El coqueteo de un sector de Juntos por el Cambio con los pensamientos de extrema derecha no sólo ensaya una posible síntesis con sectores referenciados en Javier Milei o José Luis Espert, sino que también apuesta por hacer lo posible para evitar cualquier filtración de votos, por mínima que sea, en esa dirección. Gritos de los ex-moderados en redes sociales, la instalación de un posible llamado a Asamblea Legislativa para elegir un nuevo Presidente y los cánticos de un bando del radicalismo contra la vida de Cristina Kirchner, son algunos de los indicios esparcidos esta semana para demostrar que la coalición cambiemita no perdió su poder de confrontación.
Según las últimas encuestas, el liberalismo dejó de ser un espacio marginal. Ganó, sobre todo con Milei, mucho nivel de conocimiento y acumula, en imagen bruta, un capital positivo mayor que el que puede tener Horacio Rodríguez Larreta - con 42 y 40 % respectivamente -, datos de un sondeo de la Universidad de San Andrés. El momento de la instalación ya pasó y ahora, en caso de querer proyectarse hacia el 2023, será el del convencimiento y la búsqueda de intención de voto.
Pese a ello, el economista de los pelos despeinados todavía no logró, tal como lo arrojó otro relevamiento, tener un diferencial neto positivo a nivel nacional, lo que lo ubicó sexto en el ránking opositor relevado por Fixer. Según estos datos, Milei cosechó un 37% de positiva versus un 38% de negativa, relativamente cerca de Larreta, con 41% a favor y 36% en contra.
Las encuestas ya demostraron, en más de una ocasión, que no neceariamente aciertan. Incluso, hasta comprobaron que suelen errarle a los pronósticos. Pero la actitud de algunos dirigentes de la oposición pareció demostrar, al menos de momento, que los liberales realmente serán un factor a tener en cuenta por la política en general. Dato no menor en el caso de Milei, las elecciones del 2021 dejaron en claro que la mayor cantidad de votos "robados" fue al kirchnerismo, y no al macrismo, en la Ciudad de Buenos Aires.
En principio, la alianza optó por mostrar diversas posiciones repecto a los liberales. Durante la campaña del año pasado, se mutó de la idea de comulgar con premisas liberales pero no al extremo de Milei. Después, Macri y Patricia Bullrich comenzaron a coquetear con él, pero el economista dijo no querer hacer pactos con un espacio que incluye palomas. Otra de las visiones dentro de Cambiemos fue la del rechazo, sobre todo esgrimido por la conducción radical.
Pero también, en palabras del senador Luis Naidenoff en una entrevista a Perfil, la idea de que Javier no se sumará porque "eligió un camino de autoexcluirse de cualquier acuerdo con Juntos por el Cambio". "A mí me parece que no pasa por un debate de Juntos por el Cambio, sino de una decisión del propio Milei de sentirse muy cómodo en esta especie de “la casta". O sea, el concepto de que la distancia sería más una decisión del liberal que de Cambiemos.
En medio de las exclusiones de uno y otro lado, los coqueteos y las similitudes con diferencias, se mostró la estrategia actual: endurecer el discurso para, en primer lugar, alimentar al núcleo duro propio y, en segundo, evitar que el enojo social contenido se traduzca en votos hacia la extrema derecha.
Esto llevó a Larreta a gritar en redes sociales contra los planes sociales y pedir su derogación, en consonancia con el discruso de Bullrich, que suele aparecerle alejado. El corrimiento de toda intervención o ayuda estatal es denostado por los sectores a los que se acercó con su protesta. Previamente, en cuestiones de gestión, también confrontó por el revalúo inmobiliario en la Ciudad y, desde hace un año y medio, la lucha por la coparticipación. El último exponente fue la rebeldía a plegarse a la medida, hasta ahora sólo enunciada, de extender las horas de clase en las escuelas primarias. Todo en los últimos días.
El debate por la eliminación de los planes sociales distanció a Larreta de un aliado porteño. Evolución, el sector radical de Martín Lousteau, decidió pronunciarse a favor del mantenimiento de la ayuda estatal con capacitaciones y generación de empleo genuino. La proclama incluyó el recordatorio de la doble vara: se quejan de que los sectores vulnerables tengan apoyo pero no sucede igual con los segmentos más pudientes de la sociedad y la segmentación de tarifas.
Sin embargo, ese sector del radicalismo también protagonizó un episodio de dureza extrema. Esta semana se conoció un video de la agrupación Franja Morada en Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) de Corrientes. En él, celebraron el fallecimiento de Néstor y desearon la muerte de Cristina Kirchner.
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Finalmente, otro episodio de la UCR fue protagonizado por Alfredo Cornejo. En entrevistas radiales, el senador mendocino no descartó que "pueda pasar" una convocatoria a Asamblea Legislativa para elegir un nuevo Presidente en caso de acefalía total en el Ejecutivo. Sin embargo, dijo no verla "posible en la medida que Alberto y Cristina, en el marco de la incomodidad, estén cómodos". Para el ex jefe del radicalismo, esa situación de caos total sólo podría ocurrir bajo determinadas condiciones, como una hiper inflación o una gran corrida bancaria. Pero dijo no ver ese escenario en la actualidad porque el Fondo Monetario Internacional "le dio un crédito a Alberto Fernández para terminar el gobierno".
Ni Cornejo ni Lousteau están referenciados en Gerardo Morales, actual titular de la UCR a nivel nacional y con una posición un tanto más moderada. Fue él quien puso el grito en el cielo y rechazó cualquier acuerdo con Milei. Desde sus filas salió la teoría de una futura candidatura del mendocino en la provincia vitivinícola, algo que de momento fue descartado por el senador que lo tomó como una operación para bajarlo de sus pretensiones presidenciales.
Respecto de Lousteau, es sabido que volaron vasos sobre sus cabezas el año pasado, que lograron llegar a una suerte de pacto de paz con la inclusión de Evolución en la mesa ejecutiva del Comité Radical, pero que no consiguieron la reunificación del bloque en Diputados. Viendo la cercanía entre el senador y el jefe de Gobierno, una suerte de co-gestión en la Ciudad donde todo pareciera indicar la apertura de unas PASO, se lanzó un concepto contundente hace unas semanas: si alguien juega o hace campaña para el PRO, no es radical.