El radicalismo quiere quedarse con el PRO, que enfrenta internas

Un sector de la UCR busca comandar una nueva alternativa político electoral que lleve al macrismo a actuar junto a los boina blanca y no según las necesidades de La Libertad Avanza. El rol de Mauricio en la interna amarilla.

08 de mayo, 2024 | 00.05

Mientras el radicalismo se disputa su propia identidad, un sector del espacio centenario apuesta a liderar el resurgimiento de una vía de centro, que evite la grieta y proponga una alternativa a la sociedad. En esa construcción, se quiere comer al PRO, incorporarlo dentro del proyecto y no a la inversa, como ocurrió en 2015. El macrismo está tironeado desde las dos puntas, por un lado, los que quieren escaparle al problema de la polarización y, por otro, los que apuntan a que el partido pase a cobijarse bajo el ala de La Libertad Avanza. Mauricio cinturea entre esas opciones y pelea por recomponer la identidad amarilla.

“El radicalismo está poniendo todo para quedarse con el partido”, mencionó una fuente del PRO que hace tiempo mira los movimientos de una parte de los boina blanca para encontrar un lugar cómodo desde el cual oponerse a Javier Milei sin ser parte del kirchnerismo. En esa misión, se señaló a Maximiliano Pullaro, gobernador de Santa Fe que, a través de Martín Lousteau y Horacio Rodríguez Larreta, apuesta a que el macrismo se acople a su posición ante el Gobierno.

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Pullaro manifestó, este fin de semana, su conformidad con la ley Bases. “Una cosa es el corto” plazo, sostuvo la fuente amarilla frente a esta decisión del gobernador. Para el dirigente, Milei debería obtener su ley, la primera. Pero le pareció que, en tiempos más lejanos, el camino será distinto. Además, “el ataque va a venir por el DNU”, advirtió.

El decreto 70/2023 tiene pendiente su paso por la Cámara de Diputados, pero los números no están garantizados para su rechazo. Todavía falta que varios se definan a bajar a dar quórum y habilitar el debate, son unos cuantos para llegar a los 129. Según se planteó, la aprobación de la ley Bases destrabaría ese tratamiento, pero aún no sucedió.

La intención de los centristas, nacida desde la UCR que no perdió la elección presidencial por ocupar segundas sillas, es que el PRO no trabaje en línea con La Libertad Avanza sino que se abra a acompañar otro tipo de proyectos y, eventualmente, conseguir armar una propuesta electoral diferente. Por el momento, la ancha avenida del medio no pareció tener muchos adeptos, pero se confía en que el paso del tiempo resolverá las cosas y podrá darle un espacio.

En esa construcción de identidad, los radicales están enfrentando una fuerte pelea hacia adentro. Alfredo Cornejo, exponente de los halcones, salió a cuestionar a los correligionarios que quieren que el Gobierno no tenga éxito. Los acusó de, de este modo, favorecer el regreso del kirchnerismo al poder. “Hay que tener una visión de desarrollo de país y animarse a construir una alternativa distinta a los populismos de izquierda y de derecha”, le respondió Facundo Manes, una de las figuras de este espacio del medio.

El cruce tiene un par de asteriscos. Facundo Manes y Martín Lousteau, se leyó dentro de la UCR, se encontraron en la acción más por necesidad que por afinidad, aunque se celebró que eso haya ocurrido. Se vio necesario empezar a definir qué tipo de partido va a ser el espacio centenario, pero teniendo en cuenta otro condimento: el radical del interior tiene una visión del país diferente a la que tiene el del AMBA, menos crítico de la gestión presidencial.

Del lado amigable con la Rosada, también se volvió importante contemplar la necesidad de Cornejo de fortalecerse e impedir el crecimiento de exponentes halcones como Omar de Marchi y Luis Petri, ambos en las filas del gobierno nacional.

Según se confió, Petri viaja a Mendoza todas las semanas, y lo hace para hacer política después de haber tenido un excelente resultado en la interna con Cornejo el año pasado. En ese entonces, el actual mandatario mendocino sacó 258.352 votos, mientras que el ministro de Milei cosechó 166.758, dando la sorpresa. De Marchi obtuvo 202.121 sufragios, la mitad de la sumatoria radical. Si ambos funcionarios mileistas se presentaran por fuera de la estructura de la UCR o en un armado del oficialismo nacional, Alfredo pasaría un momento complejo.

Así, por necesidad, Lousteau y Manes aparecieron como referentes de la vía del centro, mientras que Cornejo lo hizo desde el sector más proclive a negociar con Milei. Gustavo Valdés, de Corrientes, otro de los exponentes halcones, mantuvo un perfil más bajo. Quiere mantener la provincia, donde habrá elecciones ejecutivas el año que viene. Su intención es tener un sucesor propio.

Él, en tanto, irá por la conducción de su partido en unos meses. La fecha de la elección será el 27 de octubre, calendario que había marcado el actual presidente, Ricardo Colombi. Los mandatos, sin embargo, finalizarán el 15 de mayo, pero fueron prorrogados hasta noviembre, cuando asuman las nuevas autoridades. Espera no tener inconvenientes para concretar su aspiración.

Los que tienen problemas internos en las provincias son los macristas. En Santa Fe, la Junta Electoral del PRO tuvo que anular lo actuado camino a las elecciones partidarias locales porque no se informaron correctamente los plazos, por lo que los comicios pactados para el 11 de junio se postergaron dos semanas y se harán el 29 del mismo mes.

En esa interna se enfrentarán Gisela Scaglia, que publicó una foto este fin de semana para mostrar fuerza, y la actual conducción de Cristian Cunhea, del sector de Federico Angelini. El resultado apareció bastante incierto. No así en otro distrito problemático, como el de Mendoza.

Hebe Casado, la vice de Cornejo, buscará hacerse de ese lugar en una batalla con Gabriel Pradines del sector de De Marchi. En la conformación de listas hubo una interna feroz que derivó en un guiño al espacio del funcionario de Milei, visto con mucha más experiencia que la titular del senado provincial. La situación quedó caldeada.

En Corrientes, el PRO tampoco atraviesa su mejor momento. Allí no tendrán internas, pero no porque no hayan querido sino por un error evitable. Una de las dos listas no presentó en tiempo y forma el modelo de boletas, así como tampoco los depósitos. Ocho horas más tarde. Ambos comicios serán el 2 de junio.

En algunas de esas maniobras se apuntó a Mauricio Macri como la mano mágica detrás de los movimientos clave para postergar la elección en Santa Fe y habilitar al espacio de De Marchi en Mendoza. Sin embargo, al ex presidente le importa bastante poco lo que suceda con las designaciones. Él no se mete en la rosca y la discusión fina.

“Es el dueño de la empresa”, y todos los dirigentes, al final del camino, son suyos. Por eso, prefiere no preocuparse ni ocuparse salvo que ocurra algún desafío, como fue el de Larreta el año pasado, a quien destruyó en el camino electoral. Mauricio dice, ya hace unos meses, que el PRO no tiene más vacas sagradas, “que compitan todos los que quieran competir”.

Se espera que el 14 de mayo asuman formalmente como nuevo presidente del partido en reemplazo de Patricia Bullrich, con quien no mantiene una buena relación. Es una “apartidaria”, dijo una fuente del macrismo que recordó sus saltos políticos a lo largo de la historia. “Mauricio va a querer siempre tener la posición dominante. Patricia es ministra y Macri fue presidente y fundador del partido, nadie es más importante que él”.