nacionales internos. Sin embargo, según adelantó una importante figura del espacio a este medio, van a participar de todas las instancias del partido. O sea, pese a querer patear la jornada electoral y pese a abrirle la puerta a una posible nueva caída, debería estar presente como primer delegado de la CABA.
En el mapa, Morales, enfrentado con Lousteau, se encamina a lograr un buen resultado. Desde el bando “conservador”, apuntaron una victoria del gobernador pero desde Evolución no se animaron a reconocer la derrota, mucho menos por unanimidad. Gustavo Valdés, otra de las figuras clave para el 17, no será propuesto como líder de la UCR. El mandatario de Corrientes no es delegado, por lo que no podrá ser candidato. Si la elección se hubiera demorado, podría haberlo sido pero no fue ni es un pedido de la provincia que gestiona.
Tras un acuerdo con Morales, Valdés no competirá el próximo viernes y tampoco pedirá, entonces, postergar los comicios. Pero Corrientes tendrá un lugar clave en la mesa de la conducción del Comité, aún a definir. De concretarse lo augurado por esta tribu, un gobernador se convertiría en el jefe del partido a nivel nacional, algo que ya hizo Alfredo Cornejo en su momento, un factor frente al cual despotricó Evolución por el diálogo constante que debe mantener un referente con responsabilidad de gestión con Alberto Fernández.
Cerca de un importante dirigente radical contaron a El Destape que el grupo de Lousteau buscó patear la elección para marzo, algo que se barajó en algún momento, para intentar sumar más delegados. Algunas provincias, producto de la pandemia, prorrogaron autoridades y todavía no celebraron las elecciones locales. Sin embargo, un referente de Evolución destacó que son las menos, por lo que no vio un problema grave a la hora de elegir el nuevo titular de la UCR. Diferencias internas.
En medio de los idas y vueltas, también se resaltó el rol de Horacio Rodríguez Larreta en la ruptura, algo que dijo, sin vueltas, Morales y se celebró que el traspié de Lousteau complique al jefe de Gobierno. Según trascendió esta semana, en momentos de definiciones, el senador de la Ciudad buscó conquistar a los diputados fugitivos con una promesa: el respaldo porteño y la proyección nacional con exposición mediática. Probablemente esos compromisos se cumplan en algún momento pero ¿a qué costo? Los tradicionales prefirieron regocijarse con la soledad de Lousteau, circunscrito al área de la CABA.
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Desde Evolución buscaron bajarle el precio a esa relación con el mandatario porteño. Aseguraron que se trató de una alianza estratégica a la que se arribó después de un par de peleas. Para ellos, el Gobierno de la Capital Federal tomó varios puntos del proyecto político propuesto por el radicalismo y necesitó la pata capitalina del partido para gestionar. En la Legislatura funcionaron como un mismo bloque, integran la misma coalición, y sumaron sillas en el Gabinete.
En la disputa de poder, Facundo Manes también estuvo incluido. El neurocientífico eligió quedarse con los “conservadores” en Diputados porque la mayor parte del partido eligió seguir bajo el ala de Mario Negri, pero también porque no se generó un vínculo de confianza con Lousteau. Pese a ello, para Evolución el bonaerense tiene más coincidencias con los rupturistas que con los “tradicionales”.
La batalla Manes se salteó el 2022 y se ubicó directamente en el 2023. El nuevo diputado generó un acuerdo para comenzar a recorrer el país con Negri, con varias provincias por fin de semana, para desgastar a Lousteau y el proyecto político de Larreta, también presidenciable. Pero esa será otra historia.