Barbijos y rock, dos ejes sobre los que giró la interna PRO en los últimos días. A menos de una semana de la vuelta a clases, un legislador del sector de Patricia Bullrich apoyó un proyecto para que el tapabocas deje de ser obligatorio en el ámbito escolar, una iniciativa que no fue acompañada por la Ciudad gobernada por Horacio Rodríguez Larreta que, con alguna licencia, se plegó a lo definido a nivel nacional. Por otro lado, Córdoba, más puntualmente Cosquín, se convirtió en el escenario de la rosca camino al 2023 con reuniones políticas que rodearon al mega festival. La provincia mediterránea no está ordenada, el macrismo tiene dos bandos claros - bullrichistas y macristas -, el schiarettismo en el medio y un Luis Juez que se encontró con los dos grandes candidatos amarillos, en medio de un juego propio.
La pandemia se convirtió en una herramienta opositora para intentar sacar rédito político. Larreta se anticipó al anuncio nacional que planteó una suerte de nueva normalidad cuidada pero con mayores relajos y comunicó, tres días antes, una decisión que se había tomado para todo el país. La salvedad porteña al protocolo será justamente el barbijo. Si la norma nacional recomendó su uso desde el inicio de la primaria, la CABA lo implementará a partir de cuarto grado.
Esa decisión marcó un nuevo contrapunto dentro del PRO. El legislador Juan Pablo Arenaza, que responde a Bullrich, presentó un proyecto junto a Oscar Zago, del bloque de Javier Milei, para que el tapabocas deje de ser obligatorio en el ámbito escolar en el marco de una supuesta vuelta a la normalidad. Con esa jugada parlamentaria, los halcones mostraron sus diferencias con la gestión de Larreta.
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La anécdota, en realidad, marcó una cuestión de fondo. Hasta el momento, el macrismo optó por plantear un escenario de interna camino al 2023 con dos candidatos claros, Bullrich por el sector de los duros y Larreta por el de los presuntamente blandos. En esa ecuación, Mauricio Macri empezó a crecer y, como suele manejarse el PRO, no perderá sus chances de participar en la contienda electoral si los números le son favorables. ¿La razón? Mantenerse en silencio y fuera de los choques mediáticos.
Sin descartar la tercera vía dentro del PRO, Bullrich y Larreta enfrentarán una interna salvo acuerdo previo, algo a lo que apunta el armado con sede en Uspallata. Dentro de las opciones está que el jefe de Gobierno vaya por la Nación y la presidenta del partido lo haga por la Ciudad, pero nadie tomará decisiones antes de tiempo y esas cuestiones se definirán el año que viene. En esa puja, dos datos a tener en cuenta: la UCR capitalina perdió imagen positiva a nivel nacional, algo que podría influir a futuro, y Patricia ya tiene el antecedente del acuerdo. En 2021 optó por mantener la unidad y bajarse de la carrera a las urnas para permitir la postulación de María Eugenia Vidal.
Rock
El fin de semana se realizó un nuevo Cosquín Rock y Bullrich viajó para mostrarse en un evento multitudinario que convocó a todo el país, lleno de jóvenes y de fotos casuales que inundaron las redes sociales. Propaganda barata. Larreta no fue de manera presencial pero mandó un enviado especial, el ministro de Cultura porteño, Enrique Avogardo. El funcionario viajó dentro del plan federal encarado por el jefe de Gobierno y mantuvo distintas reuniones para potenciar el festival en CABA sin hacer una versión local pero potenciando el evento cultural.
Rodeando al festival, con reuniones cara a cara pero también con emisarios, tanto Larreta como Bullrich mantuvieron encuentros con la figura que ganó las elecciones en la provincia en 2021, Luis Juez. El cordobés optó por construir para sí mismo, se sacó fotos con todos pero se lo ubica más cercano a la presidenta del PRO que al jefe de Gobierno, aunque Diego Santilli, por ejemplo, fue uno de los elegidos para tender puentes.
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El año pasado, Bullrich apoyó la candidatura de Juez y se enfrentó en internas a la opción elegida por Mauricio Macri, la de Gustavo Santos. Esa situación pareciera reeditarse en la actualidad. Según contó un dirigente macrista, comenzaron a notarse algunas molestias por la cercanía de Patricia con el actual senador porque, como presidenta del partido, no puede abandonar al PRO para apoyar a alguien de otro espacio porque minimizaría la capacidad de negociación. Ella, ante la consulta, negó una banca a la candidatura del cordobés.
Sin embargo, como publicó El Destape, antes de regresar a CABA le dijo a los dirigentes del PRO: “Nuestros candidatos son Luis (Juez) a la gobernación y Rodrigo (De Loredo) a la Intendencia de Córdoba. No podemos ir con un candidato propio como Gustavo Santos y perder en una PASO como les pasó al sector que jugó con Mauricio (Macri), (Mario) Negri y Santos”. Esos trascendidos no fueron tomados con alegría dentro del bando de Macri. De hecho, fueron interpretados como una suerte de abandono al partido. Para reforzar el concepto, Juez le dijo a este medio que “el proyecto de Mauricio Macri está ligado a una sociedad con Schiaretti; algo muy distinto a lo que expresa Patricia Bullrich”.
En medio de estas internas, el radicalismo se convirtió en una suerte de la Familia Ingalls de la provincia mediterránea. El sector de Mario Negri y el de Rodrigo De Loredo - de Martín Lousteau - empezaron a tender puentes aunque sin reuniones privadas, sino tercerizadas. La ruptura del bloque en Diputados, la legisladora que viajó a Disney en un momento clave para la oposición y la ley provincial del juego on line dejaron en una situación sensible a los "rupturistas".