Los gobernadores de Juntos por el Cambio hicieron lo acordado en la previa, le manifestaron al gobierno su voluntad de acompañar tanto la ley Bases como el paquete fiscal, pero aún no se definieron los detalles de la letra chica, por lo que las negociaciones deberán continuar. El financiamiento a las provincias es una de las claves para llegar a buen puerto, pese a que se abrió el camino para el regreso de la cuarta categoría del impuesto a las Ganancias, aunque todavía en construcción.
Como ya contó El Destape, desde el PRO le elevaron al gobierno la propuesta de establecer un mínimo no imponible más alto que el sugerido por el Ejecutivo, en torno al millón y medio o millón ochocientos mil pesos, exceptuando a los servidores públicos. Esto es algo que todavía se negociará con los gobernadores que, además, quieren coparticipar otro tributo aunque sea en el futuro.
En líneas generales, los mandatarios dijeron que acompañarán las iniciativas del gobierno, como resolvieron en la reunión de gobernadores de Juntos por el Cambio que realizaron el miércoles a la tarde. Sin embargo, según detalló Maximiliano Pullaro, de Santa Fe y una de las claves de la negociación, “faltan definir aspectos de la letra chica".
Los acuerdos que pueda estar construyendo el gobierno, como Ganancias, no necesariamente alcanzarán a todos los gobernadores. En la Patagonia, este tributo sería muy regresivo, por lo que no se aportarían los votos. En esa zona del país, hay un mandatario que decidió encabezar, en esta etapa, la confrontación con Javier Milei. El santacruceño Claudio Vidal ya avisó, por redes sociales, que no votarán nada sin recursos para las provincias.
Vidal prepara, para el 25 de mayo, un desfile en su distrito. Ese día se espera que sea el pacto de mayo por lo que no estaría junto a los gobernadores que sí decidan asistir. El mandatario tiene cuatro problemas muy graves con Nación: YCRT, que tiene carbón y una central térmica. El gobierno quiere alimentar la central a gas, sin el carbón, abandonando la mina y dejando a los trabajadores sin su empleo, lo que pasaría a ser un problema de la provincia.
La otra línea de conflicto pasa por las represas que, para reactivar sus obras, necesita de la liberación de fondos de un préstamo por parte de China. Para eso, es necesario que el presidente firme la Adenda nº12, cosa que no sucedió hasta el momento. El tercer choque está vinculado a YPF, que quiere entregar a otra empresa las áreas convencionales en el norte de la provincia, sin dejarle ingresos al poder concedente, que es Santa Cruz. La petrolera debe varios miles de millones en concepto de multas ambientales que no quiere pagar, por eso su intención de desprenderse de los compromisos.
Finalmente, uno de los inconvenientes financieros que afectan a todas las provincias, las cajas jubilatorias y el cese del envió de fondos por parte de Nación. Desde el gobierno se comprometieron ante los mandatarios cambiemitas a revisar el DNU que frenó la llegada de estos recursos, calificaron la acción como un error no forzado. Se espera que, como en el Senado con el DNU, los diputados santacruceños no acompañen los proyectos en Diputados.
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A diferencia de la ley ómnibus que fracasó en el verano, en esta ocasión los jefes provinciales – puntualmente los de Juntos por el Cambio - adoptaron un protagonismo explícito y público. Durante enero y febrero, fueron la clave para intentar arribar a acuerdos que impactaran en el debate parlamentario, pero naufragó la pata del financiamiento y todo quedó en la nada. En esta ocasión, las reuniones con el gobierno fueron muy notorias, también los compromisos asumidos.
Por eso, no hay forma de imaginarse una votación de la ley ómnibus y el paquete fiscal sin pensar en la posición de estos dirigentes. El PRO, por estas horas, todavía mantiene una posición bastante compacta pese a sus diferencias internas. Conviven tres líneas, una macrista (aliados indispensables de La Libertad Avanza pero no parte de ella), otra bullrichista (más cercana al gobierno) y larretistas o moderados. No todos quieren ser llamados “larretistas”.
En este bloque amarillo, podría faltar al menos un voto para acompañar las leyes y, en el paso previo, dar quórum. Un diputado moderado, ya presentó ante la Cámara su licencia médica a partir del 22 de abril, una de las fechas tentativas para el tratamiento del proyecto Bases. Con el paso del tiempo, podría haber otras bajas producto de los malos tratos del oficialismo, pero también por los problemas en la gestión. ¿Cuánto pueden durar los espejismos del déficit fiscal, la inflación, los tarifazos o el dólar a mil pesos?
La gran pregunta es si los gobernadores esperarán a que la sociedad reaccione para oponerse o lo harán por cuenta propia. Parecieran haber elegido la primera opción. Pero su posición será clave, puntualmente sobre aquellos diputados de provincias con mandatarios propios.
En la UCR miran con mucha atención la definición de Pullaro para destrabar la posible oposición del sector de Evolución. El radicalismo está dividido en tres: por un lado, los más cercanos al gobierno y que responden a Rodrigo de Loredo y gobernadores como Gustavo Valdés o Alfredo Cornejo. Por el otro, los del sector de Martín Lousteau (de alrededor de seis integrantes) y, finalmente, los que se referencian en Facundo Manes (con cinco miembros). Estos últimos están más cercanos en su confrontación con Milei.
Para que el espacio de Evolución afloje en su posición, es necesario que Pullaro decida colaborar con el gobierno y acepte el pacto. A la salida del encuentro con Guillermo Francos, el santafesino aseguró que van “a acompañar. Es una buena ley que le sirve a las provincias y a la Nación. No está confeccionada del todo, faltan definir aspectos de la letra chica".
Esa definición apareció como obvia porque, justamente, la letra chica siempre es el foco de discusión. Como en la ley ómnibus fracasada, podrían acompañar en general pero rechazar en particular, con objeciones en privatizaciones y reforma del Estado. El sector de Manes fue visto como el más duro.
La comunicación entre legisladores y jefes provinciales es un tanto informal, no hay un canal institucionalizado. De hecho, cada diputado o grupo de diputados habla directamente con el mandatario que le corresponde.
En el caso de Hacemos Coalición Federal, otro bloque con mucha representación del interior, también habrá impacto pero derivarán en posiciones poco uniformes. O sea, como ya sucedió, habrá votos disímiles hacia dentro del espacio producto de sus ascendentes. Este armado está entre la espada y la pared, sin querer votar con el kirchnerismo pero constantemente atacado por Milei.
En ese bloque no es tan lineal la influencia de los gobernadores. Se estima que cuatro sobre 22 tendrían un impacto casi directo. Entre estos están los cordobeses, salvo Natalia de la Sota y Juan Brügge, Francisco Morchio de Entre Rios (Frigerio).