El armado de listas de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires, lleno de internas, tiene como trasfondo un dato clave: traccionar las boletas locales para ocupar cargos en la legislatura bonaerense que renovará media Cámara de Diputados y media de Senadores, un espacio en el que Juntos por el Cambio hoy es mayoría y no sólo quiere mantenerla sino ampliarla para bloquearle proyectos al gobierno de Axel Kicillof. Así, tener nombres importantes a nivel nacional, conocidos, con capacidad de atraer voluntades, es una jugada atractiva para la oposición.
Actualmente, nada está definido pero hay muchos coqueteando con una candidatura: Diego Santilli por el larretismo, que dijo que estará donde le pidan estar; Jorge Macri por el ala dura del macrismo, con la intención de evitar que un “porteño” llegue a la provincia; una Elisa Carrió que dijo muchas cosas, incluso su deseo de encabezar una lista; el todavía no confirmado Facundo Manes por el radicalismo – con ganas de generar consenso pero sin descartar la PASO – y la postulación, no se sabe si de deseo o con posibilidades reales, que hizo Gerardo Morales sobre la figura de Martín Lousteau, hoy senador. Una figura que quiere que haya “flor de interna”.
Esta semana se reunió la mesa provincial de Juntos por el Cambio donde hay discrepancias. Según se informó formalmente, el espacio trabaja “en su ampliación y consolidación para ponerle un freno al kirchnerismo y constituir la principal alternativa política para los bonaerenses" y buscaron, con un comunicado, bajarle el tono a la interna opositora a semanas del cierre de listas con el objetivo de “marcar la unidad”. "Seguimos trabajando para sostener y fortalecer la unidad en la provincia de Buenos Aires, que logramos a partir del 2015, al mismo tiempo que sembramos de la semilla de la esperanza de millones de bonaerenses", sostuvieron.
El documento lleva las firmas de Maximiliano Abad, por la Unión Cívica Radical, Joaquín De La Torre, por el peronismo que abreva en el macrismo, Andrés De Leo, de la Coalición Cívica, y Jorge Macri, por el PRO. De La Torre llegó al espacio, dijeron, de la mano de María Eugenia Vidal y su presencia desterró una huida hacia el espacio que construye Florencio Randazzo en el territorio bonaerense.
Por lo bajo, en cambio, el discurso de unidad se transformó en una especie de freno a las intenciones de Horacio Rodríguez Larreta de llevar a Santilli a la provincia. Sin embargo, esa postura no es compartida por todos y la pelea pareciera simplemente centrarse entre el vicejefe de Gobierno y el intendente de Vicente López. Ala blanda versus ala dura.
Sin la formalidad del comunicado, cerca de algún dirigente bonaerense dijeron que Larreta tiene que dejar de insistir con “imponer un candidato desde CABA” porque “la provincia no lo está pidiendo“. En ese sentido, se remarcó que el jefe de Gobierno está “desordenando” el espacio bonaerense, ya sea porque lo quiere a Santilli o porque quiere profundizar su enfrentamiento con el ex presidente.
Más allá de esas posturas, desde un sector del Grupo Dorrego aclararon algo sobre el funcionamiento: los intendentes que sobrevivieron a la debacle cambiemita de 2019 se unieron para tener más fuerza a la hora de plantear reclamos y posturas al oficialismo de la provincia. Que unos elijan una postura más confrontativa no quiere decir que todos lo hagan. Lo electoral irá por fuera de la estrategia y, pese a los chispazos, confían en llegar a un acuerdo.
En medio de ese caos, Elisa Carrió hizo “un llamado desesperado a toda la dirigencia política de la Nación, Gobierno y oposición: estoy mediando pero no doy abasto”, dijo en declaraciones a CNN Radio y agregó que su “partido está en una situación límite, yo tratando de mediar, pero mi partido también está cansado del destrato. He hablado con todos, con Horacio Rodríguez Larreta, con Facundo Manes, con Maximiliano Abad, yo los quiero mucho a todos, hablo con Mario Negri todos los días".
La de Manes es una figura importante. Esta semana, el radicalismo le pidió que encabece la lista por la provincia de Buenos Aires y si bien no dio el OK, todos aseguran que se postulará. Según una encuesta interna, el neurocirujano es el que, en una suma-resta de imagen positiva y negativa, mejor mide. Mientras Larreta tiene un 57% favorable y 39% en contra (un neto de 18 puntos positivos), Manes maneja un 46% verde y un 26% rojo (o sea, un neto de 20%).
En el medio, sólo por su imagen positiva, aparecen María Eugenia Vidal (50% positiva y 49% negativa) y Patricia Bullrich (48% y 50% negativa). La suma-resta les da menor a la de Manes, con +1 y -2 respectivamente. Por eso, el radicalismo apuesta al científico para acarrear votos y, de ser posible, generar una lista de unidad.
El efecto bonaerense
Quien encabece a nivel nacional, algo en lo que podrían empezar a avanzar el próximo jueves en una reunión cumbre que anticipó El Destape, puede ayudar a las listas provinciales para mantener una mayoría, principalmente, en el Senado. Este año, la primera, cuarta, quinta y séptima sección electoral eligen legisladores de la Cámara Alta, mientras que la segunda, tercera, sexta y octava sección lo harán para la Baja. Ambas renovarán mitades.
En el Senado, Cambiemos hoy tiene 26 legisladores frente a 20 del Frente de Todos y es el principal escollo parlamentario para el gobierno de Axel Kicillof. En Diputados la situación es diferente, el oficialismo posee 45 bancas propias, JxC tiene 39 y el resto de los espacios, en conjunto, suman ocho legisladores.
Acá también hay una danza de nombres y el mismo problema: no todos pueden encabezar. Suenan Ramiro Tagliaferro para el Senado, ex esposo de María Eugenia Vidal y ex intendente de Morón, por la primera sección electoral, de las más importantes con casi cinco millones de bonaerenses habilitados para votar. Algunos también mencionan la posibilidad de incorporar a Nicolás Ducoté, también por la primera sección, pero nada está definido. En ese juego, también restará saber cómo jugará Joaquín de la Torre ya que Jorge Macri prefiere que encabece la lista nacional pero por ahí se ubica en la provincial. En la tercera sección, otra de las clave con casi cinco millones de electores, la cabeza pareciera estar cerrada con el nombre de Adrián Urrelli.
Tal vez, esperan, a partir de esta semana, con la vuelta de Vidal desde Estados Unidos, puedan empezar a cerrar candidaturas pero todavía hay tiempo porque las listas recién deberán presentarse el 24 de julio. El objetivo será buscar “equilibrios” y ganar más espacios en la legislatura provincial.
Los datos históricos marcan ciertas tendencias. En 2019, el peronismo unido ganó la primera y tercera sección electoral – diputados y senadores respectivamente – por una diferencia de más de 500 mil votos en el primer caso y más de un millón en el segundo. Básicamente, se quedó con todo el conurbano. También triunfó en la segunda.
En 2017, el peronismo dividido tuvo un panorama completamente diferente: como Unidad Ciudadana, perdió la primera sección electoral en los comicios provinciales – senado - por 178.146 votos pero ganó en la tercera – diputados - por una diferencia de 296.085.
Con eso como base, la oposición concentra sus esfuerzos en la primera y tercera sección electoral. Entre ambas, suman alrededor de nueve millones de votos y serán la llave para intentar posicionarse en la provincia. “En Buenos Aires, una diferencia para uno de los frentes es definitoria para el país”, resumió esta semana Alfredo Cornejo, diputado y titular de la UCR nacional, luego de ofrecerle la candidatura a Manes.