Una nueva renuncia sacude al Gobierno en medio de las tensiones generadas por los inminentes despidos en el Estado. Se trata de Guillermo Abdala Bertiche quien se desarrollaba como Director Nacional de Acuicultura dependiente del Ministerio de Economía.
La renuncia del funcionario con más de 15 años en la gestión pública se presentó esta tarde. La incomodidad generada tras los pedidos de listas que contengan el hasta el 20% del personal a despedir es el trasfondo de las salidas del gabinete de funcionarios de segunda línea que se vienen multiplicando esta semana. La solicitud cuya terminal es la Jefatura de Gabinete implica el despido de miles de estatales a partir de la semana que viene.
En el caso de la dirección de acuicultura, se había solicitado “la reestructuración” del personal altamente calificado al punto tal que se vería severamente afectado el despliegue de los instrumentos de gestión. La dirección cuenta con profesionales desplegados en todo el país que trabajaban en la promoción de la actividad. Su dotación total es de aproximadamente 80 personas.
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En distintas direcciones de Estado hay continuidad de funcionarios designados durante la gestión anterior a los que se les solicitó en diciembre la continuidad por su especificidad técnica. La administración de Javier Milei se encontró ahora con la negativa a “confeccionar listas a título persecutorio”. “No queremos convalidar prácticas de este estilo”, reproducen quienes deciden dar un paso al costado. “Tener recorte en personal calificado es irrecuperable para el Estado”, sostienen.
Este hecho se suma a la renuncia del Director de Control y Fiscalización Pesquera Julián Suárez quien también se rehusó a preparar la nómina de estatales a despedir en esa área. A este caso se le sumó un escándalo por presiones desde Cancillería frente a la pesca ilegal de merluza negra.
En otros ministerios los funcionarios intentan eludir los despidos. En el Ministerio de Salud, por ejemplo, algunos directores enviaron listas pidiendo la continuidad de todos los empleados contratados. Temen que el recorte se haga de todas formas bajo discreción de la Casa Rosada.
En dependencias de la secretaría de Agricultura se les prometió a los empleados la continuidad pero los trabajadores dudan del poder de decisión que tienen sus superiores directos.
Este mediodía en su habitual conferencia de prensa el vocero presidencial Manuel Adorni se jactó de tener pendiente el armado de los despidos de su propia oficina. “Todavía no hice la lista de los mí área que voy a despedir”, comunicó. “Nosotros estamos en contra del empleo militante, que le hizo y le hace mucho daño a la Argentina y le hace mucho daño al empleado que efectivamente trabaja y cada día de su vida, que se levanta para darlo todo en cada una de las áreas del Estado, a quien se lo ha muchas veces ninguneado y maltratado”, remarcó.
En total hay 70.000 empleados contratados en la administración pública nacional cuyos servicios vencen este mes y de los cuales se pretende recortar al menos al 20% aunque el Presidente ha dicho en reiteradas entrevistas que ya echó a 50.000.
ATE convocó a una reunión del Consejo Nacional del gremio para mañana a las 10. Hoy el secretario de comunicación Eduardo Serenellini se reunió con un representante del otro gremio de estatales UPCN.
La primera tanda de despidos masivos comenzó en los primeros días de gestión. A dos semanas de la asunción presidencial, el Gobierno anunció que pondría fin a unos 7000 contratos suscriptos en 2023 y que realizaría un “exhaustivo” relevamiento sobre la planta del Estado.
Los funcionarios deben justificar por qué desean la continuidad de cada uno de los trabajadores de sus áreas, mientras que la lista de dispensadora no requiere argumentación alguna. En virtud de los pedidos desde la jefatura de Nicolás Posee, algunas carteras repartieron un instructivo entre sus directores para organizar el proceso de despido.
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