“Yo soy un chabón bravo”, solía decir José Luis Cabezas. El reportero gráfico de Revista Noticias tenía una “personalidad arrolladora” y una obsesión por lograr las mejores imágenes posibles. Tuvo la oportunidad de fotografiar a las figuras más icónicas de los ‘90 y hacer pública la cara de Alfredo Yabrán, el empresario más enigmático y poderoso del menemismo que estaba acusado de liderar "una mafia enquistada en el poder".
MÁS INFO
25 años después del asesinato de Cabezas, Netflix lanza el documental “El fotógrafo y el cartero”, que repasa cómo fue el crimen, quiénes fueron los principales implicados y cómo era el entramado mafioso que encabezó Yabrán, señalado por la Justicia como el autor intelectual del homicidio.
El exjefe de fotografía de Revista Noticias, Hugo Ropero, fue uno de los colegas de Cabezas que participó del documental. Aún recuerda el profesionalismo del reportero gráfico y sus ganas constantes de aprender. “Cabezas era un tipo impecable que quería superarse. Yo me daba cuenta que se esforzaba todos los días por ser diferente y que sus fotos tengan un sesgo, un rasgo y una característica predeterminada. Por eso lo mandaba a hacer las notas más complicadas”, resaltó en diálogo con El Destape.
El periodista Gabriel Michi, que trabajó con Cabezas hasta el último día, destacó en exclusiva que el reportero gráfico tenía un “poder de convencimiento sorprendente” al momento de fotografiar entrevistados. Según contó, usaba el humor para persuadirlos de hacer las tomas más insólitas: “José Luis logró que un empresario como Oscar Andreani se vistiera de cartero de su empresa; o que Herminio Iglesias, que era un dirigente muy duro de la provincia de Buenos Aires, pose sentado en un sillón con un perrito diminuto sobre su falda”.
MÁS INFO
Más allá de su pasión por el fotoperiodismo, Cabezas tenía un hobby muy particular: en su tiempo libre fotografiaba espectáculos de ballet. “Él captaba las sombras de los movimientos de bailarines y bailarinas de una manera increíble, con un juego de siluetas que no se podía creer. Lo hacía por gusto. Le gustaba fotografiar ese ambiente y lograba una magia increíble”, contó Michi.
El tipo con una carcajada especial
Michi tiene grabada en su memoria la risa de Cabezas. Mientras eran compañeros en Revista Noticias, les tocó compartir decenas de coberturas y entrevistas, por lo que entablaron una relación muy estrecha. Según recuerda, “José Luis era una persona con mucho sentido del humor, pero también tenía convicciones muy fuertes y un carácter difícil cuando se enojaba”.
La faceta de Cabezas enojado la conoció en el verano de 1993, cuando tuvieron que ir juntos a hacer una cobertura en la localidad bonaerense de Balcarce. En ese día de inusual frío no sólo fracasaron en conseguir la nota que buscaban, sino que a la vuelta tuvieron un percance insólito: “Cuando íbamos en la ruta prendimos la calefacción y, no sabemos por qué, nos estalló el parabrisas del auto. Tuvimos que andar el resto de los kilómetros sin el vidrio y a los 15 minutos se largó el diluvio universal. Llegamos empapados y muertos de frío. ¡José Luis tenía un enojo tan grande! Andaba a las puteadas, pero al otro día ya recordaba lo que había pasado como una anécdota graciosa”.
Una charla clave
En los ‘90, Ropero viajó al Caribe para fotografiar a escondidas al sindicalista Armando Cavalieri, que se estaba tomando unas vacaciones costosas en unas playas paradisíacas. Las imágenes conseguidas en ese viaje llamaron la atención de Cabezas:
—Che, ¿cómo le hiciste fotos al tipo en la playa sin que te vea?—preguntó.
—Agarré a Marcela, la periodista, y la hice posar como si le estuviera sacando una foto, pero en vez de apuntarla a ella, apunté al viejo que estaba atrás—respondió Ropero.
Cabezas grabó en su memoria ese relato y usó exactamente la misma estrategia para fotografiar tiempo después a Yabrán en las playas de Pinamar.
Las fotos a los poderosos
Durante su trayectoria en Revista Noticias, Cabezas captó imágenes de figuras como el represor Carlos Suárez Mason y los expresidentes Carlos Menem, Eduardo Duhalde, Fernando De la Rúa. Michi recuerda que al reportero gráfico le gustaba subirse a los sillones o escritorios para fotografiar a los entrevistados desde arriba. Así fue como le sacó las recordadas tomas a Pedro Klodczyk, el exjefe de la Bonaerense que fue tapa de Noticias bajo el título “Maldita Policía”.
El periodista Ricardo Ragendorfer contó en el documental que, al salir del despacho de Klodczyk, Cabezas afirmó: “Una de las satisfacciones que te da este trabajo es poder pisarle el escritorio a estos hijos de puta”.