En las construcciones de proyectos políticos de cara el 2023 los equipos de economistas tienen un rol fundamental, tanto para asesorar en la coyuntura actual en materia legislativa como para encarar la campaña electoral. En Juntos por el Cambio cada espacio, cada nombre, tiene a su referente pero al final del camino todos trabajan para conformar una línea de trabajo común a la que el ganador o ganadora le pueda imponer su importa. En el listado de consultados aparecen, según el tema, figuras como Martin Tetaz, Ricardo López Murphy o Eduardo Levy Yeyati y, puntualmente dentro del macrismo, los nombres de Luciano Laspina, más cercano a Mauricio Macri y Patricia Bullrich, Hernán Lacunza, de mayor vínculo con Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal pero referente partidario, y el "autónomo" Carlos Melconian que apunta a ser el candidato ministerial de quien gane el año que viene.
Más allá de los vínculos que cada candidato anticipado pueda generar con su economista de cabecera, la idea del PRO es converger en un punto de debate para poner en común los distintos proyectos que van desde reformas laborales y previsionales hasta el bimonetarismo. Si bien todavía no se organizó una instancia articuladora partidaria, también es cierto que nivel más general, en Juntos por el Cambio, se confirmó un fuerte trabajo de las distintas fundaciones de los espacios políticos para trabajar el lineamiento de la alianza. O sea, pese a las diferencias, el marco general terminaría siendo el mismo pero con matices según quién gane y cómo arme su equipo.
En ese universo, Lacunza aparece como el economista del PRO que coordina, en instancias superiores, con Larreta, Vidal y pivotea con Bullrich y Macri. Su mayor cercanía está dada con los dos primeros. El diputado Laspina está más próximo a los dos últimos, incluso más que Melconian, que es "autónomo" pero en el último tiempo se acercó al jefe de Gobierno porteño, con quien tiene una muy buena relación. Pese a ello, se lo identifica más con el ex presidente.
Desde la Fundación Mediterránea, Melconian tiene pensado armar su plan económico para ponerlo a disposición de quien gane las elecciones en 2023, en caso de que sea algún amarillo. El ex hombre del Banco Nación durante los primeros años del macrismo apunta a ser el candidato a ministro de Economía de todos los postulantes, algo que actualmente se convirtió en una buena estrategia de marketing, en una presunta época de transición, pero algunos dudan que se sostenga cuando las figuras políticas definan a sus equipos después de las PASO porque probablemente entablarán más vínculo con su economista de cabecera que con uno todo terreno.
Exponente de los vínculos cruzados fue una reunión bonaerense. Cristian Ritondo, pre-candidato a gobernador vinculado a Vidal y Macri, se encontró esta semana con Lacunza, más referenciado en Larreta, que impulsa a Diego Santilli en Buenos Aires. De hecho, Lacunza también es el referente del "colo". "Habiendo economistas como @hernanlacunza en nuestro país me da mucha pena ver el desastroso equipo económico que nos gobierna. Al peorcito lo premiaron con la candidatura a gobernador de la Provincia", publicó el titular del bloque PRO en Diputados.
El impacto de esa reunión intentó ser minimizado desde el PRO. Por un lado, porque se conocen hace muchos años. Por otro, porque ambos fueron ministros bonaerenses durante la gestión de Vidal. Finalmente, porque Lacunza es "el economista del PRO". En este caso, Laspina, del ámbito M, no funciona como la referencia de Ritondo porque son asuntos separados la provincia y la Nación. Sin embargo, Santilli sí recurre a las herramientas del asesor de Larreta. "Diego es Horacio", se suele decir y sirve para explicar esta situación.
A nivel macro, el espacio donde la alianza debate en términos económicos para tratar de consensuar un programa que incluya a todos son las fundaciones. La Arendt de Elisa Carrió, la Alem del radicalismo, Encuentro Federal de Miguel Ángel Pichetto y Pensar del PRO. En ese ámbito confluirán las ideas de cada partido para generar cierto acuerdo.
En principio, hay algunos lineamientos que parecieran mostrarse sólidos, como la necesidad de reformas en materia económica y laboral o la no suba o creación de impuestos. Uno de los debates que se instaló en este tiempo y seguramente traiga diferencias es el protagonismo del dólar. Después de que los sectores libertarios y un diputado del radicalismo, Alejandro Cacace, hayan hablado sobre la dolarización, Bullrich publicitó una idea de Laspina sobre una suerte de legalización del bimonetarismo con presencia del peso pero habilitación del dólar para la firma de contratos.
Según se explicó desde ese sector, para permitir que se contrate con seguridad jurídica en moneda extranjera. Para que haya contratos de largo hasta tener moneda propia. Al tiempo que se buscó aclarar que en nuestro país es un "extremo" pensar en la dolarización o pesificación total de la economía porque son "desaconsejables o impracticables".
No todos se mostraron de acuerdo con estas ideas. Gerardo Morales, del radicalismo, ya se había manifestado en contra de la dolarización propuesta por un diputado de su espacio aunque no se metió en esta discusión. Para Larreta, en tanto, es imposible plantear una propuesta económica de este estilo que desconoce cómo será la economía que recibirá el próximo gobierno. Además, más allá de Estados Unidos, un sólo país está dolarizado en el mundo, Ecuador, y no funcionó como ejemplo positivo.
Claramente, el plan económico del PRO y de la oposición será creado en los distintos equipos pero consensuado a nivel general. Buscarán coincidir en las líneas de trabajo para que, quien gane, le sume su impronta. Algo así como armar una máquina de confección de zapatillas para que cada uno planifique si será blanca, negra o de color llamativo. Pero la zapatilla, de base, será la misma.